Proeza legendaria de Pérez venciendo en una carrera absolutamente loca

Prácticamente inenarrable lo visto hoy en esta segunda cita bareiní. Con solo echar un vistazo a los integrantes del podio, por este orden Sergio Pérez, Esteban Ocon y Lance Stroll, ya se pueden hacer una idea de la envergadura de esta carrera, y del sinfín de circunstancias que se dieron hasta llegar a tal conclusión. Así pues intentaremos hacer primero una síntesis de lo acontecido, para luego pormenorizar ya en más detalle.

Mil y un protagonistas, por unas u otras cosas, hubo en Sakhir. Muchos por lo bueno, y algunos por lo no tan bueno. Pero hoy, con permiso de George Russell, me quedo con Checo Pérez. Justicia divina, podría decirse que es lo que se dio esta noche en Baréin. Porque si alguien le dice al mexicano, tras ser embestido en la salida cuando pugnaba por la segunda plaza y caer a la última posición teniendo que entrar a boxes a reparar… si alguien le dice que iba a terminar ganando la carrera, probablemente habría sido tildado de loco, incluso por el mismo Sergio, que a buen seguro lamentaba con amargura otra desgracia cuando tenía visos de volver a brillar. Pero a veces los dioses tiran los dados, y no solo una vez, sino que repiten, de modo que la jugada que al principio puede parecer fatídica, pasa a convertirse en algo superlativo, casi irreal.

Y así fue. Porque el desempeño posterior del de Racing Point , sin volante a estas alturas para el año que viene, y la remontada hasta ganar la carrera, entra casi en terreno de lo legendario. Ayer les escribía yo aquí que este piloto lo contaba en el top-3 de este curso con Lewis Hamilton y Max Verstappen… Pues bien, tras lo de hoy rectifico, y me atrevo a decir, siempre desde mi subjetiva opinión, que Sergio Pérez ha sido el mejor piloto de esta temporada. Evidentemente Hamilton y todas sus gestas y récords están en otra liga, pero en verdad pienso que, si lo vemos relativizando y teniendo en cuenta todos los parámetros, la mejor campaña de la parrilla ha sido la de Pérez… sin volante a estas alturas para el año que viene.

Y ya les digo que no es solo por esta victoria. Repasen sus carreras de este 2020. Revisen sus actuaciones. Atiendan a la de veces que además el infortunio en modo de averías, fiabilidad y demás sinsabores le han descabalgado cruelmente de grandes resultados (podios incluidos) forjados a sangre y sudor. Con ello en la retina, y poniendo en perspectiva las monturas de Hamilton y Max (aparte de su indudable calidad), es con lo que me atrevo a hacer estas afirmaciones, repito que muy personales, de un pilotazo como un templo de grande… que a estas alturas está sin volante para el año que viene.

Y les diré más. Les confesaré que yo mismo siempre tuve ciertas reticencias respecto a Sergio. No cuestionaba su calidad, porque solo los necios cuestionan hechos objetivos, pero sí algunas maneras suyas, sobre todo al principio, cuando me parecía un piloto en exceso duro en la pista, digamos que innecesariamente duro muchas veces, coqueteando con traspasar esa línea que define a los pilotos “sucios”. Como digo, esto fue sobre todo en sus inicios, pero no tengo reparo en reconocer el enorme progreso y madurez que el mexicano ha tenido en los últimos años. Una evolución sobresaliente que a mi entender ha explotado este curso, en el que me he rendido ante él. Habrá quien diga que claro, esta temporada ha dispuesto de una máquina soberbia (y es verdad) pero lo mismo se puede argumentar de Lewis o de Max y no se pone en duda su valía. Por ello, reitero para concluir, que me quedo con la sensación de haber visto en Pérez al piloto del año… y que a estas alturas, sí, de verdad se lo digo, no tiene volante para la temporada que viene.

Ha habido más protagonistas, claro: Esteban Ocon no ha sido segundo solo por casualidad, sino fraguando una gran cita, y el propio Carlos Sainz, cuarto al final y a puntito de coger otro podio, se ha marcado también un Gran Premio de órdago. Pero el otro protagonista principal de hoy no puede ser otro que George Russell.

