¿Estamos ante una gran crisis en Ferrari?

Desde hace dos semanas, la Scuderia Ferrari, no para de enviar al mundo noticias que contradicen sus antiguas declaraciones, en 2015, de «remar todos en la dirección correcta» y sus muestras de unión y de buen ambiente. Por un lado, tenemos las declaraciones que vienen, digamos, desde la parte mas «baja», es decir, los pilotos. Kimi Raikkonen siempre ha sido un piloto muy poco dado a realizar declaraciones, pero Sebastian Vettel, desde 2014,  ha sido un piloto mas activo en el terreno de expresarse, ya sea con palabras o con hechos. Desde principios de Julio, se rumoreaba que Vettel había estado en contacto con Mercedes para una posible entrada en el lugar de Nico Rosberg, cosa que no sucederá al renovar este último el pasa fin de semana. Aun así, Vettel sigue en el aire, sin renovar con Ferrari, dando a entender que no está contento con la escudería y que su feliz matrimonio que comenzó en 2015, flaquea en ciertos puntos en los que jamás esperó flaquear.

También hay que tener en cuenta las continuas quejas de Vettel, las cuales no agradan al equipo y dejan patente que el piloto no está cómodo ahora mismo en un equipo que parece mas preocupado por deshacerse internamente que por evitar que Red Bull le coma la tostada en los circuitos, cosa que parece muy cercana. A esto hay que añadirle las últimas declaraciones que podemos leer aquí en las que Vettel habla sobre el bochornoso espectáculo de las banderas amarillas. Kimi por su parte, también a hablado sobre las maniobras de Max Verstappen y ha sugerido a la FIA que las normas deberían ser las mismas para todo el mundo.

Marchionne quiere reestructurar Ferrari

Por otro lado tenemos a los altos mandos de la escudería haciendo aún mas imposible la recuperación en pista del equipo, puesto que comienzan a anteponer sus intereses a la competición y a dejar de actuar como un equipo para convertirse en un «Todos contra todos». Maurizio Arrivabene, por su parte, se niega a hablar con la prensa inglesa y se ha posicionado en contra de Sergio Marchionne y para la prensa italiana casi contra la mismísima Ferrari. Por otra parte, James Allison está muy cerca de abandonar la escudería debido a las desavenencias que hay entre Machionne y él, cosa que sería muy poco beneficiosa a mitad de la temporada debido a que tendrían que contratar a otra persona que no conoce el coche como él. Ferrari intentó contactar con Ross Brawn de nuevo, pero éste les ha cerrado la puerta en las narices, harto de la insistencia de la escudería cuando Brawn anunció claramente que no regresaría a la Fórmula 1. Por su lado, Marchionne comienza a tragarse las palabras sobre los resultados que Ferrari iba a conseguir este 2016, debido a que después de once carreras, Ferrari no ha logrado una sola victoria.

Con lo cual, el panorama para la escudería es ciertamente complicado, pues están corriendo con un monoplaza que parece involucionar y sus problemas internos les impiden atajar el problema de raíz, puesto que los jefes están más preocupados en mirarse el ombligo y acusarse los unos a los otros que de solucionar sus problemas todos en conjunto. Si a esto le unimos lo agresiva que es la prensa italiana con Vettel, que han pasado del amor al odio, tenemos un clima de inestabilidad perfecto para vivir otro culebrón en la Fórmula 1.