Puede que su muerte en el fatídico GP de San Marino de 1994 aumentara el mito y la leyenda de Ayrton Senna, pero lo cierto es que Senna estaba hecho de una pasta muy especial, a veces parecía ser de otro planeta. Está considerado como uno de los mejores, sino el mejor, de todos los tiempos. Su talento, determinación y arrojo al volante no han tenido parangón en el automovilismo mundial.
Lugar y fecha de nacimiento: Sao Paulo / 21-03-1960
Nacionalidad: Brasileña
Carreras disputadas: 162
Victorias: 41
Podios: 80
Puntos: 614
Vueltas rápidas: 19
Poles: 65
Campeonatos del Mundo: 3 (1988,1990,1991)
Todo el mundo quería a Ayrton, en Brasil tenían a Nelson Piquet, tricampeón del mundo, pero Senna era sin duda el ídolo de los brasileños y del resto del planeta. Era muy agresivo y despiadado en las pistas y muy tímido fuera de ellas. Su gran religiosidad (acostumbraba a leer pasajes de la biblia en el motorhome) le daba un aire todavía más místico. Dos meses antes de morir, Ayrton habló con su hermana sobre crear una organización para ayudar a los niños brasileños. La Fundación Ayrton Senna, que sigue activa, dirigida por su hermana Vivian, ha transformado las vidas de más de ocho millones de niños y jóvenes brasileños desde 1994.
Desde que en su primera carrera en karts, a los ocho años, metió la mano en un casco con un montón de papelitos (las parrillas se determinaban por sorteo) y sacó el número 1, no dejó de perseguir con obsesión ese número. «Lo importante es ganar. Todo siempre. Esa historia de que lo importante es competir no pasa de ser demagogia» decía.
Su capacidad de concentración le permitía realizar vueltas de calificación espeluznantes (muchas carreras tuvo que correr Michael Schumacher para batir su record de Pole Positions) y su pilotaje bajo la lluvia dejaba a todos atónitos. Pero no fue siempre así. Ayrton trabajó mucho, porque competir era su razón de vivir. De pequeño, avergonzado porque le ganaron en una carrera de karts con lluvia, se pasó varios días rodando en esas condiciones perfeccionando su técnica, sin hacer caso a las indicaciones de que se quedaba sin gasolina (hasta que se quedaba seco, claro) y sin ir a comer. Nunca quería parar.
Su dominio de un Fórmula 1 era tal que, mientras que Nigel Mansell tenía una entrada en curva muy agresiva por lo que no podía salir muy rápido de ellas y Alain Prost entraba en curva más despacio para poder acelerar antes y salir de ellas con más velocidad, la telemetría demostraba que Ayrton tenía una entrada en curva igual de agresiva que la de Mansell, y milagrosamente salía de ellas igual de rápido que Prost. Por cierto, las luchas con Alain fueron muchas y polémicas tanto dentro como fuera de la pista cuando ambos militaban en el equipo McLaren.
Tras muchos éxitos en categorías inferiores, en Fórmula 1 pilotó para los siguientes equipos:
1984: TOLEMAN
En su debut en la F1, a Senna le bastó con pilotar un modesto Toleman para despuntar. Lo hizo en el GP de Mónaco, donde bajo una intensa lluvia y saliendo el 13º en parrilla fue escalando posiciones hasta colocarse segundo. Ayrton estaba desatado y se lanzaba a por Alain Prost que era el líder hasta que, por fortuna para Prost, la carrera se dio por finalizada antes de tiempo. Senna fue así el único piloto que subió un Toleman al podio.
1985-1987: LOTUS
En 1985 lograba su primera victoria en el circuito de Estoril (Portugal), cómo no, bajo la lluvia. Sus 6 victorias en las tres temporadas con Lotus llamaron la atención a todo el mundo y el equipo McLaren quiso contar con él para la temporada de 1988.
1988-1993: MCLAREN
La imagen más arraigada en las mentes de todos los aficionados es la de Ayrton en el McLaren, decorado con los colores de Marlboro y su inseparable casco amarillo. Con este equipo fue con el que consiguió sus tres títulos mundiales.
