GP de Brasil: Webber vence, Button campeón

1. Ese es el meollo del asunto: cualquier cosa que haga Fernando Alonso, por definición, está mal hecha.

   Kimi Raikonen, se come un helado y 7 millones de españoles,(pido disculpas por no incluir al resto del mundo), lo excusan diciendo: es su carácter, es un crack o juicios de valor de muy poco tiempo de cabilación, equilibrio y equipolencia.

   Si a Fernando Alonso, un buen día, se le ocurre comer un helado, como el momento en que lo hizo Raikonen y en esta España de mis entretelas, poco menos que lo linchan, eso sin tener en cuenta, que a lo mejor es una de las maneras más sencillas de luchar contra la deshidratación a la que se ven sometidos, todos los pilotos y especialmente en algunas carreras que por su localización de longitud o latitud, les hacen sufrir mayores temperaturas, por tanto, mayor riesgo de deshidratación.

   El otro día, en Brasil, creo que Trulli, es el culpable del accidente con Sutil, al que al parecer, según alguno de los amigos de esta web, Alonso no esquiva intencionadamente.

   Trulli crea el accidente y es el que sale gritando como un energúmeno a Sutil que con sus manos y en postura de pacificación, procura calmarlo. Fernando, no ha sido culpable/responsable de este suceso, pero para mi gusto, a lo mejor era el único que tenía derecho a cabrearse y levantar la voz. No ha sido así, sus declaraciones, han sido comedidas, una vez más y le ha quitado hierro al tema, cuando había mucho hierro que fundir. Esta, digamos, nueva forma de comportarse en la vida, sigue, sin ser del gusto de millones de españolitos, que de una manera u otra, siempre le van a dar leña al asturiano, haga lo que haga y lo que es peor, sin el mayor de los rigores exigibles, cuando hablamos de vehículos que pueden superar los 300 km/h.

   Cuando el asturiano, protestaba, había que criticarlo porque protestaba, ahora que no protesta y trata de sacar hierro a comentarios recientes de su próximo compañero y al accidente de Interlagos, hay que seguir crticándolo porque ya no protesta. Hasta aqui, puedo entenderlo, aunque no compartirlo, pero de ahí, a decir que se asegure la embestida contra un vehículo descontrolado de más de 500 kilos, que viene marcha atrás, ocupando el ancho de la pista y que la cara del asturiano no refleja el rictus de rigor, dado lo acontecido, me parece, y lo digo sin ánimo de porfiar, aunque sí de discutir con argumentos el suceso, lo que se llama «HABLAR SIN CONOCIMIENTO DE CAUSA» y como muy bien dice el SR. Guzmán, Guzmán, hijo y nieto de Guzmanes, poco más le quedaba que ponerse a rezar: «Virgencita, virgencita, que me quedo como estoy….»

   Pregunto, a los que asegurais eso, ¿hubiese sido mejor que saliese vociferando como hizo Trulli o soltándole una torta a Sutil, de tal manera, que así ya no lo criticariais, con chorradas por el estilo?….Perdoneseme, la expresión «chorradas».

   Hace un tiempo, en uno de mis comentarios, dije, más o menos: «me importa un pepino si Massa, se tira pedos en la cama o si tiene el culo peludo o no. Lo que me importa es como conduce y el estado de exaltación al que me puede llevar su pilotaje», sí, he escrito bien, Massa. Lo demás, son pareceres, más o menos acertados que entran dentro de lo que coloquialmente se conoce como el «género Rosa» y eso lo dejo para los programas basura que pueblan por doquier los diversos canales de tv.

   Sin ir más lejos, recuerdo con precisión el «NOTABLE», resultado que consiguió un tipo llamado D. Luis Aragones con la selección de fútbol española. Desgraciadamente, en este país se habló más de su «supuesto» mal carácter que de su «gran» resultado deportivo.

   » el corazón del hombre, igual que la piedra del molino, corre el peligro de ser destruído, si no se le echa algo que moler, más a menudo»…..(al parecer, este dicho se le imputa a Confucio, un hombre que a pesar de tener los ojos achinados, veía las cosas con una clarividencia y tino, cercano a la perfección. Otros, como es mi caso, sólo vislumbramos, poco más, de lo que tenemos delante de los ojos, aquellos, que hay que endurecer, en la misma medida que ablandamos nuestro corazón).

   Salud y buenos alimentos.

2. Y por si se me ha malinterpretado a mí, yo no he dicho la palabra «pasota», dije que yo lo noto más calmado, podría decir también más «relajado». Y eso no incluye que me parezca mal.

   Por cierto, joder como odio a los «comeculos».

3. Bueno, sr. El Duende Que Camina, lo primero que ha de dejarse muy claro es que en esto de las carreras no quedan santos (ni siquiera el beato Airton alcanzará la gloria de los altares) y F. Alonso (por poner uno) el que menos: En uno de mis comentarios primeros ya dije que me habían parecido muy desafortunadas sus declaraciones cuando afirmó que su primer título no se lo agradecía más que tres personas (y en ese punto deduje con rara clarividencia -perdón por la inmodestia- quiénes eran esas tres). F. Alonso, cuestiones puramente técnicas aparte, se tiene ganada con justicia la inquina de muchos. Por otra parte es lógico que se hable más de quien más se conoce y se juzga siempre con más dureza lo que más cerca se tiene. Y para comprobar esto no hace falta irse a ningún circuito, lo hacemos cada día con nuestros próximos. Para el distante tenemos muchos menos elementos de juicio y, por prudencia supongo, evitamos entrar a valorar en profundidad sus hechos o su conducta otorgándole un poco más de margen a la duda.

   Tampoco creo que debamos decir sin mayor aclaración que lo que haga uno u otro piloto está bien o mal por definición ni pretender que ese en concreto es mártir por sufrir tanto de tantos todas las veces: que cada cual cargue con su cruz y no queramos redimir a nadie que somos meros espectadores en esta representación.

   No me pareció que a nadie opinara mal del hecho de que el evidente perjuicio que le supuso para F. Alonso el accidente de A. Sutil y J. Trulli no le mereciera reprobación porque todos sabemos (y los pilotos más) que eso es un lance más de la carrera y, en este caso, de los fortuitos, sin que pueda responsabilizarse totalmente a un compañero en concreto (bien que coincida en que fue más censurable el gesto de J. Trulli) y en todas (casi) las carreras suceden cosas parecidas y no por eso se entablan discusiones ni se enzarzan los implicados en cruces de reproches. En realidad creo que lo de Brasil fue una lamentable excepción por parte de los italianos (Trulli ahora sólo puede intentar justificar una actitud desmedida por no quedar desairado) y, ciertamente, el español supo estar en su sitio guardando la debida compostura cargado de cristiana resignación. Particularmente no es que esta que vd. llama ‘nueva actitud’ de F. Alonso me parezca bien (ni creo que tuviera porqué ser así como no me lo parece en otros pilotos) sino que la otra, que analógicamente debieramos llamar ‘anterior actitud’, (arrogante y destemplada y que igualmente deploro en otros cuando incurren en ella) me parecía mal, muy mal y, sinceramente, creo una mejora que se halle más sereno, sea por la razón que sea, siquiera porque elimina un factor de crispación en el ambiente. Aun así comprendo que alguno pueda asimilar o identificar lo que aquí llamo serenidad con lo que en la mía anterior llamaba frivolidad, son diferencias de matiz que no deben hacernos perder la objetividad: me parece un comportamiento más adecuado a una figura de tanto alcance.

   En cuanto a la actitud en otras facetas extrañas a lo deportivo y siempre de unos límites razonables, mantengo que, como persona que son figuras de la vida pública, su actitud es ejemplar y debe ser un espejo en el que se miren los que no lo son tanto (figuras de la vida pública) pues no en vano la emulación es un poderoso motor de los actos de los hombres (y ahí están los argumentos que motivaron la concesión de algún premio de postín en España a ese piloto que van en ese sentido). Ya saben, la mujer del césar… etc.

   Saludos a todos.

4. Guzmán….

   «me habían parecido muy desafortunadas sus declaraciones » por declarar a quien agradece el titulo. Parece que los agradecimientos ya son méritos de todos y sabemos los que estamos fuera quienes son merecedores de ello… Es tu opinión

   Con respecto a «F. Alonso, cuestiones puramente técnicas aparte, se tiene ganada con justicia la inquina de muchos»… Inquina significa «mala voluntad» y ahí te doy la razón aunque quisieras decir otra cosa. Hay mucho malintencionado que cataloga como persona a un profesional sin desconocer su lado personal y definiendo expresiones como si fuera su amigo del barrio.

   Con respecto a la actitud «anterior de Fernando» es tu opinión completamente subjectiva, y , aún poníendonos en el caso de que tuvieras razón me gustaría ver como te comportarías tu siendo un veinteañero en una competición de Elite. TODOS LOS CAMPEONES son así pero ya se sabe, para criticar y dar consejos sirve hasta el tonto del pueblo…

   En lo único que estoy de acuerdo contigo es que tienen que dar ejemplo a la opinión pública, pero lo justo, en lo relacionado con el tema del motor ( no aparecer conduciendo a 190km/hora por Alemanía) pero poco más. Son pilotos, no políticos y no representan más que una marca no un electorado…

   Que triste parecemos en este país de listillos rencorosos …

5. La serenidad y quietud que demuestra Alonso, puede ser fruto, no sólo de su fichaje por Ferrari, si no una notable evoloción en su conducta,aspecto en el que coincido con Ud, pues, sin duda, digamos que mucho mejor ahora que antes. Otra cosa, es tildarlo de frívolo, es decir, ligero, veleidoso, insustancial, adjetivo que me resulta más dificil de apreciar sin un conocimiento personal previo, en cambio, la serenidad y la quietud, creo que son más fácilmente observables, y esto, por supuesto y también coinciod, no de be de hacernos perder la objetividad y valorar gracilmente, en una figura de tanto alcance, su, llamemosle si a Ud. le aprece, nueva actitud…

   Mi queja y mi defensa, no son a ultranza, en todo caso, lo único que pido, es que Alonso, no sea el único objetivo de nuestra mirilla, dentro de los pilotos, pues, sin duda, ni es un santo, ni es un demonio, aunque algunas veces, me da la impresión, que es el único piloto que hace todo mal y eso me hace creer, en más de una ocasión, que muchos de los comentarios que se hacen sobre su persona, se hacen con inquina, desde el desconocimiento y buscando «no se qué», oscuras intenciones….

   Le aclaro, estimado amigo, que en el hogar paterno y desde muy chico, me han enseñado a luchar en la vida, desde el esfuerzo y el respeto y lejos de la envidia y la injusticia….Y sinceramente, le digo, que creo que mis amados padres han hecho un «gran trabajo», aunque yo no haya estado a la altura en varias ocasiones…….¡¡¡Qué cada cual, aguante su vela¡¡¡¡¡¡¡…..Eso sí, echando un ojo, por si el vecino, necesitase nuestra ayuda…..

   Salud y buenos alimentos.

6. Sr. Fran:

   Discúlpeme si en lo que sigue soy más contrario aun de que parece es vd. a mí en la suya anterior pero creo que serán algo más que matizaciones (al cabo, al cabo se verá realmente cómo queda la cosa).

   Lo primero a reseñar es que, estando en un foro, salvo indicación -con datos fehacientes- contraria, todo es opinión, y no una de esas opiniones que, como en el primer derecho internacional, se dan con idea de estar creando derecho (opinio iuris sive neccessitatis), no, pura opinión como formulación de un personal parecer respecto de la cuestión tratada.

   Supuesta esa premisa voy con lo primero que me indica. No creo que haya de agradecerse a todos y a cada uno cada vez cualquier pequeña o grande aportación que haya hecho pero, sea sincero, ¿le parece que era necesario decir que eran sólo tres las personas a quienes debía ese título? Y ahora dígame cuál de los dos, él o yo, anduvo más descaminado. Por supuesto, como vd. o cualquier otro pensará, considero que tal o cual persona o institución fueron más importantes y tuvieron más peso en la consecución del logro pero es él, justo quien mejor puede saberlo, el que peca de injusticia al excluir a tantos. Nadie le pidió una declaración semejante (no creo haber visto un amenazador cuchillo en su garganta de quien le indicase: tres y sólo tres) y pudo callar o emplear una fórmula que no desairara a tantos pero al hacerlo como lo hizo se convirtió en reo de esas palabras quedando a ellas atado. Hasta entonces callé, después no pude callar. Las tres personas fueron (fíjese si lo sé bien que aquí se lo repito sin rubor ninguno), por este orden: 1) el mecánico de Raikonen (que se lo puso como a Fernando vii le ponían las bolas en el billar); 2) el calvo de la tele, todo loor para el mochacho y 3) su cerdo (lechón) ‘Borja’. Por supuesto si él dijo tres y yo lo repito deja de ser opinión para ser dato.

   Cuando escribo inquina, señor mío, es porque quiero decir inquina y porque me gustaría que entendieran inquina los que lo leyeran, y no capricho, envidia, indigestión, sombra o retroexcavadora, que son términos disímiles. Y pongo inquina porque creo que quien malgastó (sí, malgastar, no invertir o entretener porque malgastar es ponerlo en quien no lo agradece) su esfuerzo, su tiempo, su dinero, su ilusión y su mejor voluntad no querrá bien al niño malcriado que resultó aquél prometedor proyecto. Mis palabras son rectas y unívocas y su contenido claro y libre de anfibologías. Y ahora dígame usted, porque yo, sinceramente, no lo comprendo, un profesional, ¿no es persona?, ¿por qué esa endíadis -permítaseme el tropo retórico- en el segundo párrafo de su anterior comentario? ¿pretende usted que porque uno maneje bien se le disculpe todo? Aclaremelo, si es tan amable, porque ahora mismo me hallo zozobrando en un mar de indeterminaciones. Pero, mientras lo hace y no, quiero decirle, sr. fran, que un honrado y probo padre de familia, amante de sus hijos y esposo de inqueblantable fidelidad que al cruzase el umbral de su centro de trabajo para accionar el mecanismo que pone en marcha un horno crematorio en un campo de exterminio lo tendría siempre por una mala persona. Es un ejemplo extremoso, sin duda, y no quisiera que vd. ni nadie viera en él una comparación sino que, al poner así, por el cabo, esa dicotomía que vd. pretende, quiero que nos sirva para apreciar mejor los perfiles del dislate planteado. Una moneda, con su cara y su cruz, es sólo una, no podemos creer, a nuestra conveniencia, que hay solo cara y obviar la cruz.

   Si así le place, como parece, considéreme el tonto del pueblo (aunque preferiría más y mejor argumentación antes que una calificación de mi persona apresurada y movida por una mal entendida devoción o un vacuo patrioterismo, desfasado para decimonónico) No me ofendo, porque siempre ha de considerarse el origen de lo comentado (quién escribe) y, lo mismo que me conmueve la indulgencia de los buenos, pasan inadvertidos de mí los insultos y las injurias de los necios. Ladran luego cabalgamos podría poner en letras de bronce a la puerta de mi casa.

   Sobre lo que dice de dar consejos me enseñaron en el catecismo que es obra de caridad y caridad hago si los doy a quien los ha menester. Como estoy caritativo aquí lo suelto: para el futuro mida más. Sólo eso.

   Veinte años todos los tuvimos y, al mismo tiempo, ocasión (u ocasiones) para demostrar la buena o mala crianza que nos donaron nuestros padres. Personalmente sé que no todos los campeones son como ese (y yo, ya que tanto señala, el que menos), yendo más allá, sé que los arrogantes, insolentes, soberbios, ingratos y desconocidos son pocos y del nivel del mentado, poquísimos.

   Por fin debo confesar que me desagrada que vd. pueda pensar que está de acuerdo conmigo en algo pero le advirto el error en que se encuentra: lo que digo sobre ser espejo de virtudes no es matizable del modo que vd. lo hace (no me haga poner por tercera vez el mismo adagio) y, como modelos, representan mucho más de cuanto vd. pretende, hasta el punto de que lo veo a vd. como un discipulo aventajado de aquel que tiene por modelo de virtudes y ya callo, que a buen entendedor, etcétera.

   Le aclaro, al hilo de la frase con que termina el suyo, que no me tengo por listo (mucho menos por listillo) pero que me fijo y me fijo mucho y sobre lo de mi posible rencor debo decirle que para no conocernos aventura usted demasiado. A usted le parece una tristeza, a mí un dolor.

   Le ruego no se inquiete por nada de cuanto haya podido decirle en mis anteriores palabras, usted, ánimado de ese espíritu juvenil y caballeresco, cobije desvalidos, defienda a doncellas, prohije huérfanos, vengue agravios y enderece cuantos entuertos le pongan al paso, en resumen, siga, siga royendo zancajos sin desfallecer un punto.

   Fdo.:
   El Chitón de las tarabillas.

7. Sinceramente, Fran, no entiendo tu estado de crispación y mucho menos la utilización de ciertos adjetivos que lo único que provocan es más crispación. La persona a la que te dirijes con tu comentario, aunque en varias ocasiones, no hemos coincidido, en nuestras opiniones, siempre se ha expresado desde el respeto y la educación y aunque soy conocedor de que no necesita ayuda ni mucho menos defensa, (sólo hay que leerle), quiero pedirte desde el respeto, que expreses tus opiniones libremente, pero con educación, más que nada, para que este paraíso, dentro de las millones de webs que existen, no se convierta en otra Torre de Babel.

   Saludos.

8. El arte de escribir consiste en el arte de interesar no en intentar aparentar un gran vocabulario…

   Algunos gallos creen que el sol sólo sale para ellos…

9. Estimado sr. El Duende que Camina:

   No hace demasiado platicando con un par de buenos amigos surgió en la conversación el cómo había de afrontarse la impertinencia de aquel desconocido que, acercándose a uno, le interpela o requiere con preguntas sin más mediar. Uno de ellos nos contó que unos días atrás un par de mujeres, herejes en busca de prosélitos, había llamado a la puerta de su casa y la que parecía más veterana en semejante labor le había espetado un ¿eres cristiano? lleno de curiosidad, a lo que mi amigo, con paciencia de carnero, le replicó y tú, ¿quién eres para venir a mi casa y preguntar si soy o si dejo de ser sobre algo tan personal sin conocerme de nada?. En aquella conversación yo, en cambio, le expliqué que no hubiera podido hacer algo así por pura cuestión de crianza: de chico me enseñaron que hay que contestar cuando te preguntan y, no importa quién se el interlocutor, así hago con un celo quasi enfermizo. Mi amigo, que es bravo y no se anda con chiquitas, siempre justifica más que sobradamente sus actos y me decía «pero piensa que haber respondido a la pregunta de aquella mujer hubiera significado caer en la red, dejarla en una posición de superioridad de inicio, la única solución es impedir que dé ese primer paso y eso sólo cabe de esa manera». Me decía que eso lo había aprendido leyendo en el Gorgias(*) de Platón que Sócrates asaltó a Calicles de forma parecida y el otro adoptó aquella postura impidiendo ese juego dialéctico que pretende saber del otro sin descubrir quién somos.

   Sin duda mi amigo es mucho más sabio que yo y lo demuestra cada día en cuestiones de lo más variado y debería hacerle algo más de caso no entrando a responder impertinencias. Un refrán castellano dice que a idos de mi casa y qué queréis con mi mujer no hay responder y es cierto: contestar es aceptar la provocación y entrar a un juego en el que poco podremos ganar y poco importa que se argumente con palabras comedidas o bruscas, con razones envueltas en un aparatoso «gran vocabulario» o en términos zafios y toscos: estamos perdidos y la cosa sólo puede acabar mal. Pero yo no puedo y siempre respondo del mejor modo que sé y, aunque no se me escapa que puedo parecer afectado o pedante por intentar que mis palabras se alejen un tanto del lodo de la mancebía portuaria, pues considero que quien quiere mantener una conversación, el que se acerca a platicar debe, al menos, conocer el instrumento que está usando: la palabra. Alguno dirá que lo hago y lo digo por vanidad y no andará muy descaminado porque está escrito «¡Vanidad de vanidades, todo es vanidad y anhelo de viento» (eclesiasté 1,9) pero mis palabras no son nuevas, nada tienen de original ni persiguen asombrar o deslumbrar, sólo quieren que cuanto por ellas expreso resulte comprensible, que no llame a engaño y, si puede, convenza. «Nada nuevo hay bajo el sol» está escrito en el mismo sitio ya a mediados del siglo tercero antes de Cristo y si alguno cree que sí, se equivoca y sólo demuestra una ignorancia crasa.

   Seguiré en el foro comentando lo que me vayan sugiriendo las noticias que van publicando y las opiniones de otros contertulios pero no descarto hacer como mi amigo y como Calicles antes que él y no pasar por intentar rebatir lo que sólo son impertinencias de niños tontos y malcriados.

   ___________________
   (*) Nota: No sé qué edición maneja mi amigo pero tengo que preguntarle (discretamente, claro 😉 ) porque en la mía, por más que busqué -no recordaba algo así de cuando lo había leido-, no lo vi por ningún lado aunque, bien pensado, poco importa.

10. Gracias, amigo, le aseguro que disfruto notablemente con sus comentarios, y lo que es más, y lo digo sin rubor, aprendo….

    Permítame Ud., que le brinde, por si pudiese resultarle interesante, un texto, que en no pocas ocasiones, me ha resultado, de gran ayuda, en mi vida, (copio y pego):

    DESIDERATA*

    Escucha entonces la sabiduría del sabio:
    “Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,
    y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.
    Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.
    Di tu verdad tranquila y claramente;
    Y escucha a los demás,
    incluso al torpe y al ignorante.
    Ellos también tienen su historia.
    Evita las personas ruidosas y agresivas,
    pues, son vejaciones para el espíritu.
    Si te comparas con los demás,
    puedes volverte vanidoso y amargado
    porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.
    Disfruta de tus logros, así como de tus planes.
    Interésate en tu propia carrera,
    por muy humilde que sea;
    es un verdadero tesoro en las cambiantes visicitudes del tiempo.
    Sé cauto en tus negocios,
    porque el mundo está lleno de engaños.
    Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;
    mucha gente lucha por altos ideales
    y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
    Sé tu mismo.
    Especialmente no finjas afectos.
    Tampoco seas cínico respecto al amor,
    porque frente a toda aridez y desencanto,
    el amor es tan perenne como la hierba.
    Acepta con cariño el consejo de los años,
    renunciando con elegancia a las cosas de juventud.
    Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,
    pero no te angusties con fantasías.
    Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
    Más allá de una sana disciplina,
    sé amable contigo mismo.
    Eres una criatura del universo,
    al igual que los árboles y las estrellas;
    tienes derecho a estar aquí.
    Y, te resulte o no evidente,
    sin duda el universo se desenvuelve como debe.
    Por lo tanto, mantente en paz con Dios,
    de cualquier modo que Le concibas,
    y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
    mantente en paz con tu alma
    en la ruidosa confusión de la vida.
    Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos,
    éste sigue siendo un hermoso mundo.
    Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”.

    * Origen:

    En general, ya que no existe evidencia contundente, las discusiones se hallan en torno de tres probables orígenes:

    1- Encontrado en la vieja iglesia de Saint Paul, Baltimore. Fechado en 1692.

    2- El oficial y reconocido: Escrito por Max Ehrmann en 1927 y hecho el depósito de propiedad intelectual en 1948 por su viuda.

    3-Escrito en latín en la pared de piedra de la torre de la campana de la iglesia de St. Paul. La contribución de Ehrmann fue la de traducir al inglés y publicar el material. Su esposa depositó legalmente la obra para ganar control económico sobre su distribución.

    Saludos, desde esta esquinita del mundo.

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