GP de Hungría: los domingos… Verstappen

Les empezaba escribiendo la crónica de carrera del pasado GP de Francia, hace apenas una semana (y también se lo he expuesto en anteriores citas), con estas mismas palabras que ahora vuelvo a teclear, casi literales: que da igual lo que pase los sábados, quién salga en Pole Position, o qué sensaciones de fortaleza apreciemos sobre unos u otros… lo cierto, la verdad, carrera tras carrera, es que pase lo que pase, los domingos en la sobremesa, cuando nos sentamos en el sillón a ver qué película nos ofrecen por televisión, nunca es una de vaqueros… ineludiblemente toca una de Max Verstappen.

Así es señores. No le den más vueltas. Los domingos, repito, son de Verstappen. El ejemplo de hoy es demoledor. No importan las impresiones de los Libres. Da igual que el holandés falle en Calificación. Es indiferente que llueva, truene o esté seco. No importa que salga décimo, retrasado, ni siquiera en en una pista como Hungaroring donde es muy complicado adelantar. Da igual incluso que trompee cuando acaba de ponerse increíblemente líder y pierda posiciones de nuevo… a la hora de la bajada de bandera, tan cierto como que el agua moja, Max cruza la meta el primero. Reitero mi “mantra”, y ya ustedes perdonarán mi pesadez: los domingos son de Verstappen.

Y a todo esto, empezaba citando la anterior carrera de Francia. ¿Recuerdan el resultado final del podio? Verstappen, seguido de Lewis Hamilton y George Russell. Pues no pierdan mucho el tiempo en preguntarse cómo han quedado hoy en Hungría: idéntico resultado: Max, Lewis y George.

¿Casualidad?. Difícil vemos que así pueda ser. Una vez, puede darse. Dos tal vez. Tres es que los dioses del Circo a veces rizan el rizo jugando a los dados. Pero lo de Mercedes ya no da más lugar a los azarosos avatares del destino. O es un caso directamente de “Expediente X” digno de estudio… o aquí hay algo más, porque ya no se sostiene. Y menos mal que supuestamente andan medio cojos aún, porque si llegan a tener las dos piernas…

Evidentemente, claro que hay mucho más aquí. Muchísima tela que cortar. Empezando por Ferrari. Qué desastre de gestión. Inexplicable. Qué manera de pegarse tiros en los pies semana tras semana, al punto de que están dando alas incluso a rivales en teoría lejanos a ellos. En nada han dilapidado, de un plumazo, las opciones de sus pilotos en el Mundial, sus propias opciones en el Campeonato de Constructores, y a poco que se lo sigan trabajando, hasta van a poner en jaque el subcampeonato. Que se lo hagan mirar, y con urgencia.

Y no estoy poniendo el punto de mira precisamente en los dos pilotos de Maranello, en absoluto. Hablo del muro, de los que toman las decisiones, de los tácticos, de los gestores, y casi apurando hasta del equipo de mecánicos, que parecen no ser capaces de realizar cinco cambios de neumáticos seguidos sin pifiarla al menos en dos o tres de ellos (otro mantra que voy crear: “a ver cuántos pit stop seguidos sin errores son capaces de hacer en Ferrari”, si ustedes me permiten la broma). Pero volviendo a lo serio, como digo no es cosa de los pilotos en realidad, sino del equipo en sí. Da la sensación, siempre, de que cuando se llega a un punto crítico de carrera, al momento de tomar decisiones rápidas, entran por defecto en “modo pánico” y sale el tiro por donde salga (muchas veces por la culata). Y en verdad es como si los estrategas de Red Bull o de Mercedes, por poner el ejemplo en hoy, estuvieran a años luz de ellos.

En fin, y por ir terminando el resumen, el caso es que de tener opciones máximas de ganar en Hungría, e incluso de hacer un doblete nada extraño ni descartable, lo máximo que han logrado es un cuarto puesto de Carlos Sainz, y un sexto de Charles Leclerc. Queda claro que no basta con tener un monoplaza terriblemente veloz, y dos grandes pilotos.

Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones provisionales de este Gran Premio de Hungría 2022: