Cuando comienza a asomar el muro...

¿Se la jugó o no Rosberg a Hamilton?

Al final de temporada comprobaremos hasta qué punto el incidente de Nico Rosberg en el Q3 de Mónaco puede ser uno de los momentos más determinantes de la temporada. Sobre todo, como desencadenante de conflictos mayores. Aunque los responsables de Mercedes presionarán a sus pilotos para la rivalidad no se les escape de las manos, hay ya un Rubicón en la pugna entre Hamilton y Rosberg.

Para el británico, Rosberg frustró deliberadamente su vuelta final, provocando una bandera amarilla que le impidió lograr una pole que valía una victoria. Lo tuvo claro nada más bajarse del monoplaza, y también mucho después, a tenor de su comportamiento en la rueda de prensa posterior a la prueba.

¿Lo hizo adrede o no Rosberg? Para empezar, algunos datos. Su última vuelta no mejoraba el registro anterior, y el alemán lo supo cuando bajaba por Mirabeau, ya que había fallado en la trazada de Massenet, antes del llegar al Casino. Una vez consciente de ello, si quería neutralizar la sesión con una bandera amarilla, qué mejor sitio que en una de las pocas escapatorias del trazado. Schumacher ‘aparcó’ su monoplaza en medio de la pista en 2006.

Luego, Rosberg echó marcha atrás rápidamente para volver a la pista en un trazado donde, con los minutos finales de la Q3 en marcha, no tenía demasiado sentido. Sabía que la bandera amarilla bloquearía a su compañero, que siempre había salido por detrás en cada intento en los entrenamientos.

Puede que fuera mera casualidad, pero Rosberg fue el único piloto de los diez presentes en el Q3 que provocó una bandera amarilla por error de pilotaje. Dadas las circunstancias del momento, daba que pensar. Porque, en su intenso y particular duelo con Hamilton, el alemán no había conseguido ganar en toda la temporada al británico, ya que su triunfo de Australia se produjo cuando Hamilton había abandonado. Rosberg era consciente de perdería por quinta vez consecutiva el domingo. Según el tiempo de Hamilton en su vuelta final, con el tiempo del primer parcial, la estimación de su giro hubiera superado cerca de dos décimas al mejor tiempo de Rosberg.

Que lo hiciera deliberada o instintivamente, solo él lo sabe. Concediendo que lo expuesto anteriormente fuera un cúmulo de circunstancias que se conjugaban en su contra, es la imagen exterior al llegar a la curva la que delata unos movimientos que no se corresponden con la dinámica habitual en ese punto de una vuelta al límite como debía ser aquella.

Bastante antes de afrontar la curva, y justo antes de la parte más intensa de la frenada, Rosberg mueve las manos de forma antinatural. En vez de intentar equilibrar un coche que se ha descontrolado en plena frenada, parecía buscar desestabilizarlo él mismo con los golpes de volante a la vez que aplicaba presión a los frenos. La zaga del coche seguía los volantazos, no era aquella la que provocaba la reacción de estos. Daba la sensación de que Rosberg no quería girar para tomar esa curva. La telemetría obviamente, solo confirmaba los resultados de su maniobra, no su intención.

Por nuestra parte, hemos contrastado la opinión de al menos tres pilotos de primerísimo nivel para conocer sus impresiones al respecto quienes, lógicamente, no desean hacerla pública al ofrecerse en conversaciones privadas. Dos de ellos no tienen la menor duda. Rosberg lo hizo a propósito. Y su juicio se basa en una dinámica de conducción que, como pilotos, conocen muy bien. Poco después de producirse el incidente, el tercer piloto pensaba lo contrario, pero al ver las imágenes exteriores ya tenía más dudas.

Y, efectivamente, Rosberg rompió la racha de Hamilton. Era lo que necesitaba. Ese piloto que, según Hamilton, no tenía tanta “hambre” como él por sus orígenes sociales, le robó la cartera en el Gran Premio de Mónaco. Habrá que ver cuál será la respuesta del británico en los momentos críticos que se sin duda se vivirán en la pista durante 2014. Porque solo era la sexta carrera de la temporada. Todavía nos quedan trece…