Didier Pironi y Gilles Villeneuve, los reyes sin corona.

Hoy se cumplen 30 años de aquel triste 8 de mayo de 1982. Aquel día Gilles Villeneuve perdió la vida en un desafortunado accidente en Zolder. Durante el día de hoy muchos han sido los medios que han recordado la efemeride, incluso el equipo Ferrari ha preparado una prueba para que su hijo Jacques Villeneuve, rodara con el Ferrari 312 T4 en el circuito de Fiorano. Gilles fue un ídolo de masas y su muerte ensalzó la leyenda.

Pero aquel mismo año, otro piloto dejó la F1 para siempre, su compañero en Ferrari Didier Pironi. Cada año cuando recordamos el aniversario de la muerte de Gilles en Zolder, no puedo dejar de recordar al piloto francés. Y aprovechando la fecha de hoy quería escribir estas lineas en memoria del igualmente bravo piloto.

Pironi llegó a la Fórmula 1 en 1978, después de conseguir buenos resultados en la Fórmula Renault y la Fórmula 2. Con el apoyo de Elf debutó con Tyrell y consiguió buenos resultados. En 1979 recibió una tentadora oferta de Renault, pero Tyrrell no le dejó marchar, así disputó su segunda temporada con los ingleses, consiguiendo subir por dos veces al podio. Esas buenas actuaciones le abrieron las puertas de Ligier. Con el equipo francés consiguió su primera victoria, la fecha fue el 4 de mayo de 1980 y la pista Zolder… Durante ese 1980 consiguió otros tres podios finalizando el campeonato en quinta posición.

En 1981 Pironi fichó por Ferrari, aquí es cuando su destino se enlazó con el del también malogrado Villeneuve. El canadiense era dos años mayor que el francés y ya llevaba mas de tres temporadas en el equipo italiano, en esos tres años Gilles se había convertido en un ídolo de la afición, consiguiendo un subcampeonato y 4 victorias. El recién llegado Pironi fue acogido cálidamente en el seno de Ferrari y entabló una buena amistad con el canadiense que duraría hasta el Gran Premio de San Marino de 1982. Durante 1981, mientras Villeneuve sumaba dos nuevas victorias y otro podio a su palmares, Pironi lo consideraba como un año de aprendizaje y no conseguía subir al podio en ninguna carrera.

Llegó 1982, y con él llego la desgracia. Éste era el año en que Pironi ansiaba convertirse en el primer campeón del mundo francés. Ferrari disponía de un mejor coche que en 1981, pero presentaba algunos problemas. El año no empezaba de buena forma para los protagonistas de esta historia, las tres primeras carreras se saldaban con un punto para Pironi y cero para Villeneuve. Y en esa complicada situacion llegaban a la carrera de casa, Imola.

En la calificación de Imola consiguieron la tercera y cuarta posición por detrás de los dos Renault. En carrera vimos una gran lucha entre los dos Ferrari y el Renault de Arnoux, hasta que a 16 vueltas del final el turbo del francés dejo de soplar. Entonces lo que debería haber sido un día feliz para Ferrari con el doblete de sus dos coches en la carrera de casa, se convirtió en el principio del final. Tras quedar solos en punta, el equipo italiano dio ordenes para que sus pilotos mantuvieran las posiciones, esto le daba la primera plaza a Gilles y el segundo puesto a Didier. Pero en la ultima vuelta el francés adelantaría a su compañero, consiguiendo así su primera victoria con Ferrari. Villeneuve se sintió traicionado por su equipo y por su compañero.

A partir de aquel día no volvió a dirigirle la palabra a Pironi. Sólo dos semanas después llegábamos a Zolder. Gilles tenía ganas de revancha, quería demostrarle al francés quién era el líder del equipo. A falta de 10 minutos Gilles estaba sexto, sólo 0,1″ por detrás de Didier. En su ultimo intento no consiguió rebajar el tiempo, y estaba volviendo a boxes como si se tratara de una vuelta rápida. En el transcurso de esa vuelta se encontró con el March de Jochen Mass. Villeneuve colisionó con la trasera del March y el Ferrari salió catapultado. Ese accidente le costaría al vida a Gilles Villeneuve... Ferrari decidió no participar en la carrera. Con lo que el francés sumaba un nuevo cero en su casillero. Después de este accidente, y de forma muy injusta, muchos seguidores responsabilizaron a Pironi de la muerte de su compañero, dando por supuesto que la traición en Imola era la causante del accidente del canadiense.

La pérdida de su compañero de equipo no hizo mella en Pironi,  tras grandes exhibiciones de pilotaje consiguió 6 podios en 7 carreras. 2º en Monaco, 3º en Detroit, 1º en Zandvoort, 2º en Brands Hatch y 3º en Paul Ricard.  Sólo queda la mancha del 9º puesto conseguido en Canadá, donde el desafortunado francés provocó el accidente que le costaría la vida a Riccardo Paletti. Pironi salia en la pole, pero su coche se quedó parado en la parrilla, Paletti que salía en las ultimas posiciones, llegó lanzado y no pudo esquivarlo.

Pironi recuperó todo el terreno perdido y llegó al Gran Premio de Alemania líder del campeonato. Pero aquí se escribiría la ultima página de este bravo piloto en la Fórmula 1. En el warm-up y bajo una lluvia torrencial, estaba probando un nuevo compuesto de gomas de agua. Al paso de los coches se levantaba una espesa cortina de agua que no dejaba ver lo que tenían delante. Pironi estaba rodando a un ritmo endiablado, e intentó adelantar al Williams de Derek Daly. Pero el destino quiso que el Renault de Alain Prost estuviera rodando en paralelo con el Williams. La cortina de agua que levantaban ambos coches impidió que Pironi viera el Williams. Esto hizo que el francés colisionará con la trasera del coche de Prost y que su Ferrari saliera volando, en un accidente prácticamente calcado al que le costo la vida a Villeneuve. El accidente fue enorme, y Pironi sufrió tremendas heridas en sus piernas. Incluso se pensó en amputarselas. El francés tardaría años en recuperarse.

De esta triste forma perdió Pironi el que posiblemente hubiera sido su campeonato del mundo. A pesar de no disputar la carrera de Zolder en señal de luto, y de perderse las ultimas 5 carreras tras su accidente, fue subcampeon mundial de 1982, quedando a sólo 5 puntos del título.

Años después, en 1986, Pironi intentó volver a la Fórmula 1 pero sus abogados le recomendaran que no lo hiciera. Resulta que el seguro que tenia el piloto le había pagado una importante suma de dinero al haber quedado incapacitado para la práctica del automovilismo, si volvía a la F1 debería devolver ese dinero. Al no poder competir con los coches, se dedicó a su otra gran pasión, las carreras de barcos. Fue un accidente participando en una de estas carreras donde encontró la muerte. Así el francés nos dejo el 23 de agosto de 1987.

Cuando Didier murió su mujer estaba embarazada de gemelos. No podía ser mejor el nombre que su madre eligió para ellos, se llamaron Didier y Gilles…