"Muro de Leyendas": GILLES VILLENEUVE
hace 13 años
________________ "DEMASIADO PRONTO... DEMASIADO PRONTO..."_______________
Niki Lauda: "Villeneuve tenía el mayor talento de todos nosotros. Cualquier coche en el que le hubieran colocado habría sido rápido."
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Gilles Villeneuve era un talento puro, libre de ataduras. Corría sin mirar otra cosa que la victoria hasta el punto de despreciar el peligro, al estilo de Nuvolari. Enzo Ferrari reconoció su genio nada más conocerlo: "Cuando me presentaron a este canadiense flacucho, este minúsculo montón de nervios, al instante reconocí en él el estilo del gran Nuvolari y me dije: 'Démosle una oportunidad' ".
Villeneuve comienza a competir en una categoría extraña para dar el salto a la F1: las carreras sobre nieve. Él siempre lo consideró como un entrenamiento magnífico: "Aquellos trastos patinaban mucho, lo que me enseñó bastante sobre control. ¡Y la visibilidad era terrible! A no ser que fueras en cabeza no podías ver nada, con toda la nieve volando a tu alrededor. Fue bueno para los reflejos y me quitó cualquier preocupación para conducir bajo la lluvia". En 1976 domina contra todo pronóstico el campeonato de la Fórmula Atlantic y su nombre comienza a escucharse en la F1, en la que McLaren le da su primera oportunidad. Debuta en el GP de Gran Bretaña de 1977, disputado en Silverstone. La temporada le permite labrarse un nombre y su talento llama la atención de todos. A pesar de ello, y de manera incomprensible, McLaren decide no mantenerle en el equipo.
Ferrari aprovecha la ocasión y contrata a Villeneuve para la temporada de 1978. El piloto está encantado con la oportunidad de pilotar para la escudería de Maranello, que califica de "sueño". A la vez que demuestra su enorme talento, Villeneuve gana fama de piloto correoso, centrado de manera casi obsesiva en la victoria. Villeneuve no se resignaba a conducir detrás de nadie. Alain Prost lo expresó así: "Entre mis rivales y yo hay una pelea por la Pole, porque eso es importante. Pero con Gilles puedes ver una batalla por todo, hasta por el décimo lugar".
La primera victoria en un gran premio (y con Ferrari) llega en su país, en el GP de Canadá. Será la única de todo el campeonato. El campeonato de 1979 resulta más brillante para Villeneuve. Lo cierra con tres victorias: Sudáfrica (Kyalami) y las dos carreras disputadas en Estados Unidos (Long Beach y Watkins Glen). El trabajo de Villeneuve resulta clave para ayudar a Scheckter a conseguir el campeonato de pilotos, y ambos logran dar a Ferrari el mundial de constructores.
La temporada siguiente es depresiva para Ferrari, una de las peores de su historia. A pesar de todas las expectativas levantadas el coche está definitivamente desfasado frente a las innovaciones aerodinámicas. Scheckter se hunde a pesar de ser el vigente campeón y Villeneuve sólo logra ocho puntos, acabando el mundial en décimo lugar. Aun así puede estar agradecido. En septiembre, en Imola, durante la sexta vuelta del GP de Italia un reventón le hace colisionar con un muro a gran velocidad. La alarma se extiende por el circuito. El chasis se parte en pedazos pero Villeneuve logra salir ileso de entre los restos del coche.
Tras un año nefasto Scheckter anuncia su retirada. Ferrari no duda acerca de quién le sustituirá al volante de su primer coche. Villeneuve hereda el puesto y acepta hacerse cargo de los sueños de la afición de Ferrari, que siempre tuvo los ojos puestos en él. Para acompañarle, la escudería contrata al francés Didier Pironi. Los Ferrari aún parecen poco competitivos, pero Villeneuve compensa los fallos de ingeniería con una táctica de riesgos bien calculados. A pesar de las victorias en Mónaco y Jarama (GP de España) Villeneuve tiene que contentarse con un quinto puesto en el mundial. Ferrari acaba nada menos que en el séptimo lugar de la clasificación de constructores lo cual demuestra lo flojo de sus diseños.
La temporada de 1982 sería la última de Villeneuve en la F1. Como piloto nunca temió al peligro. "No tengo ningún miedo a los accidentes. Nada de eso. Por supuesto, no quiero estrellarme, no estoy loco. Pero si estás cerca del final de los entrenamientos, y estás luchando por la pole, creo que tal vez puedas aplastar el miedo". La muerte le alcanzó precisamente en una sesión de entrenamientos en el GP de Bélgica.
