Una de las grandes decepciones del primer Gran Premio disputado en Albert Park, fue el rendimiento del equipo Williams. Durante todo el fin de semana mostraron una forma bajísima, y lo que es peor, con pocas posibilidades de tener una solución a corto plazo
Las caras de Pastor Maldonado y Valtteri Bottas al acabar los primeros entrenamientos libres del gran premio australiano eran todo un poema. Ambos coincidían en señalar lo inconducible que era el FW35. Hace unos meses, tras los primeros entrenamientos en Barcelona todo eran sonrisas. Se hablaba de una clara mejora para este 2013 gracias a un coche que había nacido satisfactoriamente. En palabras del piloto venezolano: “es un gran paso adelante respecto al monoplaza del año anterior”.
En los simulacros de carrera efectuados se intuía una buena perspectiva. Obviamente no estaban para luchar con los cinco grandes, pero teóricamente estaban mano a mano junto a Sauber y Force India, sus verdaderos objetivos en pista. Fue pisar la pista de Melbourne, y confirmarse todos los peores presagios. El coche, con condiciones de carrera, era más o menos aceptable. En cuanto lo descargaban, la inestabilidad y la falta de ‘feeling’ con el tren trasero eran los sellos del FW35. Lejos quedan las buenas sensaciones de aquel primer día de test en el circuit.
Una de las razones para los graves problemas que tienen, fue la pronta prohibición del sistema de escapes del monoplaza. Era evidente que una de las armas de este coche, iban a ser los escapes con efecto Coanda que Mike Coughlan había diseñado. En Grove intentaron restar importancia a este aspecto, pero a la postre ha quedado demostrado el daño que esta prohibición les ha hecho.
Problemas con los escapes
Según la FIA, el FW35 era un coche ilegal ya que infringia el artículo 5.8.4. El punto discordante era una ranura en los canales superiores de los escapes, que les permitía redireccionar los gases hacia determinados lugares con el fin de disponer de aún más apoyo aerodinámico. Ni la semántica que tanto gusta a Coughlan sirvió para hacer que la FIA diese marcha atrás a su decisión.
Con este problema encima de la mesa, Williams tuvo que seguir con el desarrollo del coche por un camino que en un principio no tenían previsto. Es evidente que esta vía de investigación ha sido un completo fiasco. Hasta el Gran Premio de España, en Grove van a tener que andar parcheando el coche como puedan. De momento, para Sepang ya se sabe que se volverá al coche inicial, obviamente con unos escapes legales. Por lo menos los ingenieros siguen convencidos de que la base es buena, pero que el camino tomado es equivocado. Aún siguen creyendo en este coche.
A corto plazo la cosa pinta bastante mal para Pastor Maldonado y Valtteri Bottas. En Albert Park estuvieron a nada de ser superados por Jules Bianchi y su Marussia. Eso ya es de por si suficientemente clarificador como para ver el problemón en el que están metidos. Este periplo inicial con pruebas fuera de Europa, va a provocar que Williams entre en un modo de minimización de daños. Todo lo que sea perder pocos puntos respecto a Sauber y Force India, será un pequeño éxito. Sin embargo, visto el nivel de estos últimos, se puede decir que pintan bastos en Grove.
Según leí, en Williams afrontaban la primera carrera con el paquete introducido inicialmente en los test de Montmeló, al ver que las evoluciones incorporadas en el resto de los días de test no daban los resultados esperados. Pero no entiendo que tiene eso que ver con la prohibición del carenado en sus escapes, una solución que ya habrían valorado en el equipo como susceptible de ser prohibida y por lo tanto no creo que sea crítica en el rendimiento del coche.