Kamui Kobayashi
hace 13 años
Un país con la tradición y cultura automovilística que atesora Japón, necesitaba, incluso merecía, de una vez por todas, un piloto top, de máximo nivel, en la llamada categoría reina del motor. Un piloto capaz de todo, sin descartar la posibilidad de las más altas cotas. Y por fin nos atrevemos a decir sin dudarlo mucho, que hoy el país nipón ya tiene a ese piloto en F1: Kamui Kobayashi.
De él nos dijo en una ocasión, justo antes de la implantación del dispositivo DRS, un piloto de F1 en activo la siguiente frase, más o menos textual, en el transcurso de una conversación informal: “Hoy día sólo hay dos pilotos en la parrilla, que cuando los ves llegar tras de ti en tus retrovisores, rodando por lo que sea a mayor ritmo… pues sólo con esos dos sabes, casi con absoluta seguridad, que te van a pasar irremediablemente… y no tardando mucho… No se lo van a pensar en exceso. Te van a dar el hachazo y no los vas a poder contener. Uno es Lewis Hamilton, el otro es Kobayashi...” Poco más que añadir a esta definición sobre un piloto de talento. De garra. De los de antes. Un corredor genial en el cuerpo a cuerpo, capaz de tirarse al más mínimo hueco, y salir milagrosamente indemne y victorioso del lance, sin forzar el juego limpio.
Nacido un 13 de Septiembre de 1986 en Hyogo (Japón), Kamui Kobayashi comienza a despuntar en su carrera relativamente tarde (con 17 años), cuando a raíz de terminar segundo en el campeonato de Fórmula Toyota 2003 (detrás de Nakajima) en su país, es reclutado para el Programa Toyota de Jóvenes Pilotos, y enviado por ellos a Europa para foguearse, donde tras un año de tanteo, eclosiona ganando en 2005 tanto el Campeonato de Italia de Fórmula Renault 2.0, como la EuroCup.
Un año después, en 2006, asciende al Euroseries Fórmula 3, siendo el mejor principiante, y ganando (siempre de la mano y con el apoyo de Toyota) la participación en unos test de pretemporada de F1 con el equipo japonés, prueba que sorprendió a dicha escuadra. Tras otra temporada de rodaje en esa categoría, ya en 2008 es confirmado como piloto probador oficial del Panasonic Toyota Racing F1 Team.
En idéntica tesitura se mantiene durante 2009, cuando llega su oportunidad a falta de dos carreras. Timo Glock, titular de Toyota, sufre un fuerte accidente durante el GP de Japón en Suzuka, y no llega a recuperarse para las dos citas restantes del mundial, con lo que Kobayashi lo sustituye: en Brasil, consigue una muy meritoria 11ª posición en unas condiciones muy difíciles… y en el GP de Abu Dhabi logra sus primeros puntos al acabar 6º en una soberbia actuación (adelantando incluso en una gran maniobra al campeón, Button). Su impresionante debut no pasa desapercibido, y Toyota le promete el volante, pero tras la repentina retirada de la marca en F1, se queda en suspenso. Un talento así no podía quedar mucho tiempo suelto, y rápidamente el “viejo zorro”, Peter Sauber, le ofrece un asiento en su “resurgido” equipo.
Así pues, en 2010 comienza su andadura fehaciente en F1 con Sauber. Las paupérrimas prestaciones y fiabilidad del C29, hacen un suplicio de la primera mitad de temporada (seis abandonos en ocho carreras). Pero cuando el monoplaza se asienta y evoluciona positivamente, comienza a hacer valer su fichaje, consiguiendo puntuar regularmente, y haciendo gala de actuaciones excelentes, como la gran carrera en el GP de Gran Bretaña (6º), o ante su afición en Suzuka (7º). Finaliza el campeonato en 12ª posición, con 32 puntos, y es nombrado piloto revelación del año.
En 2011 y siguiendo de la mano del equipo suizo de Hinwil, el Sauber C30 comienza mostrándose un monoplaza mucho más sólido en todos los sentidos, con lo que Kamui consigue meritorias actuaciones y puntuar en casi todas las carreras, deslumbrando con un excelente 5º puesto en Mónaco. Lamentablemente, el rendimiento del Sauber cae mucho a partir de la segunda mitad de campeonato, y no es hasta las dos últimas pruebas del año cuando se recupera un poco y logra volver a puntuar. De nuevo finaliza 12º, esta vez acumulando 30 puntos.
En 2012 continua con Sauber, con actuaciones algo irregulares, en el sentido de que alterna carreras de grandes resultados con otras más discretas o abandonos, siendo su tercer puesto, logrado en una apoteósica actuación en el GP de Japón, el culmen hasta ahora de su carrera. Pero sin duda, junto a Sergio Pérez de compañero, Kobayashi conformó una de las parejas de pilotos más talentosas y serias del campeonato, aparte de insultantemente joven. Finaliza en una meritoria 12ª posición final, acumulando 60 puntos...
Pero el japonés, a nuestro juicio capacitado para metas aún más altas que las logradas es apartado del equipo para hacer paso a Nico Hülkenberg y se queda sin volante para el 2013, pasándose al Campeonato del Mundo de Resistencia con Ferrari. En 2014 sin embargo el equipo Caterham decide, afortunadamente, rescatarle para volver a traer al piloto japonés a la Fórmula 1.
Después de un año alejado de la Fórmula 1 disputando el Campeonato del Mundo de Resistencia (WEC) con Ferrari, en 2014 fue repescado por Caterham para volver a la Fórmula 1. Sin embargo, tras una primera mitad de temporada en la que claramente fue superior a su compañero de equipo, poco a poco se fue hundiendo y se vio superado por el debutante Marcus Ericsson. Con la salida de la categoría de Caterham el futuro del nipón es de lo más incierto.