Todo me indica, a estas alturas del año, que pese a estar tal vez pasando su momento más crítico de los últimos tiempos, Max Verstappen va a acabar ganando el mundial. Sobre todo, y amparado en la ventaja concebida al inicio, por la inexistencia de un rival suficientemente constante, sólido y destacado que se erija como candidato sin ambages.
Este rol cae supuestamente en Lando Norris, pero carrera tras carrera vemos como no logra consolidarse del todo. Porque en la lucha por las victorias se han posicionado tantos corredores, y a distancias casi inexistentes, que el piloto inglés ve una y otra vez como un día es George Russell, otro será Oscar Piastri, otro puede que Lewis Hamilton… el caso es que Lando no logra esa constancia en la cabeza que le permita limar la ventaja con la contundencia que debiera.
Hoy fue Charles Leclerc el que se les coló. Y eso es diversificar tanto las opciones que dan aire y pulmón a un Verstappen que está sufriendo como nunca. Ciertamente el Ferrari quizá no esté para ganar claramente, o al menos no tanto como McLaren y Mercedes, pero hoy lo logró arriesgando con una estrategia diferente, de una sola parada, que le salió perfecta.
Y como decimos esta era una ocasión, Norris y Piastri saliendo en primera fila, de no fallar y dar un zarpazo serio, pero volvimos a ver esa diversidad de opciones a la victoria, en un abanico tan amplio, que hace que Norris vaya viendo como poco a poco pasan las carreras sin llegar a sumar lo que debiera.
El sexto puesto de Max es pobre, sí, pero realmente era todo (incluso más) a lo que podía aspirar en Monza por prestaciones. Los monoplazas de Woking y los alemanes están un paso notorio adelante del Red Bull, y los Ferrari siempre en esa montaña rusa de rendimiento, donde pueden ir muy arriba o muy abajo dependiendo del Gran Premio.
Hoy no estaban para ganar los de Maranello, por eso titulamos de sorpresiva la victoria del monegasco, pero sí andaban mejor que Red Bull y a la para prácticamente con Mercedes, como corrobora el cuarto puesto de Carlos Sainz… pero veremos en la siguiente carrera o la otra, pues son un equipo aun muy inestable en rendimiento.
No obstante con mucho mérito y valentía optaron por jugar unas bazas distintas al resto, sabedores de que por prestaciones no podían ganar, y les salió bien, con un Leclerc sobresaliente que fue un constante dolor de cabeza para los de McLaren, y que finalmente aguantaba con una sola parada mientras que sus perseguidores se vieron obligados a una segunda. Bien Ferrari, ambos, y especialmente Charles.
El segundo de carrera fue Oscar Piastri, que en una salida muy agresiva arrebató la primera posición a su compañero… en el lance Norris se vio taponado e incluso perdió plaza con Leclerc cayendo a tercero (y volvemos a incidir aquí en lo comentado al inicio: Norris para ganar este mundial tiene que convertirse en un piloto más duro en esas acciones. No estamos hablando de ser sucio, sino de no ablandarse en exceso. Lando es un corredor extremadamente limpio y caballeroso siempre, pero para ganar a un Verstappen va a tener que aprender a sacar los codos “y un poco más”, porque si no te va a ocurrir esto con demasiada frecuencia, y ahí se van los puntos y los títulos… si quiere jugar entre lobos y salir victorioso, no puede entrar al juego como cordero.
Los pilotos “saben” quién es el rival. Y con quién pueden forzar y retorcer un poco más. Ha llegado el momento de que Lando les haga constar que “por aquí no vas a pasar”… y que si lo intentas, o bien sales malparado en la acción, o lo salimos los dos, pero “no vas a pasarme así”. Así dicho, puede malinterpretarse lo escrito como una apología al juego sucio, pero reitero que ni por asomo voy por ahí. Solo hablo de aprender a cerrar las puertas, y hacerlo con contundencia.
El caso es que con Piastri al frente y Leclerc y Norris a su zaga, pero con pocas opciones en Monza de adelantarse entre ellos, la carrera se convirtió más en un juego estratégico sordo. Russell que tuvo problemas en la salida se había borrado de las opciones de podio, los seguían Sainz y Hamilton pero sin llegar a atentar en serio al trío, y poco después la pareja de Red Bull, Max y Sergio Pérez que claramente no tenían para mayores alardes.
La cita estaba pronosticada para una parada, en general salida con Medias (para alrededor de 20 giros) y luego un stint final de Duras (para las alrededor de 30 vueltas restantes). Pero pronto se vio que tanto un compuesto como otro sufría demasiado (a partir de las 15 en un caso y a partir de las 20 en el otro) por lo que empezaron las dudas.
Casi todos los equipos optaron por sumar una segunda parada, y ahí estuvieron finos en Ferrari que optaron claramente por una parada en el caso de Carlos, y con ciertas dudas en el caso de Charles, pero que a falta de 15 giros y vista la situación de carrera decidieron jugársela también con el monegasco (tenían el escudo de Sainz interpuesto entre la remontada final de los McLaren, que aunque no iba a poder pararles mucho, siempre ayuda ese par de giros en lo que le adelantan). Y les salió a pedir de boca a los rojo, que se vieron con un triunfo y un cuarto que probablemente pocos se esperaban.
Hamilton finalizó quinto en tierra de nadie y Russell logró llegar a séptimo, entre los dos Red Bull, tras sus problemas iniciales (tuvo que entrar a cambiar el ala delantero). Muy bien el siempre competitivo Alexander Albon metiendo su Williams noveno, y cerraba los puntos esta vez Kevin Magnussen con el Haas.
Se quedó sin premio en Italia Fernando Alonso, aunque a un suspiro de Magnussen, si bien casi se puede decir que estaba “fuera de posición” en la zona de puntos, pues el Aston Martin se veía sin excusas como el segundo o tercer peor coche hoy en la parrilla de Monza. Y por terminar, apuntar el buen debut de Franco Colapinto. En un monoplaza difícil, y sin experiencia, creemos que ha fraguado un notable fin de semana que ha rubricado con una posición más que destacada.
Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones provisionales del Gran Premio de Italia 2024:
