GP de Mónaco 2017: Ferrari apuesta por Vettel

Que en el circuito urbano de Monte Carlo es quimérico adelantar, siquiera una posición, es algo por todos sabido. Y con los actuales monoplazas de esta temporada, más aún. Tarea imposible, pues.

Así, los cambios de posición (siempre que no haya condiciones que alteren el lógico transcurrir de la prueba, como accidentes, coches de seguridad, o similares), prácticamente solo se pueden ver atendiendo a dos estrategias de carrera posibles… es decir, o adelantando la parada respecto a tu rival si tal condición te favorece, o con lo diametralmente opuesto: retrasando deliberadamente el pit stop si esa táctica te es factible y rentable.

Lo que está claro, en otras palabras, es que si copias la táctica de tu rival (o él la tuya), estás listo para sentencia, por más veloz que seas yendo tras él. No lo pasarás… o probablemente de intentarlo acabaréis los dos contra el muro.

Pues bien, una de esas estrategias es lo que usaron varios pilotos hoy en Mónaco. Precisamente dos de ellos terminaron en el podio. El vencedor, y el tercero. Es decir, Sebastian Vettel  por Ferrari y Daniel Ricciardo por Red Bull.

Ya que la carrera era claramente de Kimi Räikkönen, que comandaba sin excesivos problemas seguido de su compañero de escuadra, hasta que los de Maranello decidieron priorizar el resultado de cara al campeonato de pilotos, viendo el resbalón en Mónaco de Lewis Hamilton, y sabedores de que no peligraba el doblete de la Scuderia. En ese momento le dieron la carrera al piloto alemán, y se acabó el asunto.

Porque la salida fue muy limpia. Las calles monegascas imponen respeto en la largada, y la mayoría opta por la cautela, en vez de jugársela y terminar antes siquiera de haber empezado a rodar.

De esta manera, Kimi cogió unos metros y tiró fuerte en las diez vueltas iniciales, atesorando un colchoncito muy cómodo sobre su compañero de equipo, de entorno a un par de segundos. Luego ya fue apretando Vettel, quien poco a poco enjugaba esa desventaja acercándose al rojo ala trasero de su colega de escuadra.

Pero poco más que eso, un acercamiento, es lo que había, pues como decimos, era impensable intentar meter el morro en condiciones mínimamente seguras. Por esos instantes, sobre el giro 20, el infortunio se ceba en Nico Hülkenberg, al que la fiabilidad le está llevando por el camino de la amargura  esta temporada, sobre todo cuando su Renault copa posiciones de buenos puntos. El motor del alemán se achicharra con el consiguiente abandono obligado.

Poco después, en la 27, Sebastian ya está pegado a Raikkonen. Se aprecia claramente que tiene un mejor ritmo que el finlandés. Pero de ahí a poder adelantarlo, o intentarlo incluso, media un abismo.

Realmente, las diferencias entre los cinco primeros clasificados (sendos Ferrari, el Mercedes de Valtteri Bottas, y la pareja de Red Bull con Max Verstappen y Ricciardo) son bastante exiguas, rodando los cinco en apenas seis segundos de diferencia.

Pero es entonces cuando se decanta la carrera, y en Ferrari deciden apostar su banca por el líder del mundial. Bottas y Verstappen que siempre en eterno duelo, han parado en el giro 33, e igualmente los del equipo colorado deciden meter a Kimi, prematuramente también (en la 34) a cambiar gomas.

Saben que ese cambio le va a proteger de Max y Valtteri, y que además le valdrá para no temer ante Ricciardo que era el último de los cinco punteros, por lo que como mal mayor, quedará encuadrado en segunda posición. Pero además saben que esas gomas que cambian aún pueden dar mucho de sí, como atestiguan las vueltas rápidas de carrera que acto seguido van marcando tanto Daniel como el propio Vettel.

De esta manera, cuando esos dos realizan su pit stop, varios giros después, el australiano sale tercero, por delante del otro Red Bull y del Mercedes, mientras que Sebastian se reincorpora a pista ya líder, por encima de Kimi.

La más que posible (y casi cómoda) victoria del finlandés, ha sido sacrificada, pues ya nada podrá hacer de aquí al final, más que resignarse a ese segundo puesto. Por otro lado, el que también ha optado por esa estrategia es Lewis Hamilton, quien incluso con el Mercedes se ve impotente para rebasar coches mucho menos competitivos en Monte Carlo, pero que alargando su parada hasta la 46, se colocará séptimo, una plaza más que aceptable para lo que podía haber sido.

Justo delante del británico va Carlos Sainz, con un excelente Toro Rosso en las calles de Mónaco, y que desde la misma salida se ha mantenido en esa posición con gran solidez, sin errores y ciertamente sin pasar demasiados apuros. Muy seria carrera del español hoy.

De aquí al final poca más tela que cortar, la verdad, en una prueba más táctica que emocionante, y que resultó un tanto soporífera si descontamos el siempre glamuroso devenir de los bólidos por la urbe del Principado.

Por contar, en el giro 60 vimos cómo el sustituto de Fernando Alonso, Jenson Button, se tocaba con Pascal Wehrlein en la curva de antes del túnel. El neumático trasero derecho del Sauber se monta sobre el delantero izquierdo del McLaren, saliendo el bólido suizo despedido por los aires, y terminando volcado contra las protecciones. El lance fue a poca velocidad, por lo que afortunadamente  tuvo más de espectacularidad que de daño serio.

Salió el Safety Car, y cuando al poco se retiró, todo siguió igual aderezado con varias banderas amarillas sin mayor trascendencia hasta el final, ocasionadas por algunos otros abandonos y choques menores (como fue una fea maniobra de Sergio Pérez a Daniil Kvyat, intentando meterse por donde no se cabía, y provocando el abandono del ruso, cuando rodaba en una meritoria novena posición).

Y en lo tocante a los punteros, nada cambió bajo el sol. Vettel acabó exultante por la victoria y el mordisco importante que le da a Lewis, Raikkonen bastante mosqueado y dolido, pero resignado (su rostro en las ceremonias del podio y posterior entrevista daba miedo), Ricciardo tan feliz y contento como siempre, con la misma sonrisa con que nos concedió unas horas antes la entrevista en exclusiva que les publicamos antes de la carrera (y en la que por cierto, pareciera que sacamos la bola de cristal del adivino, pues casi clavamos punto por punto todo). Hamilton minimizando en lo posible la cornada del sábado, aunque va a tener que remar muy mucho este año… y Sainz perfecto todo el fin de semana, consiguiendo lo máximo que físicamente se le puede pedir a su montura.

Y estos fueron los resultados finales de este Gran Premio de Mónaco de 2017: