Neumáticos, la clave del inicio de temporada
hace 13 años
Está claro que la última generación de los neumáticos Pirelli está teniendo una gran influencia en la competición esta temporada. Cinco coches diferentes han ganado los primeros cinco Grandes Premios, lo que muestra lo que puede suponer hacerlos trabajar bien o no, convirtiendo las luchas por la victoria en mucho más reñidas e impredecibles. Y es que extraer un rendimiento consistente de ellos está resultando mucho más complicado de lo previsto.
Al igual que el año pasado hay que encontrar un equilibrio entre lograr velocidad y controlar la degradación durante la calificación y la carrera, pero con la dificultad añadida de que los compuestos de esta temporada son mucho más sensibles a variables como la temperatura, la puesta a punto y la forma en la que el piloto los trata durante su vida útil. En definitiva, es muy difícil sacar el máximo de ellos.
Los mejores ingenieros y técnicos se las ven y se las desean para hacerlos trabajar en su "ventana operativa". El desgaste es más fácil de comprender, pero la degradación térmica, protagonista este año y ligada al desgaste aunque no necesariamente de forma paralela, trae más cola al perder los neumáticos rendimiento por las reacciones químicas que en él se producen, esencialmente por sobrecalentamiento.
La ventana operativa es tan pequeña que en la vida de un neumático influyen mucho los ciclos de calentamiento-enfriamiento que haya sufrido, por ejemplo si se ha intentado una vuelta rápida de calificación con ellos o varias, la velocidad a la que se ha rodado en la vuelta al salir de boxes o al entrar... además de la puesta a punto del coche por la forma en la que carga y calienta los neumáticos.
Otro problema es que cambios en la puesta a punto pueden resolver un problema pero provocar otro. Jenson Button tuvo muchos problemas con sus neumáticos durante el fin de semana del pasado GP de España. En los entrenamientos libres dijo a sus ingenieros que tenía muchísimo subviraje; inflaron con más presión los neumáticos delanteros y comenzó a rodar medio segundo más rápido. La solución servía para marcar un buen tiempo en calificación, pero el cambio en su McLaren hizo que la parte trasera deslizara más y sobrecalentara los neumáticos traseros, por lo que la solución no valía para tandas largas. Bajo parque cerrado los equipo no pueden realizar cambios de puesta a punto entre la calificación y la carrera, por lo que encontrar un buen equilibrio entre calificación y carrera es imprescindible.
Se configura el coche para abordar de la mejor forma posible con las condiciones existentes para la calificación y lo que se prevé para la carrera. Casi todos los equipos saben ya cómo cambiar la puesta a punto dependiendo de la temperatura, pero un cambio de temperatura entre la calificación y la carrera puede causar problemas, otra vez por lo estrecho de su ventana operativa.
El mayor problema es que Pirelli ha modificado los compuestos para esta temporada, mientras que los coches han cambiado también en su equilibrio con la supresión de los difusores soplados. Esto les ha hecho comenzar la temporada con muchas interrogantes que los equipos irán resolviendo en las próximas carreras. Mientras tanto, seguiremos disfrutando de una impredicibilidad total.
fotos: williams, caterham/LAT
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Es cierto que desde que Pirelli ha entrado como suministrador ha mejorado mucho la igualdad entre los equipos y la importancia de la gestión de los neumáticos para tener un buen rendimiento en calificación y carrera.
Coincido, no obstante, con las voces que piden neumáticos especiales y diferenciados para la calificación con el fin de evitar que la Q3 quede devaluada por la no presencia de los pilotos que prefieren reservar neumáticos para la carrera.