El hexacampeón apunta a su corona número siete tras su séptima victoria en Silverstone ratificando una vez mas que es profeta en su tierra. Ganó seis de las últimas siete ediciones, nada para discutir.

Ayer le adicionó un triunfo más acumulando 87 en 254 presentaciones enarbolándolo en el pedestal del piloto de mayor efectividad (34,25 %) desde el retiro de Michael Schumacher  y está apenas a 4 victorias de alcanzar al alemán en ser el piloto que mayor victorias posee en la fórmula 1, solo es cuestión de tiempo.

La dupla Hamilton-Mercedes hace que para el espectador común, el que no es apasionado por la Formula 1, lo viva de una manera que le haga plantearse de seguir viendo los desarrollos de las futuras competencias. Si quiere sentirse seducido por la categoría, difícilmente este sea un buen año para conseguirlo. Mucho menos cuando ese desprevenido espectador lea que el británico posee en su palmarés el récord de pole position (91) de toda la historia de la fórmula 1, el tercero consecutivo ésta temporada y el séptimo en el Gran Premio de su país, récord que supera aquellos seis conquistados por el legendario Ayrton Senna en el GP de Brasil.

Primeros tramos de la carrera de Silverstone y Lewis Hamilton enseña el camino encabezando el lote.

Recién en las dos últimas vueltas de este Gran Premio se presentó el dramatismo, impulsado por la degradación y posterior pinchadura de algún neumático lo que provocó que nos volviésemos a acomodar frente a la pantalla e inyectarnos un poco de adrenalina. Hasta ese entonces estábamos asistiendo a la acostumbrada tarea de Lewis quien como mayor trabajo hasta ese momento habrá sido tomar agua dentro del cockpit.

Lo único que le resultó extraño a Hamilton fue el marco de la competencia, la ausencia de su público, banderas, las sirenas, el humo y todo ese clima que al británico lo fortalece aún más.

El piloto cumple su función a la perfección y Mercedes hace su parte, claro está, otorgando trabajo incansable y mejora tras mejora, habiendo tomado las precauciones del caso al cambiar la unidad MGU-K del actual campeón previo al fin de semana del Gran Premio y así evitar sorpresas durante la carrera.

La decisión fue como consecuencia de haber detectado ciertas anomalías en la unidad de potencia del británico durante el Gran Premio de Hungría, a pesar del aplastante dominio demostrado. No conformes con lo observado, adelantaron el cambio de la unidad, algo que tenían programado hacerlo para el segundo Gran Premio de Silverstone (70 aniversario).

¿Alguien se animará a apostar por otro número que no sea el 44 para develar el nombre del próximo campeón del mundo?

Lewis Hamilton, profeta en su tierra, celebra su séptima victoria en su país.

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