Y es que no queda otra. Cuando a principios de temporada nos las prometíamos muy felices pensando que este año Renault sí que pondría desde el inicio del campeonato un coche competitivo en manos de Alonso para poder luchar por el título, la realidad nos ha dejado un poco fríos. Pero lo mismo puede decirse de McLaren, Ferrari, BMW… en un año en el que el orden natural se ha puesto del revés.
Así las cosas, Renault introducirá novedades en el próximo Gran Premio de Alemania (aunque todos los equipos las tendrán tras tres semanas de «descanso») en un intento de dar un salto como el que dieron la pasada campaña, aunque aquella hazaña resulta difícilmente igualable este año. A Alonso le debe de estar resultando muy complicado ocultar su frustración y seguramente en su mente sólo haya ya un coche rojo.
Las mejoras se centran en los puntos más débiles del R29, aerodinámica, frenos y tracción. El trabajo sobre la aerodinámica es el más importante, como siempre, y se presentarán con un nuevo alerón delantero, quizás cambios en el trasero también, una revisada cubierta del motor y nuevos carenados de las ruedas traseras. También probarán unos frenos nuevos y modificaciones en la suspensión trasera, buscando más estabilidad en frenada y mejor tracción para no perder todas las opciones con una mala salida.
Si los cambios funcionan, el salto hacia delante puede ser grande porque con la igualdad que hay actualmente una mejora de tres o cuatro décimas puede hacer avanzar cinco o seis posiciones en la parrilla, pero sin poder probar entre los Grandes Premios no es fácil acertar con los cambios. Como dice Alonso, «esto es lo que el equipo está buscando, el componente mágico que nos dé un buen empujón, pero sabemos que no es nada fácil de encontrar».
Foto: Grandprix.com
