Hace 20 años, Jean Todt, entonces jefe del equipo Peugeot, lanzó una moneda al aire para decidir cuál de sus dos pilotos vencería en el Rally Paris-Dakar. Salió cruz, lo que significaba que Vatanen ganaría la carrera en detrimento de Jacky Ickx. El viernes, 23 de octubre, Vatanen y Todt se juegan el ser presidentes de la Federación, y no lo decidirá una moneda.
Jean Todt empezó como copiloto en rallyes, para pasar posteriormente a hacerse cargo de las actividades deportivas de Peugeot, llevando a la marca a imponerse en el mundial de rallyes, luego en el Paris-Dakar y posteriormente en las 24 Horas de Le Mans en 1992 y 1993. Entonces Todt entró en Ferrari como director de la gestión deportiva, escudería en la que estuvo 16 años, en los que Ferrari ganó 13 títulos mundiales, seis de pilotos y siete de constructores.
Ari Vatanen debutó en el mundial de rallyes en 1974, logrando el título en 1981 con su espectacular estilo de pilotaje. En 1984, entró en el equipo Peugeot dirigido por Todt, con quienes logró vencer en el Paris-Dakar en 1987, 1989, 1990 y 1991. Tras retirarse en 1998, fue elegido para el Parlamento Europeo, como eurodiputado por Finlandia en su primer mandato y por Francia en el segundo. Ari anunció su candidatura a la presidencia de la FIA tras ser derrotado en las elecciones del 2009.
Jean Todt tiene tras de sí una sólida trayectoria como gerente que sabe conseguir sus propósitos, pero que el actual presidente, Max Mosley, le apoye firmemente como su sucesor, hace temblar a cualquiera. Todos sabemos el control que tiene Mosley sobre la FIA, cómo maneja los hilos a su conveniencia. No hay transparencia, y nadie duda de que Todt será el elegido para continuar la labor de la «familia» FIA, ya que la conoce bien y cuenta con poderosos aliados.
Vatanen no criticó explicitamente a Mosley, pero insiste en que el sello de su campaña son los valores, la honestidad y la transparencia, a buen entendedor… y su lema «menos política y más pasión», es de lo más atractivo que se pueda escuchar en estos tiempos. Pero la tensión ha aumentado bastante en las últimas semanas, llegando incluso a denunciar ante el Tribunal de Gran Instancia de Paris que Max Mosley quiere seguir moviendo los hilos a su antojo como está acostumbrado, impidiendo unas elecciones libres y justas.
Sabiendo que Todt es el claro favorito, lo importante es si los miembros de la FIA están de acuerdo con Vatanen en que es hora de cambiar. En el padock de la F1 hay muchos que fuera de cámaras expresan su apoyo a Vatanen, aunque ello poco importe, ya que los equipos de F1 no tienen ni voz ni voto. La elección corresponde a 221 clubs de 132 países afiliados a la organización, en el caso de España, el RACE, el RACC y la autoridad deportiva, RFEA. Los miembros de la FIA deberían de votar según sus principios y sin temor a su futuro, aunque eso sea demasiado complicado. Si no apoyan a Mosley en su ideología, saben que sus puestos de trabajo peligran. Pero sus decisiones marcarán el futuro de este deporte…
Las federaciones deportivas son, en todo el mundo y en todos los deportes sin excepción, nidos de clientelismo en los que los favores recibidos de cualquier manera (principalmente en la provisión de cargos o la celebración de eventos) se pagan con el voto, siempre cautivo, cuando se requiere para ello.
Vatanen es posible que muchos lo tengamos por una esperanza de renovación y cambio pero la esperanza es el peor de los males porque, expectantes de sucesos ajenos, nos deja inertes en momentos en que se precisa acción. Las amenazas de ese candidato acerca de una posible denuncia ante la justicia ordinaria no hacen sino corroborar que todo lo da por perdido y que Todt y su candidatura continuista serán claros vencedores, otra cosa es que eso signifique que Mosley seguirá emporcando el automovilismo desde un ‘retiro activo moviendo los hilos de la trama entre bambalinas: Todt tiene demostrado poseer suficiente carácter como para intentar un mandato lejos de los condicionantes de sus antecesores (dentro de los límites que le impondrán otros organismos e instituciones) y de verdad que me agradaría que así fuese.
El viernes sabremos qué nos puede deparar el futuro próximo del automovilismo ya fuera de la cambiante dirección del férreo gobierno de Maximino.
Hay fumata blanca: el sr. Jean Todt ya es presidente de la FIA.
Como estaba previsto y sin dudas: 135 por 49 votos del sr. A. Vatanen votando 196 asistentes (doce votos fueron nulos) de 221 delegados existentes. Un apoyo que da a su presidencia una legitimidad más que firme.
Veremos cómo se plantea la cosa, de momento el novísimo presidente dice que le gustaría contar con el sr. M. Schumacher como colaborador y, acepte éste o no lo que parece claro es que se trata de un hombre principalmente de F1 y es de suponer que en sus comienzos sus decisiones vayan a centrarse básicamente en de esa disciplina.
Por otra parte, de sus declaraciones tras la votación parece que, aun cuando su programa se planteara como continuista acerca de la reducción en los costes para los equipos, se deduce que, en principio no se propondrán mayores recortes al afirmar que los pasados problemas en la Fórmula 1 «abrieron los ojos de la gente», a lo que hay que sumar en apoyo que de la FOTA tuvo su candidatura (y ya sabemos cuál es la postura mayoritaria de esa asociación al respecto) y su pasado en Ferrari, firme defensor de la ‘no reducción’.
Indudablemente el que su programa dejara muy claro que buscará un cambio constructivo y su oposición a las reformas a fondo en el funcionamiento federativo favorecen el pensar que, a pesar de lo que nos pueda incomodar, las líneas principales ya están trazadas de antemano.