En los últimos años, estamos acostumbrados, carrera tras carrera, a ver cómo un piloto despliega su absoluta autoridad en actuaciones que apenas dan margen a la emoción por la victoria… no es necesario que les de más datos sobre esto, verdad?… Hoy no fue muy diferente. Volvimos a presenciar una actuación similar, pero con una sutil diferencia: ese protagonista esta vez no era holandés ni volaba en un Red Bull, es español, viste de rojo, y se llama Carlos Sainz.
El de Ferrari, que hace apenas unos días estaba postrado en cama tras una operación de apendicitis, no solo llegó a tiempo a Australia, sino que lo hizo, aun renqueante en sus movimientos algo rígidos, para sentar cátedra (y no es la primera vez) en una actuación soberbia, inmaculada, y con una autoridad inusitada que se fraguó en una más que merecida victoria.
Cierto es que hoy en Albert Park Max Verstappen sufrió problemas mecánicos, algo por otra parte que ni los más viejos apenas recuerdan, pero sería muy injusto decir que hoy Sainz ha ganado por eso. No ha sido así. Ayer Carlos fue el más constante y rápido en Calificación y sólo un pequeño desliz en la última vuelta buena le privó de salir en Pole, y este domingo, aun con Verstappen en pista, el español tenía ritmo, talento y monoplaza para batir a la bestia en cualquier condición de competencia.
Cabe hacer una reflexión al respecto, y máxime ahora con el futuro de varios asientos aún por dilucidar para el año que viene y con Carlos “sin equipo” para 2025… y es que nadie debería olvidar que el madrileño es el único piloto (aparte de Sergio Pérez con el otro Red Bull) que ha sido capaz de ganar a Verstappen en las dos últimas temporadas. Lo hizo el año pasado, lo vuelve a hacer hoy, y ya lo hizo varias veces antaño cuando Sainz y Max fueron compañeros de equipo… en resumen: Carlos es de los muy escasos pilotos (por no decir casi nadie) que ha sido capaz de batir al “imbatible” con cierta asiduidad. Tengamos esto en cuenta.
La carrera del madrileño fue hoy perfecta, como decimos, sin estridencias, como suele ser en su caso. Ritmo, constancia, contundencia, sin entrar en riesgos, sin errores, asegurando y manteniendo en todo momento el control sobre la prueba: piloto maduro, de los pies a la cabeza.
Segundo finalizó su compañero, Charles Leclerc, con el otro Ferrari, un monoplaza que este domingo sí fue, si no superior, al menos parejo y competidor cara a cara con el Red Bull en Australia (esto se constató bastante con el rendimiento de Pérez). El monegasco completaba así las máximas expectativas de la Scuderia, que terminaba exultante con el doblete, si bien el propio Charles reconocía al finalizar que el Gran Premio tubo un incuestionable dominador y que hoy Sainz era un rival demasiado contundente para el resto.
Tercero en el podio acabó Lando Norris, en otra muy buena carrera, que quizá no se esperaban en McLaren, pero donde las circunstancias y el devenir de la cita favoreció al desempeño de los de Woking, aparte de su buen hacer, concluyendo con los dos monoplazas naranjas inmediatamente tras los bólidos rojos de Maranello.
El evento de Melbourne arrancaba con una salida impoluta por parte de toda la parrilla, cosa bastante difícil de darse, y ya desde el primer momento se aprecia que Sainz no está de comparsa respecto a Verstappen. El holandés suele apretar fortísimo en los primeros momentos para salirse rápido de la distancia de DRS y asentar ahí un margen cómodo en el que luego basar sus victorias.
Pero este domingo tiene un enemigo tenaz y peligroso. Carlos jamás pierde comba ni distancia, manteniéndose soldado a su ala trasera, y tras el primer giro, aprovecha el mínimo flaqueo de Max para tirarle el Ferrari por el exterior y superarlo colocándose en cabeza de carrera.
A partir de este momento nos empiezan a llegar informes de que algo no va del todo bien en ese usualmente tiránico Red Bull… Verstappen reporta algún tipo de problema, en principio las sensaciones son confusas, pero todo sucede muy rápidamente: tiene un severo problema en su freno trasero derecho que empieza a echar humo para al poco incendiarse seriamente. El campeón logra llegar a boxes lentamente, pero perdiendo partes del disco carbonizado por el camino… su carrera hoy ha finalizado.
Esto deja la prueba en manos de Sainz, muy superior en ritmo desde ahora al resto, abriendo hueco con Norris, Leclerc y Oscar Piastri que ruedan tras el español. George Russell y Checo Pérez, algo más flojos, cierran las seis primeras posiciones pero rodando en tiempos sensiblemente más pobres que la cabeza.
Esto es en principio comprensible en el caso de Mercedes, que ha sido bastante irregular en Australia pasando según sesiones de buenas a malas sensaciones, pero no lo es tanto en el caso del Red Bull, un coche fuerte siempre y en todo momento, que no debería tener el mínimo problema en, cuando menos, rodar al ritmo de los Ferrari.