Tenía una frase maravillosa. Cada vez que Gilles Villeneuve se ponía al volante de su Ferrari, se despedía de Joanne, su mujer, con las siguientes palabras: " espérame, no tardaré mucho". Y lo cumplía.
Aquel 8 de mayo de 1982, en Zolder, Joanne no estaba presente. Se había quedado en Mónaco, cuidando de sus dos hijos, Melanie y Jacques. Gilles tenía el semblante serio, cosa extraña en él. Su compañero Didier Pironi le había robado la victoria en el gran premio precedente, en Imola, sorprendiéndole en la última vuelta, cuando Gilles no se lo esperaba: ambos Ferrari llevaban tal ventaja que, a mitad de competición, desde el muro les habían instado a ir más despacio, así que Gilles había dejado que Didier se le fuese acercando.
Quince días después, la herida sería abierta. Gilles había esperado, en vano, que Enzo Ferrari recriminase a Didier su conducta, pero éste no dijo nada. Gilles se sintió defraudado. En 1979, había obedecido las órdenes del Commendatore de ayudar a que Scheckter ganase el título, pese a que él era un piloto más rápido. Y después, llegaron los dos años de ensayos para las pruebas del turbo Ferrari V6, entre 1981 y 1982, años de sacrificio en aras del futuro y a los que él se entregó. En diecinueve grandes premios desde que comenzasen a trabajar juntos, Didier sólo le había adelantado cinco veces, así pues cuando, en el 82, el Ferrari V6 estuvo listo, pareciera como si ya tocase el título.
Pero ese fin de semana, desde que se mete en pista hasta las últimas pruebas de ensayos libres en Zolder, Pironi hace mejores tiempos que él. Gilles no consigue batirlo, y el final de los entrenamientos está cerca. Sus gomas de calificación son demasiado blandas como para que pueda encadenar otra vuelta rápida, debería volver a boxes. En el camino, se encuentra con el March de Mass, que también vuelve a boxes a velocidad reducida. Lo más lógico hubiese sido que Gilles decelerase y se colocase tras Mass, ya que no ganaba nada adelantándolo.
¿Fue acaso la rabia de no haber estado por delante de Pironi lo que le empujó a tratar de adelantar al piloto alemán? En la maniobra, los dos hombres no se entienden: el Ferrari choca con el March, sale volando y da una vuelta de campana a más de 200 km/h, acabando prácticamente desintegrado. Gilles sale despedido, y aunque es atendido sobre la pista, y trasladado de urgencia a un hospital, no sobrevive a las heridas.
Su palmarés, que en realidad es bastante reducido, no le hace justicia. Gilles Villeneuve hablaba con dulzura, su mirada era limpia, y su cara juvenil… Y el resto de pilotos hubiera vendido su alma al diablo con tal de saber cómo se las ingeniaba para volver a llevar a pista un Ferrari que había salido de costado, con la suspensión trasera casi desprendida en ocasiones, al exterior de una gran curva. Y de hecho, no lo conseguía siempre, pero sí bastante a menudo...
También es cierto que ningún otro piloto había destrozado tal número de ferraris. Pero los tifosi se lo perdonaban todo, porque todo lo intentaba. Y Enzo reía… Gilles fue el sol que iluminó sus últimos días: había reencontrado al añorado Nuvolari de su juventud, y casi con el mismo talento de equilibrista.
En Mónaco 1981, el Ferrari 126C no era de lo mejor. La prueba es que Pironi, excelente piloto, había quedado en decimoséptima posición en las pruebas. Villeneuve se encontraba en el otro extremo de la parrilla, en primera línea. La diferencia entre ambos era de dos segundos y medio… ese día, ningún piloto hubiera podido hacerse con la victoria al volante de un 126C cuyo motor turbo se desequilibraba cada vez que se pisaba el acelerador. Excepto Villeneuve, a quien no le importaba jugar al rodeo en la pista.
Vivía como pilotaba, siempre al límite. Cuando conducía sus ferraris particulares, los gastaba como zapatos viejos, y los llevaba a Maranello con los neumáticos desgastados, finos como papel de fumar, y las pastillas de freno agonizantes. Y cogía otros. Muy pocos osaban montar con él en su helicóptero, y es que aseguraba que algún día, desmentiría la teoría que tiene por imposible realizar un looping con tal aparato... y al final la tensa cuerda acabó por ceder. El funambulista cayó. Gilles Villeneuve nunca fue campeón del mundo. Da igual, en la memoria de la F1, siempre será algo más que eso.
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Joseph Gilles Henri Villeneuve, nacido el 18 de Enero de 1950 en Richelieu (Quebec), Canadá. Fallecido el 8 de Mayo de 1982 en Zolder.
* Compite de 1977 a 1982 en McLaren y Ferrari (68 GP´s)
** 6 Victorias (13 podios)
** 2 Poles position
** 8 Vueltas Rápidas (101 puntos acumulados)
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Nota de edición: como siempre cuando hablamos de figuras históricas (aunque en este caso no sea tan lejana en el tiempo), muchas veces nos hemos de atener a reseñas, datos, biografías y demás, realizadas y compendiadas por diversos autores, con lo cual, las notas a menudo serán susceptibles de cierta subjetividad. No obstante, nos consta que algunos de ustedes (en el caso de Villeneuve muchos) habrán sido coetáneos, habrán vivido la época, e incluso algunos, habrán tenido la oportunidad de compartir experiencias con los propios protagonistas. Siempre será, pues, bienvenido cualquier aporte, anécdota, corrección, o aclaración que quieran compartir con los demás lectores.
(En otra ocasión les hablaré del hijo de la figura de hoy, a quien sí tengo el placer de conocer personalmente, y con quien llegué a mantener bastante buena relación).
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>> Fotos: Google Images
>> Fuentes: X. Chimits / Jordan nº1
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Gracias por recordar a los ídolos de nuestra juventud. Gilles Villeneuve nunca fue campeón del mundo porque las circunstancias se lo impidieron a pesar de ser un gran piloto como muchos otros que nunca consiguieron el entorchado de campeón. Me viene a la memoria otro grande de Ferrari (Clay Regazzoni), o mi admirado Ronnie Peterson, por citar alguno. Por supuesto que hubo muchos más.
Su hijo (tenía 11 años cuando falleció su padre), no tan brillante piloto como él, le hizo justicia. Me alegré mucho cuando ganó el Campeonato en el 97, con el mejor coche del momento, el Williams, en su último año con el motor V10 de Renault. -
Aunque ya lo he puesto antes no me resisto a ponerlo de nuevo, para los que no llevan mucho tiempo entrando en la página. El duelo entre Gilles Villeneuve y René Arnoux en el GP de Francia de 1979, luchando por el segundo puesto. Fíjaos también en la cantidad de público que asistía a los GP.
http://youtu.be/j3tXJm9tYGM
Tres franceses entre los 6 primeros (los que puntuaban) y hoy en día sin Gran Premio en Francia. Eso sí, hay grandes premios en Singapur, China, India o Abu Dhabi, lugares con gran tradición automovilística...
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Buenas noches/tardes
Ronnie, ese duelo fue épico, Rene Arnoux conducía un Renault de 1.5 litros Turbo V6, Gilles Villeneuve una Ferrari 312T4 atmosférico de 3.0 litros V12, había una gran diferencia de potencia y estabilidad, pero el dominio Gilles era impresionante, y queda demostrado en ese vídeo que aportas.
Gracias CC Puertas por refrescar la memoria, Ronnie, gracia por el duelo, Jorgech, tus experiencias son un tesoro.Saludos
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d
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Era mi ídolo de juventud. En el Jarama abril 1979 en entrenamientos privados, cerca de las 2 de la tarde con calor, empezó a correr para hacer mejor tiempo que Jody el día anterior. Fue impresionante, éramos cuatro gatos en el circuito, corriendo para nosotros. Los técnicos de Ferrari mostrándole continuamente la pizarra de "slow" entiendo que cuidado/precaución, salía de alguna curva rápida como un kart corrigiendo con el volante el 312/T4 campeón del mundo ese año. Se bajó del coche desfondado, sudando, acalorado, se metió en un box vacío mirando al techo sofocado, su mujer y su hijo pequeño al lado sin molestarle. Era buenísimo piloto y persona, qué lástima. Hubiera disfrutado de ver a su hijo lo que consiguió.
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¿Tantos años pasaron?, bueno ya estoy por llegar a los 86 y todavia en carrera.
Es cierto lo de GIlles, un piloto para recordar toda la vida.
Tenia ese virtuosismo de hacer lo imposible, un día de calor insoportable en 1978 lo vi encarar la bajada del OMBU un árbol típico en ARGENTINA, que quedo después de construir el AUTODROMO ENTRE 1951/52/53,
Verlo como encaraba esa curva en bajada, era algo increíble, lo bueno de GILLES era lo poco que le importaba los comentarios de los que teníamos el placer de observarlo,
Jamas otro piloto lo realizo.
Siempre estará presente en mi memoria.
Saludos
PD Ni NIKI LAUDA lo realizaba cuando en el 77 corría con REUTEMANN con FERRARI.
11 Comentarios
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Magnífico artículo, CCPuertas.
Espero con ganas el que realices de su hijo.
Saludos.