Cuando BMW compró el equipo Sauber, los alemanes tenían un plan perfectamente estudiado. En su primera temporada (2006) el objetivo del BMW Sauber F1 Team era estar regularmente en los puntos. El segundo año querían lograr podios y el tercero victorias. Y el plan iba sobre ruedas, cumpliendo todos los objetivos escrupulosamente.
La temporada 2008 alcanzaron su objetivo de conseguir alguna victoria cuando en el GP de Canadá Robert Kubica lograba su primera victoria, la primera victoria del equipo y la primera de un piloto polaco en la historia de la F1, completando además el éxito del equipo el doblete conseguido gracias a la segunda posición de Nick Heidfeld. Hasta ahí, perfecto.
Pero habiendo logrado ya su objetivo del 2008 y con la mente puesta en el del 2009 (luchar por el Título Mundial), el equipo decidía a mitad de temporada quitar recursos para la evolución del F1.08 para concentrase en el desarrollo del F1.09, a pesar de que Robert Kubica estaba en una posición envidiable para luchar por el título. Fue muy patente el enfado de Kubica, que con su mentalidad ganadora no podía entender que el equipo no siguiera desarrollando el monoplaza para luchar por el campeonato. A partir de ahí, las prestaciones del BMW cayeron en picado y las posibilidades de ser campeones se esfumaron.
Pero tras ese enorme sacrificio, lo peor ha llegado en 2009. A pesar de debutar en Australia luchando por la victoria, la competitividad del BMW ha caído rápidamente. El equipo ha adolecido de falta de evoluciones en su coche y también de una escasa capacidad de reacción al declararse legales los difusores dobles.
Nos podemos imaginar como se puede sentir Robert: «Nunca se sabe dónde vas a estar el año siguiente. Por eso estaba decepcionado el año pasado cuando no aprovechamos la oportunidad mientras estábamos muy cerca de los primeros. En nuestro equipo todo está planeado paso a paso pero a veces hay que desviarse de los planes. Hay que aprovechar las oportunidades o se pasan».
Sí que se les ha chafado el plan a BMW y bien además, estos alemanes cuadriculados…
una pena, yo este año contaba con que a estas alturas ya habríamos visto varias veces a Kubica en el podio, y es que no hay manera…
Saludos a todos esos incondicionales!!
Pues sí, una pena. Esta temporada también demuestra que aunque el piloto sea muy importante, el coche es también fundamental. Ni Alonso, ni Hamilton, ni Raikkonen, todos ellos campeones del mundo, pueden competir contra Jenson Button.