El caso es que se suceden las vueltas hasta que en la 17 vivimos el abandono de otro hombre importante, en horas bajas. Y es que Lewis Hamilton adolece un fallo de motor que lo apea sin más de la carrera, teniendo que acercar su Mercedes a una escapatoria de Albert Park. Mala fortuna también para el siete veces campeón.
Esta situación provocará el despliegue del modo Virtual Safety Car. Será por muy breves momentos, pero le vendrá de perlas por ejemplo a Fernando Alonso, que en esos momentos era junto Nico Hülkenberg el único que no había entrado a cambiar sus Pirelli, por lo que aprovechará el asunto a las mil maravillas reincorporándose quinto de carrera, una posición que en realidad no se corresponde con el actual potencial y rendimiento del Aston Martin.
La carrera sigue ahora comandada y controlada férreamente por Sainz, seguido de Leclerc en segunda posición pues adelantó a Norris por estrategia de boxes parando antes que el británico, y Piastri tercero (superó por lo mismo que decimos de Leclerc a Lando, aunque luego McLaren pidió al australiano que le devolviera la tercera plaza a Norris). Luego más retrasados aparecen Alonso, Russell, Lance Stroll y Pérez.
A partir de aquí quizá lo más trascendente, ya que por arriba la autoridad de Carlos era incuestionable, fue el desempeño de Checo por ascender posiciones. No tuvo mucho problema en rebasar a Stroll para ponerse séptimo, y poco después hizo lo propio con Russell subiendo a sexto. Es el piloto con claridad más veloz de ese grupo y poco a poco se acerca a Alonso hasta superarlo en el giro 27, colocándose quinto… no obstante a partir de ahí ya poco o nada pudo hacer para intentar acercarse a los cuatros primeros (el cuarteto formado por las duplas Ferrari y McLaren), por lo que como antes apuntábamos, ese Red Bull rodaba hoy bastante fuera de posición teórica, o tal vez el monoplaza de Christian Horner no era tan superior en el trazado de Melbourne.
Por arriba, un intratable Sainz abre el hueco hasta unos cómodos 8 ó 9 segundos con su compañero Leclerc, con relativa facilidad, sentenciando la prueba si no ocurre ninguna anomalía. Más aun teniendo en cuenta que el corredor de Mónaco tiene que preocuparse más de estar atento a su segunda plaza respecto a un muy buen Norris en tercera posición, que de aspirar a una posible victoria, cosa que el martillo pilón de Carlos vuelta a vuelta se encargaba de difuminar como humo al viento.
Ya en el tramo final, y con todo vendido por la parte delantera, la mayor emoción se centró en si Alonso podría aguantar los envites de Russell, que poco a poco había cazado al Aston Martin y atentaba contra su sexta posición. Pero el asturiano es perro viejo en esto, y todo piloto sabe que suele jugar mucho al gato y al ratón con su ritmo en estas situaciones, sobre todo cuando restan muy poco giros.
Fernando siempre reserva mucho más de lo que muestra, tanto en ritmo como en gomas, cuando se llega a una circunstancia como esta y lo acosan a falta de dos o tres vueltas… lo hemos vivido mil veces y muchos pilotos lo han padecido, por lo que es fácil suponer que George no lo va a tener a priori tan fácil. Y tal vez por eso, el británico arriesgó demasiado en una curva para intentar salir lo más pegado posible del alerón trasero de Alonso, perdiendo el control del Mercedes e impactando contra las barreras para acabar casi volcado en medio de la pista.
Faltaban apenas dos giros por lo que esto ya puso punto final a una carrera sin más cambios. Para terminar, mencionar la gran actuación y buen resultado de ambos Haas, que acabaron en los puntos, y como conclusión me quedo hoy con dos nombres: de uno no hemos hablado y es Yuki Tsunoda, quien ha hecho una sobresaliente carrera de inicio a fin finalizando octavo y confirmando una solidez y evolución tremenda este inicio de temporada, pues esto no viene solo de este fin de semana… muy bien el japonés. El otro es lógicamente Carlos Sainz, el desahuciado por Ferrari que, una y otra vez, vuelve a ser el que pone los laureles en la testa del Cavallino.
Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones provisionales del Gran Premio de Australia 2024:
>>> NOTA DE EDICIÓN: Fernando Alonso ha sido sancionado post-carrera con 20 segundos de penalización, con lo que pasa a ser octavo final en la clasificación de GP. Al parecer los comisarios han encontrado pruebas de «conducción errática» en su defensa final ante los ataques de George Russell justo antes de su accidente, señalando que el español levantó el pie del acelerador muchos metros antes de la frenada, e incluso frenó levemente antes de tiempo. La sanción es susceptible de apelación por Aston Martin.