En su primer año en McLaren (1998) y con nada menos que Alain Prost de compañero de equipo, Senna logró su primer título mundial. De un total de 16 carreras, ganó ocho y consiguió nada menos que trece Pole Positions.
En 1989, consiguió el mismo número de Poles, pero sus seis victorias no le bastaron para ganar el campeonato que fue a manos de Prost.
En 1990, con diez Poles y seis victorias, se alzó con su segundo título de campeón del mundo.
En 1991 su duelo no fue con Prost, sino con Mansell, y Senna se convirtió en tricampeón del mundo, entrando en la élite de la historia de este deporte.
En las temporadas 1992 y 1993, a pesar de lograr varias victorias, Ayrton Senna no pudo con la superioridad técnica del Williams Renault.
1994 WILLIAMS
En 1994 Senna pasó al equipo Williams pero las cosas no salieron bien. A pesar de ser el coche dominador de las dos últimas temporadas, la prohibición de las suspensiones activas y las ayudas electrónicas a la conducción convirtieron al Williams en un coche muy inestable y difícil de conducir. Aún así, logró las tres Pole Position de las tres carreras que disputó.
Pero en el fatídico GP de San Marino sucedió lo peor. Tras doce años sin ningún piloto fallecido en un Gran Premio, las desgracias se sucedieron extrañamente. El viernes Rubens Barrichello se salía de pista y volando, impactaba contra el muro por encima de los neumáticos de protección. Por suerte, no tuvo lesiones graves. No así Roland Ratzenberger, que fallecía al día siguiente al soltársele un alerón y chocar contra el muro.
Senna estaba muy sensibilizado con la seguridad y le impactaban mucho los accidentes de sus compañeros. Se llegó a plantear no participar en la carrera.
Ya en carrera, el 1 de Mayo, tras un accidente en la salida y posterior salida del Safety Car, al rodar muy despacio tras él, los neumáticos del Williams se enfriaban y perdían presión. Al reanudarse la carrera con Senna en primera posición y trazando la curva de Tamburello a más de 300 Km/h, la baja presión de los neumáticos hizo que el fondo del coche rozara el suelo en un pequeño bache, interrumpiendo la corriente de aire que pasaba bajo él y de golpe el Williams se quedaba sin adherencia. Ayrton, con sus increíbles reflejos, intentó controlarlo en una décima de segundo, pero no había nada que hacer y pisó los frenos para que el golpe fuera el menor posible. Fue uno de los mayores mazazos que se ha llevado la Fórmula 1 nunca. Los comisarios descubrieron dentro de su coche una bandera de Austria. Quería ganar y homenajear a Roland Ratzenberger.
De mil anécdotas que se podrían contar sobre Senna, ahí va una:
Mauro, su primer mecánico en los karts tiene una cazadora azul con una dedicatoria: «Para el cabronazo de Mauro, de Ayrton Senna».
Mauro, al final de 1993, antes de que Senna fichara por Williams, estaba muy preocupado. Senna siempre se arriesgaba mucho en la pista y tenía miedo de que le pasara algo. Por eso le dijo: «Ayrton, ¿por qué no vas a correr para un lindo equipo percherón como Ferrari?». Senna le contestó: «No, tengo que estar en Williams, es el coche más rápido; no me cabrees, Mauro». Estuvo un minuto en silencio, le miró y le dijo: «Estoy aquí para ganar, perder o morir». Después, le firmó la cazadora.
Cinco meses más tarde, estaba muerto. Pero como él mismo decía, sólo mueren los que son olvidados.
No soy el mejor fan de Ayrton, el mismo se colocaba pronta fecha de caducidad. Matarse en esto no es un fin, es algo a evitar, al tiempo que se consiguen logros. Es un piloto que se destinaba el mismo al desastre.
Hay que hacer todo lo posible, sin matarse.
Para él, simplemente, era encumbrarse. El mérito esta en conseguirlo sin matarse.
Con todos mis respetos. Por supuesto.