Apoteosis en Monza, que nos ofreció un Gran Premio con tal cantidad de circunstancias diversas que difícilmente algún espectador habrá quedado indiferente con esta carrera. De todo vivimos, en lo positivo y en lo negativo, pero como decimos, lo que podía haber quedado en una cita más, al final se convirtió en un tornado de imprevistos y emoción.
Sobre todos, y sobre todo, se impuso un piloto descomunal, Daniel Ricciardo, ayudado por como apuntábamos ayer un sublime McLaren en esta pista. No lo ha pasado bien el australiano en su adaptación al nuevo equipo, de hecho creemos que aún le sigue costando, pero hoy fue el gran talento de otras veces, que no había desaparecido, simplemente como él mismo ha dicho, estaba un paso al lateral adaptándose. Debe seguir creciendo más en McLaren, pero puede que hoy le valga y mucho como punto de inflexión.
Muchos pensarán ahora que, en todo caso, su triunfo es en mayor medida debido a infortunios de terceros. Se equivocan. Hoy Ricciardo me atrevo a asegurar que habría ganado esta carrera italiana tras la salida con cualquier rival en pista y en liza con él. Arranque perfecto. Control absoluto de la prueba. Cero fallos, ni el más nimio. Gestión magistral, y un gobierno sin desgaste hasta el mismísimo banderazo, como demostró apretando un poco más al final cuando lo vio conveniente, y con una reserva de fuerzas y ritmo casi insultante que quedó patente firmando la Vuelta Rápida de carrera en su último giro cuando cruzaba la meta sin necesitarlo en absoluto. Master-Class.
Pero a esto hay que añadir lo que dijimos antes: sublime el McLaren. Porque no fue sólo Ricciardo, ni sólo hoy. Realmente desde el viernes, ambos monoplazas y ambos pilotos han deslumbrado y protagonizado el mítico Monza con un mérito escandaloso. Y la rúbrica de todo ello, con un doblete en letras de oro, lo atestigua. Enorme Lando Norris, otro piloto como un templo, finalizando segundo, y escoltando y protegiendo a su compañero (aunque no lo necesitara Daniel) en las vueltas finales.
Dupla de máximo nivel la de los pilotos de McLaren, que a poco que el australiano se acabe asentado del todo, y como los de Woking acierten en los notables cambios venideros el año próximo, pueden convertirse en un equipo temible, y por qué no, aspirantes a todo. Hoy han sentado bases con un espectacular resultado, victoria y doblete incluido, que habrá quien no de mucha importancia, pero hacía casi 9 años que McLaren no ganaba.
Y tercero al cajón subió Valtteri Bottas. Una posición habitual en el finlandés, tal vez. Pero hoy fue diferente. Hoy salía el último de parrilla. Aún así, en una de las mejores carreras que lo hemos visto en Mercedes, supo rehacerse desde el inicio y volar durante las 53 vueltas sin descanso ni errores, protagonizando un sinfín de adelantamientos hasta acabar en esa posición de honor. Sobresaliente hoy Bottas.
¿Y qué pasó con los dos aspirantes al Mundial? Pues lo que se veía que podía pasar. Una especie de reedición de lo ocurrido en Silverstone cuando se encontraron en un lance en el que ninguno estaba dispuesto a ceder. Como decían los protagonistas de los antiguos “Western” cinematográficos “este pueblo no es suficientemente grande para los dos…” Y aquí resulta que ocurre lo mismo, que llega un momento de la película en que tanto Lewis Hamilton y Max Verstappen acaban coincidiendo en el mismo “Saloon”, en la misma calle del polvoriento pueblo texano… una calle barrida por marbles de goma en vez de por arbustos secos rodadores, y una calle revirada en forma de chicane… pero la misma calle, en definitiva, de aquellos filmes. Y llegados a ese momento, jamás vimos a Clint Eastwood y Lee Van Cleef retirarse o ceder… sino todo lo contrario, asentar postura, apuntalar la botas, y liberar la cinta del revólver, ¿verdad?… Pues terminen ustedes esta analogía, en las carnes de Lewis y Max, y no les costará adivinar cómo acabó, para ellos, el “duelo” en Monza.
Y aún les digo más. Esto está lejos de acabar. O por alguna circunstancia rara (una serie de abandonos o fallos mecánicos, por ejemplo) uno de los dos aspirantes a la corona se destaca bastante en puntos del otro… o como la dinámica siga en los términos actuales, es decir con diferencias mínimas de puntaje, les auguro que, de aquí al final de la temporada, en algún momento estos dos se van a volver a “encontrar” en las mismas o muy similares circunstancias. Al tiempo con esto que les digo…escrito queda. Pero ya nos ocuparemos de ese próximo “OK-Corral” cuando se tercie.
Por parte de los españoles, buenos resultados finales en general, con un sexto de Carlos Sainz, y un octavo de Fernando Alonso, pese a que ni Ferrari ni Alpine parecieron encontrarse en un circuito favorecedor para sus carros y motores. En tal sentido, y aunque no se puede decir que brillaran como otras veces en lances y maniobras (tampoco Monza da para mucho al respecto, siendo todo puro motor, frenada en chicane, y tracción para acelerar fuerte de nuevo en la siguiente recta) lo cierto es que estuvieron donde tenían que estar, sin fallos, y manteniéndose, para sumar unos buenos puntos.
La salida fue tremenda, dura y disputada en casi todos los frentes, con un genial Ricciardo que echa el resto para conseguir adelantar a Verstappen poniéndose al frente de la carrera, lo que en Monza, y con este McLaren, es oro líquido. Pero también arranca muy bien Hamilton, con neumáticos Duros (ambos Mercedes fueron los únicos en partir con este compuesto) y logra pasar a Norris en la tercera plaza, y aún más, ataca a Verstappen, aunque el holandés le cerrará contundentemente la puerta y el inglés, estrangulado, acabará incluso teniendo que ceder la posición con Lando, cayendo a cuarto de nuevo.
Por detrás de ellos, un Antonio Giovinazzi muy agresivo y rápido en su casa, rebasa a Sainz en los primeros metros subiendo a sexto, entre los dos Ferrari, pero entonces en su empuje por prolongar ese ataque, se sale un poco de pista y al retornar, de manera un poco arriesgada, se toca levemente con Carlos y acaba saliéndose de verdad. Aunque conseguirá seguir en carrera, la acción provoca el despliegue del Virtual Safety Car por un breve tiempo.
Cuando la andadura retorna a la situación normal, pronto se empiezan a formar parejas claramente definidas, pese a las mínimas diferencias en general entre todos: Ricciardo y Verstappen ruedan pegados al frente, luego a unos tres segundos la dupla Norris-Hamilton igualmente pegados… un poco más atrás Charles Leclerc en solitario, y después, casi en trenecito aparece el resto encabezados por Sainz en sexto lugar. En cualquier caso, repetimos que las distancias son escasas en general, sin abrirse los grandes huecos acostumbrados en otras pistas entre punteros y resto de contendientes.
Llegados al décimo giro, el madrileño de Ferrari no puede contener a Sergio Pérez, que viene remontando fuerte, si bien el que más está progresando, desde el fondo de parrilla, es lógicamente Bottas, quien en el giro 13 ya alcanzará posición de puntos, con Alonso en su próximo punto de mira.
Está claro como apuntábamos que las diferencias son escasas en este trazado, sobre todo entre los monoplazas más competitivos, en el sentido de que a tan altas velocidades como las que se dan en Monza, resulta muy complicado adelantar, quedándose “cortas” las rectas, por lo que, rodando tan apretados, todo indica que la clave que puede decantar la carrera para un lado u otro, tal vez solo pueda estar en la estrategia y desempeño en las paradas en boxes.
