El pasado 29 de Marzo se cumplieron 40 años de uno de los episodios mas resonantes de rebeldía de un piloto para con su equipo en la historia de la fórmula 1. Muchas han sido las rispideces entre distintos compañeros de equipo desde que se inició la categoría a lo largo del tiempo, y mas aún si los pilotos son destacados, de máxima jerarquía y del mismo nivel.
Quien dió sobrada muestra de coraje fue el argentino Carlos Alberto Reutemann, quien a bordo de un Williams FW07C en el autódromo de Jacarepagua en Rio de janeiro llegó al triunfo precediendo al entonces campeón del mundo Alan Jones sin obedecer las órdenes que el equipo le impuso a ocho vueltas del final para que dejara pasar al australiano.
Memorable fueron las fotos en las que se mostraba el cartel que aducía a tal decisión en el cual rezaba “JONES-REUT”. EL mismo Reutemann declaraba a todo el que le preguntase al respecto que por las condiciones climáticas no había visto ningún cartel.
Lejos estuvo el santafecino de dejarse llevar por esta orden. El cartel se presentó durante varias vueltas y en lugar de bajar la diferencia, la aumentaba. A tal punto que también le mostraron otro indicando que faltaba solamente una vuelta. Durante la carrera dominó bajo la intensa lluvia, mostró un manejo notable y sólido aventajando a pilotos de la talla de Alan Jones y el local Nelson Piquet (Brabham BT49) quien había logrado la pole pósition. La mala elección de neumáticos por parte del brasileño, o quizás la acertada elección del argentino, que partió desde el segundo lugar, hizo que el piloto de Williams picara en punta para brillar en un Gran Premio que lo había visto ganador en 3 oportunidades: 1972 (Interlagos, sin puntaje), 1977 (Interlagos) y 1978 (Jacarepaguá). En segundo puesto llegó su compañero de equipo y en tercer lugar Ricardo Patrese (Arrows A3).
La rabia del australiano ante tamaña muestra de lo que el consideraba un desacato fue demostrada al no subir al podio a recibir su premio. “¿Cómo un piloto que corrió más de 10 años en la F.1 no puede ver los carteles de su equipo?” se preguntaba el campeón del mundo después de terminada la carrera. “Me arrepiento de haber pensado que Carlos obedecería el cartel y de no ser más inteligente, de haber atacado 15 vueltas antes. Creo que tendremos que tener una charla con Frank [Williams], porque descubrí que deberá cambiar mi mentalidad y la forma de conducirme dentro del equipo” agregó en declaraciones para la revista argentina El Gráfico.
Esa temporada era para el argentino su oportunidad para pelear por el campeonato mundial dado que contaba con un muy buen monoplaza y sus 39 años inducían al mismo a lanzarse a su conquista de una vez por todas. Ya el año anterior había ayudado al australiano a coronarse campeón (En el Gran Premio de Austria también fue obligado a mantener sus posición para no sobrepasar a su compañero) mostró todo su talento y acompañó esa campaña con un excelente rendimiento, situación que lo llevó a considerar que su hora de coronación había llegado. Comenzó aquella temporada con una victoria en el Gran Premio de Sudáfrica en Kyalami (carrera que finalmente no otorgó puntos por un conflicto suscitado entre la FISA y la FOCA ), luego en Estados Unidos, en Long Beach llego por detrás de Alan Jones y a pesar de contar con auto para doblegarlo fue obligado a mantener la posición hasta el final de la competencia.
Al finalizar el Gran Premio de Brasil quedaron igualados en puntaje, la próxima carrera seria en su país y en la mente del argentino ya estaba instalado sus ansias de campeón, un sueño que de a poco se lo fueron arrebatando los propios integrantes de aquella escudería bajo el mando de Frank Williams a medida que transcurría la temporada y que tuvo su desenlace en el Gran Premio de Las Vegas, última fecha de aquel campeonato del mundo, carrera en la cual el equipo le brindó el mejor auto y la mejor atención al australiano que no tenía posibilidades de título en lugar de otorgarle a Reutemann una unidad acorde a lo que se estaba jugando. El quinto puesto de Nelson Piquet al finalizar el Gran Premio (Que increíblemente ganó Alan Jones, en la que fue su última victoria en la fórmula 1) postergó por un solo punto las ilusiones del piloto de Santa Fe de coronarse campeón, quien cruzó a duras penas la meta, a una vuelta del ganador y en octavo lugar con un auto que no tenía nada que ver con las prestaciones que venía teniendo durante el año. El plan de Frank Williams en beneficio de Alan Jones había dado finalmente sus frutos y la venganza se había consumado.
Así fue. Un gran piloto que se quedó fuera del palmarés de campeones. La historia acaba recordando sólo a aquellos que quedaron primeros, cuando ha habido algunos mejores que los que ganaron el Campeonato del Mundo u otros que se irán de la F1 con muchos más campeonatos que otros que fueron mejores pilotos. El caso es que el coche y el equipo siempre han tenido gran importancia y más en los últimos años.
Estuve en la carrera del segundo cartel REUT – JONES. El Lole decía que este año le tocaba a él el campeonato. La carrera de Sudáfrica la ganó saliendo con slicks en la carrera con lluvia, otros lo intentaron con éxito y otros terminaron afuera. Al final no se tomó en cuenta los puntos. La trampa de Ecclestone con un sistema hidráulico impidió en la carrera de Buenos Aires que ganara Reutemann en el día de su cumpleaños por primera vez en su país (tuvo posibilidades en el 72, 74, 75, 77, 78, 79, 80 y 81), y luego ser el campeón también (Piquet sin 9 puntos y Reutemann con 3 puntos más era campeón en un campeonato que se definió por un punto escaso, ni hablar si valían los puntajes de Sudáfrica). Williams cometió el error de cambiar de gomas en plena temporada. Recuerdo que el Lole también le tuvo que ceder el primer puesto en Mónaco 1980 a Jones pero ganó luego de quedarse Pironi y Jones. Esta carrera del 81 y la del 74 quedándose sin nafta en la última vuelta solo fue superado en mala suerte y dramatismo por Massa en 2008.