Tal vez la cita vivida en las calles de Azerbaiyán no haya sido un despliegue de acciones impresionantes, o adelantamientos increíbles, o de esos lances entre monoplazas que a veces te hacen levantar del asiento… pero no por ello ha dejado de ser una carrera extraordinaria… porque ha tenido una característica crucial, y la ha tenido a raudales, que no es otra que la emoción: ha sido un Gran Premio emocionante con mayúsculas, y durante casi toda la prueba.
Porque aunque a priori, y tras una salida tranquila y sin sobresaltos, pudiera parecer que la carrera no iba a dar mucho margen a la sorpresa una vez estabilizado Charles Leclerc en la cabeza, lo cierto es que la cosa fue subiendo de tono, y hasta el mismo momento final, y durante muchas vueltas, llegamos al punto crítico de ver cómo cuatro monoplazas, los Ferrari de Leclerc y Carlos Sainz, el McLaren de Oscar Piastri, y el Red Bull de Sergio Pérez, se disputaban ya no el podio sino incluso la misma victoria rodando entre ellos a distancia de DRS, es decir a menos de un segundo… y esto, señores, es sinónimo de una gran carrera en cuanto a la emoción e incertidumbre… y en definitiva es lo que tantas veces hemos pedido a este deporte.
Se la llevó Piastri, más que merecida, seguido de Leclerc y de George Russell, si bien el de Mercedes se encontró ese tercer puesto por el incidente final, que marcó la carrera, y que supuso el descarte de un plumazo tanto de Sainz como de Pérez. Pero en verdad hoy Russell no optaba ni por asomo a algo que no fuera el quinto puesto.
No obstante, como decimos, encendemos el foco en Piastri, un piloto que hoy se ha doctorado ya entre los grandes del Circo actual. Un corredor que no va a ser uno más, y que tiene mucho que decir en este tinglado, con una carrera soberbia y lo que es más importante, con unas expectativas futuras tremendas a tenor de su juventud casi insultante.
Y es que el Gran Premio parecía sellado de inicio para Leclerc, con una buena salida, con un gran ritmo y probablemente el mejor monoplaza en este circuito, gestionando a la perfección y sin sobresaltos, de manera que todo indicaba una victoria sin mucho problema para el monegasco.
No obstante, Piastri en segunda plaza nunca perdía la cara ni se alejaba apenas de su ala trasera, al igual que Checo, en tercera posición, tampoco se caía de este grupo, este triunvirato, que conformaba la cabeza de carrera. Sainz era el que se descolgaba un poquito, rodando la mayor parte cuarto en tierra de nadie, no muy leos de la cabeza pero a algunos segundos, en una estrategia muy clara de conservar todo lo posible gomas para tener un final mucho más competitivo.
Pero Piastri no había dicho su última palabra, y mediada la cita, sea por exceso de conservadurismo de Leclerc, o porque tal vez el de Ferrari se confiaba demasiado en su potencial, lo cierto es que en uno de los acercamientos de Oscar (casi siempre rodaban a distancia de DRS), el australiano protagoniza la maniobra de la jornada tirándole un ataque brutal y repentino a Charles en la frenada de recta, desde lejísimos, tanto que Leclerc probablemente ni lo esperaba, pero un hachazo seco, duro, sordo… y fulminante.
Piastri se ponía en cabeza y Leclerc, con coche más veloz, empezaba a ponerse nervioso, pese a que todo indicaba que con el tiempo, paciencia y buen hacer, podría devolver la jugada. Pero una cosa es la teoría y otra el asfalto. Piastri como advertimos arriba no es un piloto del montón… tiene algo más, algo especial. Corre con la madurez de un veterano, y además le sobra talento. Es un auténtico “hueso” en el cuerpo a cuerpo y además tiene una “inteligencia carrerista” impropia de su edad.
Así, pese a los intentos, que tampoco fueron tantos ni tan claros, Leclerc iba viendo como la victoria se le ponía muy complicada. Además, tras él, Pérez no se amilanaba y andaba pegado siempre al acecho de cualquier despiste… y así llegamos a la parte final, donde un incidente dio un vuelco a la parte delantera.
Porque al final, Sainz, que venía cuarto, empieza a recoger los frutos de su inteligente carrera, y llega al stint último como el piloto claramente más veloz de los cuatro de cabeza. Tanto es así que recorta prácticamente 8 segundos para llegar a los giros finales pegado al podio, y en mejores condiciones que cualquiera.
Leclerc, al contrario, está sufriendo enormemente con las gomas ya muy estresadas, y no es que no pueda con Piastri, sino que ya apenas puede defenderse de Sergio, que le lanza un ataque a falta de tres giros en el que casi logra adelantarlo… por los pelos mantiene la posición Charles, pero en el lance, el que se aprovecha de todo ello es Sainz, que viene como un misil y rebasa a Checo.
De hecho, incluso está a punto de adelantar también a Leclerc en la maniobra, pero siendo su compañero, y quedando aún margen de vueltas, se ve claramente que Carlos levanta un poco para no forzar en extremo a Charles… eso lo aprovecha Pérez para ponerse en paralelo y llega el fatídico incidente en el que el Ferrari y el Red Bull se enganchan acabando ambos en el muro.
Es complicado juzgar esa acción, porque ante todo es muy extraña. Descartamos absolutamente la intencionalidad de nadie ya que en esa situación, el lance era de muro 100% para ambos y carrera arruinada, por lo que no concibo esa intencionalidad.
En cualquier caso, acepto la acción como un lance de carrera, amargamente desafortunado para ambos, pero de los que hemos visto infinidad de veces. Además, y si quieren mi opinión, les podría decir que de no haberse producido ese incidente, o de haberse salvado el asunto sin percance, estoy convencido de que el resultado final en Bakú habría sido el de Piastri ganando con Sainz segundo (y ojo porque no descartaría en absoluto incluso la victoria de Carlos, que era el que mejor llegaba, y con diferencia, a esas tres vueltas finales), y luego con Pérez tercero y Leclerc cuarto, ya que era en esos momentos el que perdía claramente comba de los cuatro a merced de su desgaste de gomas.
Pero en fin, eso no es más que elucubraciones al viento. Por lo demás, apuntar que Lando Norris tras su despiste de ayer logró fraguar una buena carrera y remontó hasta incluso superar a Max Verstappen, salvando la papeleta en que se metió él solo, y dejando mucho en qué pensar al holandés que sin duda transita uno de los periodos más críticos en su andadura en Red Bull, pese a que igualmente las circunstancias no le fueron del todo malas.
Gran carrera de Fernando Alonso, que acabó sexto en una posición a todas luces fuera de sus pronósticos más optimistas, y confirmar las buenísimas sensaciones que está dejando un Franco Colapinto que en apenas dos semanas y de la nada, sin experiencia, ha mostrado una adaptación y un buen hacer que no debería pasar desapercibido entre los equipos. Y no me olvido de Oliver Bearman, creo que el único piloto que ha corrido solo dos carreras, en dos equipos diferentes, y logrando puntuar en ambas.
Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones provisionales del Gran Premio de Azerbaiyán 2024: