El NO REGRESO de Michael Schumacher

En otras condiciones, en otro contexto, esta noticia no causaría mas sentimiento que el de la decepción de no poder ver el reentré del poseedor de los mejores números de la Fórmula 1.
El accidente en moto de Michael del pasado febrero fue cierto y, probablemente, más severo de lo que a través de la prensa se nos informó de él.
Lo que ocurre es que con los dirigentes de la Fórmula 1 actuales todo, absolutamente todo, huele a sospecha.

Y, ¿que genera ese olor?, pues habrá quien crea que es que algunos aficionados tenemos la pituitaria muy fina, y todo nos huele raro, hasta un ramo de rosas, pero no. Ese olor lo generan los dirigentes de este nuestro deporte favorito, los cuales llevan muchos años acumulando «muertos» debajo de sus axilas, y, como buenos ingleses, les cuesta mucho lavarse.
¿Quien puede decir que no es lícita la sospecha de que todo el asunto del regreso de Schumacher fue un movimiento de marketing?.

Y que, además, se da en unas fechas posibles ya que se ha firmado el Pacto de La Concordia. En fechas pretéritas, con amenazas de campeonatos paralelos, no veía yo a Ferrari echándole la manita a la FOM y a la FIA con un montaje de este tipo.
No digo que sea, pero sí que suena todo a un montaje destinado a conseguir el éxito económico en algunos GPs.

Si la FIA, (en clara venganza contra Renault y Briatore), no hubiese anunciado una sanción desproporcionada a Renault, (equipo en el milita Alonso, ídolo de la afición española al automovilismo), tal vez no hubiese hecho falta inventarse lo de Schumacher.

Pero lo dicho. A lo mejor todo es puritita casualidad. Pero estos dirigentes de la Fórmula 1, (uno dice: gracias a Dios, que se va), son como «El Rey Midas», pero en vez de convertir en oro todo lo que tocan, lo convierten, no tanto en «caca», pero sí, sea en lo que sea, con olor a «caca».