Hay que ponerse de pie y aplaudir a este chico por lo que ha demostrado hoy en la pista. No se puede hacer mejor. Ha hecho todo lo que tenía que hacer (y perfectamente, sin un solo error) para ganar esta carrera. Solo aquellos dados de la diosa fortuna de la hablábamos antes (ayudados notablemente por una incomprensible enajenación mental en la que ha entrado en un momento dado su propio equipo), solo esto lo han privado de firmar una heroicidad y un triunfo que se recordaría por décadas.

Porque hoy la carrera era y ha sido de Russell de inicio a fin. Sin más. Un Gran Premio perfecto que iba a ganar sin paliativos, con matrícula de honor, cum laude, hasta que se vio relegado a falta de escasos giros hasta posiciones más acordes con su Williams de ayer, que con su Mercedes de hoy. Al final consiguió acabar octavo y anotarse la Vuelta Rápida de carrera, pero amargo consuelo ha de saberle tras la clase maestra de manejo que ofreció esta noche en Sakhir.

La imagen que nos dejó, nada más acabar y bajarse del monoplaza, apartándose a un solitario rincón en un margen del trazado, para tumbarse y llorar en soledad contemplando las estrellas del cielo bareiní, son las imágenes puras de la tristeza, de la amargura, de la pesadumbre, de los sueños rotos cuando los acariciaba con los dedos… la imagen de la derrota. Seguro que así se sentía George en esos momentos, sin saber aún que todo eso está lejísimos de la realidad… porque fue todo lo contrario: el mundo hoy no vio la cara de una derrota… el mundo ha contemplado a un triunfador de tal talento que esa calidad parece emanar de su ser, como si su propio cuerpo no pudiera contenerla. Nos sabe fatal cómo terminó para él la carrera, pero no me preocupa ni lo más mínimo, porque hoy ha demostrado ya todo, y esto solo lo hará mejor mañana.

Y para concluir el repaso nombres propios, unos breves apuntes en los aspectos más negativos. Me quedo hoy con dos hombres: uno de ellos Charles Leclerc. No estuvo acertado en la salida y tal vez un exceso de ímpetu o ambición lo llevó a cometer un error que fue capital para otros rivales como Verstappen, él mismo, o el propio Pérez (quien afortunadamente pudo rehacerse, y de qué forma). Pero en fin, estos errores son cosas de carreras que a veces pasan, y nadie está a salvo de cometer una pifia en algún momento , por lo que tampoco es tan grave. El otro protagonista por lo negativo, evidentemente, es el nombre que falta: Valtteri Bottas.

Ha quedado muy retratado hoy el finlandés, y barruntamos que va a quedar tocado tras esto. Porque hoy, sin Hamilton, era perentorio para él reivindicarse en carrera y en el equipo. Era crucial incluso para su propia autoestima el dar un golpe encima de la mesa dejando claro a todos que, a falta de Lewis, él coge el relevo en la voz cantante de la parrilla y sobre todo en Mercedes. Ayer sí lo hizo en una especialidad (la vuelta rápida) en la que es muy competitivo. Pero hoy, ha naufragado en su punto más débil, la carrera.

El caso es que tal vez, si hubiera arrancado bien y tomado la delantera limpiamente, probablemente habría podido ganar la carrera sin muchos problemas (cuando corre delante, sin presión y sin “vientos desfavorables” no lo hace mal y a veces ha ganado así a Hamilton)…. pero en cuanto se le tuerce algo al finés, mal asunto. Era clave mantener la primera plaza en la arrancada, y no lo hizo. Ahí ya todos presentíamos lo peor, porque además Bottas suele rendir fatal en el cuerpo a cuerpo, en la lucha de adelantamientos, y con la sobrepresión. Y así fue.

Hasta el punto de que además Russell lo ganó en todos y cada uno de los aspectos: largó mejor, fue más rápido, consiguió despegarse un poco, tuvo mejor ritmo, y encima lo batió también en la lucha cuerpo a cuerpo cuando se enfrentaron otra vez cerca ya del final. Por eso decíamos que la carrera era de George sin paliativos, y eso es algo muy preocupante para Valtteri, que sin duda hoy ha quedado muy señalado y no va a pasar buena noche. Tiene mucho que replantearse. (Y por cierto, probablemente, y sin hacerlo consciente o intencionadamente, el mensaje que la actuación de Russell hoy le deja a Hamilton, no es cosa a pasar por encima ¿no les parece?).

Y estos fueron los tiempos, posiciones y resultados de este extraordinario Gran Premio de Sakhir de 2020: