Alejados ya de tierras canadienses, cuya pista algo atípica pudo hacer vislumbrar algo de esperanza de cara a un revivir del campeonato, el Circo volvió a la vieja Europa, y aquellos bienvenidos visos se esfumaron como humo al viento. Todo un mazazo a los intereses de los que esperaban el resurgir de la emoción, y un mazazo mayor aún para Ferrari, aunque siendo sinceros, los de Maranello son los que mejor que nadie saben que no optan, ni por asomo, a ensombrecer el periplo de Mercedes, no siendo en alguna ocasión puntual como la pasada cita de Montreal.

Y esta tesitura, toda la emoción, en este caso por ver quién se alza con la Pole Position (mañana será por la victoria), vuelve a recaer simplemente en dos hombres: los dos pilotos de Mercedes. Así se pronosticaba, y así se fraguó. Las Flechas de Plata no dieron la más mínima muestra de asequibilidad a sus rivales, ni margen alguno para algo que no fuera del tercero hacia atrás.

Ciertamente, en este caso, Valtteri Bottas ha plantado cara varias veces a Lewis Hamilton durante este curso, con serias y sólidas actuaciones, sobre todo los sábados, y también los domingos. Y no es cosa sencilla lograr eso, por ello tampoco sorprende que últimamente parezca haber bajado un poco su gran tono inicial. Pero es que Lewis es mucho Lewis, y para mantenerle el órdago, Valtteri necesita, como en las primeras carreras, sublimar su rendimiento al 110% sin cejar en ningún momento… y eso, caballeros, es tarea harto ambiciosa.

Hamilton logra la Pole. GP Francia 2019
Hamilton logra la Pole. GP Francia 2019

Veremos mañana en carrera, donde hay más margen de estrategia y demás. No está todo dicho respecto a los dos pilotos de Mercedes. Pero en lo que resultó esta sesión clasificatoria, lo cierto es que Hamilton dejó claro que «en condiciones normales», él es el amo y señor en estas lides. Y no es que Bottas quedara tan lejos o no estuviera bien, pero lo cierto es que realmente nunca dio sensación de que hoy podía quitarle ese primer puesto a su compañero. Y todo eso si nos atenemos a la pareja compañera de equipo, pues si nos vamos al tercero de la línea, Charles Leclerc, aquí ya sí el palo es notable… casi siete décimas al siguiente monoplaza de parrilla, que si bien no es una distancia sideral, sí lo convierte en un muro tan impracticable que para escalarlo ya se precisan tal vez otras eventualidades o circunstancias ajenas a la propia competitividad en sí.

Y casi que dé gracias Ferrari, pues al menos mantuvo uno de sus coches en la zona caliente, ya que el otro, de Sebastian Vettel, que hoy no tuvo su día, se perdió en una posición inusitadamente retrasada, nada menos que séptimo final en parrilla. Si bien esto favorecía los intereses de nuestro corredor patrio, Carlos Sainz, quien con un extraordinario McLaren que parece estar resurgiendo cual ave fénix de las cenizas (Lando Norris quedó quinto) saldrá sexto este domingo en el Paul Ricard.

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