Y así llegamos a la 23, cuando el líder Ricciardo se protege perfectamente de posibles sustos entrando el primero a cambiar neumáticos: Duros y hasta el final, reincorporándose 7º. Verstappen lo secunda inmediatamente, en el siguiente giro, y aquí se da una de las claves de la prueba, ya que su parada será malísima, horrenda…los mecánicos de Red Bull (cosa rarísima) tienen problemas y Max se deja hasta 11 segundos, lo que le lleva a caer 9º.
Es el momento de mayor maremágnum de la carrera, pues justo mientras Max se desangra en boxes, Hamilton aprieta ciegamente y lanza un hachazo imponente a Norris, consiguiendo rebasar al McLaren para ponerse líder momentáneo. Acto seguido Lando realiza su pit stop, y un giro después lo imita Lewis… y cuando el británico de Mercedes se reincorpora a pista, se produce el momento crítico de la prueba italiana.
Hamilton sale por el pit lane prácticamente en el mismo momento que Norris y Verstappen llegan por la recta, quedando en un pañuelo casi los tres. Lando consigue un par de metros de ventaja sobre Lewis antes de llegar a la frenada, pero no así Max, de modo que Mercedes y Red Bull afrontan dicha frenada y la variante emparejados, casi fusionados… y todo el orbe que está viendo esa maniobra, es consciente de que, a esas alturas, ninguno de esos dos gallos va a ceder el gallinero en esa maniobra, jugándose como están el mundial.
Pero esa chicane es lo que es, y en ningún caso hay espacio para los dos. Hamilton tiene el interior, mientras que Verstappen fuerza la cuadratura del círculo por fuera, y en la maniobra, el Red Bull salta sobre los pianos y salta catapultado hacia arriba, montándose literalmente sobre el Mercedes. La secuencia es asombrosa, espectacular, con un monoplaza a caballo sobre el otro durante muchos metros según derrapan por la arena hasta quedar varados en ella. Choque de reyes, en resumen, asombroso, que daba un giro brutal a la cita. Y un incidente muy peligroso en potencia, pues aparte de la espectacularidad, me atrevo a decir, como muestran las imágenes, que de nuevo hoy el Halo pudo salvar la vida (o una lesión muy importante) de Hamilton.
Difícil evaluar la acción y depurar responsabilidades. Mejor se lo dejamos a los jueces de carrera. Habrá quien vea más culpa en el inglés cerrando trazada… y quien vea más error en el holandés que sin sitio real intentó colar su Red Bull por el imposible ojo de la aguja… complicado. Personalmente yo lo dejaría en lance de carrera con aviso de no forzar situaciones peligrosas hasta tales límites.
Tras el Safety Car provocado por el asunto, Ricciardo sigue líder, con ahora Leclerc segundo, seguido de Norris, Pérez, Sainz, Bottas, Lance Stroll, Alonso, George Russell y Nicholas Latifi en las diez primeras posiciones. Pronto Lando dará cuenta de Charles, con lo que la dupla de McLaren quedará liderando el Gran Premio, en una preciosa estampa, que ya no abandonarán hasta el final.
De aquí al banderazo, exhibición aparte de los monoplazas naranjas de Woking, lo más reseñable será el desempeño de Bottas, que sigue volando en estado febril de velocidad, en su objetivo de llegar al podio (que había prometido a sus mecánicos). Sainz no será oposición para el finés, ni tampoco el otro Ferrari del monegasco, que ha perdido posición con Pérez. Ahora Valtteri es cuarto tras Checo, y aquí refrena ya su borrachera de velocidad, pues queda ya muy poco, y el mexicano de Red Bull tiene pendiente 5 segundos de penalización (sancionado cuando adelantó momentos antes a Leclerc saltándose la chicane, sin devolver luego la posición).
Así pues, el tercer puesto final de Bottas es ya seguro, y los McLaren son palabras mayores en el Templo de la Velocidad. Y así llegarán a meta, exultantes los tres, en uno de los podios probablemente más “felices” por parte de sus tres integrantes, de los últimos tiempos. No nos podemos quejar de lo visto en tierras italas este año.
Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones finales, provisionales, de este espectacular Gran Premio de Italia 2021:
