Sólidos y fiables los dos Red Bull en tierras niponas, como era de esperar, con un Max Verstappen que no tuvo ningún problema para adjudicarse una nueva victoria, sin apenas oposición desde la misma línea de salida hasta el final. Hoy día, y salvo puntualidades, no hay rival con opciones serias de plantar cara al tricampeón holandés en la disputa de carreras, y menos aún en la del campeonato.
Esta condición ya no se da tanto con su compañero Sergio Pérez, segundo hoy con una buena actuación, igualmente sólida y bastante controlada, pero en el que vemos ya una figura más vulnerable a las posibles acometidas por ejemplo de Ferrari. No peligró realmente esa segunda plaza del mexicano, pero tampoco pudo estar del todo relajado… esto quiere decir que en este caso sí vemos posibilidades muy serias de que en muchas carreras los rivales puedan desbancar su en teoría “segunda posición asegurada”.
Todo esto lo comprobamos con el tercero en Japón, Carlos Sainz, quien volvió a brillar fulgurante y que aunque no pudo llegar a luchar por el segundo cajón, no quedó nada lejos y obligó a Checo a no relajar nunca los cronos ni a quitar los ojos de los retrovisores, por si acaso.
El piloto español sin asiento para el 2025 de nuevo abanderaba el color rojo de Ferrari y mostraba un ritmo, una solidez y una madurez que lo confirman con claridad como uno de esos corredores ya consolidados al cien por cien, un “top-5”, (por decir un número) de la parrilla sin que nadie pueda poner objeciones a tal condición, ganada además a pulso. Capaz de plantar cara a cualquier rival y salir ganador del lance. Reiteramos, en nuestra opinión, uno de los pilotos “top-star” del mundial… de hecho, y con estadística en mano, el único corredor de la presente temporada que ha terminado en podio todas las carreras que ha disputado (y sin conducir el mejor monoplaza).
Respecto al resto, hoy también hizo una enorme actuación Charles Leclerc, que llegó a ascender hasta la cuarta plaza final desbancando a los McLaren, cosa que a priori no es asunto baladí, pero tanto la estrategia del monegasco, como su buen pilotaje, y sumado todo a un excelente Ferrari, concluyó con esa segunda línea de color rojo que aseguraba un podio pasara lo que pasara. Y por concluir el resumen inicial, volver a poner en mérito a Yuki Tsunoda, que puntúa otra vez ante su público patrio haciendo mejor de lo que es en realidad su bólido… y siguiendo esta línea, qué decir de Fernando Alonso, nuevamente inconmensurable, llevando a un Aston Martin que por rendimiento no debería actualmente pasar de la novena plaza, hasta el sexto lugar tras el banderazo en otra exhibición de pilotaje… Qué situación tan curiosa, que los dos españoles, siendo de los más brillantes en estos momentos del mundial, y que se encuentren sin equipo aún para la próxima temporada.
La carrera dio comienzo con una salida muy limpia por la parte delantera, aunque un poco más atrás sí hubo enredo cuando al entrar en la tercera curva Daniel Ricciardo se tocaba con Alexander Albon y ambos acababan empotrados en el muro de neumáticos de protección. El accidente fue aparatoso si bien pasado el susto inicial, ambos pilotos salían indemnes del caos, no obstante el percance obligaba a ondear inmediatamente la Bandera Roja y detener la prueba.
Tras la pausa para limpiar, reparar y adecentar todo (estuvieron hábiles y diligentes los operarios japoneses) la cita volvió a retomarse con una nueva salida en parrilla, y volvió a ser muy limpia, con solo Leclerc adelantando a Lewis Hamilton en los primeros metros.
Tras esto, y unas cuantas vueltas de asentamiento, pronto se apreció que la carrera iba a ser muy táctica, y muy dependiente de las estrategias de gomas, que cobraban una importancia capital debido a la alta degradación del asfalto nipón.
Lando Norris será uno de los primeros en tener que entrar a cambiar neumáticos. Tal vez esa agresividad en su estrategia prometía frutos inminentes, ya que aprovechando esa situación de “undercut” el británico quedaba por delante de Pérez en segunda posición… pero no tardando se vio que en verdad, a la larga, quizá esta vez los tácticos de McLaren no atinaron con tal previsión, pues o iban a necesitar una parada más que el resto, o de lo contrario iban a perder luego mucho tiempo con unas ruedas muy viejas y gastadas respecto al resto. Y esto en Suzuka se paga caro, del orden de hasta dos segundos por vuelta.
Y efectivamente, aunque tras las primeras paradas el orden tras Verstappen es de Norris, Pérez, Sainz, y luego Alonso, Oscar Piastri y Leclerc, pronto se aprecia que al haber parado tan pronto, Lando no tarda en mostrarse sensiblemente más lento que sus rivales con zapatos frescos, siendo pasado por Checo con facilidad, y desangrándose paulatinamente respecto a sus otros rivales inmediatos, como era el caso de Sainz, que olía la sangre de esa plaza de podio.
Arrastró este fallo de cálculo toda la cita el inglés, ya que no le quedaba otra que volver a adelantar parada mientras que otros como Leclerc hacían lo contrario, retrasar todo lo posible las suyas, en lo que se manifestó la estrategia verdaderamente óptima en Suzuka.
También Carlos siguió esa opción, y tras entrar a boxes, de los últimos, sale séptimo tras Max, Sergio, Leclerc, Norris, y los Mercedes de George Russell y Hamilton, y con Alonso tras él. Pero Sainz tiene ahora una gran ventaja de gomas, y en esta pista, muy complicada para rebasar, esa ventaja es crucial y favorece los adelantamientos que en otra situación son casi imposibles.
Así, el español de Ferrari tiene ahora el podio muy a tiro, ya que los dos Mercedes no serán rivales problemáticos, y solo ha de superar a su amigo Lando, y a su compañero Leclerc. La ventaja de zapatos, como decimos, es considerable a favor de Carlos, que a falta de 13 giros tiene a cuatro segundos a Norris y tres vueltas después ya lo ha cazado para liquidarlo en la siguiente.
Ya es cuarto y ahora ve a Leclerc a dos segundos, pero tampoco tendrá oposición ahí ya que es terriblemente más veloz, y a falta de siete giros lo adelanta y se marcha sin problemas para situarse tercero tras los Red Bull… más allá de esto la cosa era más complicada, y aunque intentó presionar por ritmo a Pérez, los Red Bull aquí eran los más fuertes con claridad.
Con toda esta parte ya decidida, las vueltas finales se centraron en la defensa de un maestro sublime, Fernando Alonso, a los mandos de un coche inferior al McLaren y al Mercedes, y que rodando en una irreal sexta plaza tubo que volver a tirar de su magia y experiencia para conservar ese puesto ante los acosos finales de Piastri y Russell. El asturiano de nuevo ofreció gratis un manual de resistencia y pilotaje de Fórmula 1… qué tremendo corredor para quien los años no parecen sino mejorar rendimiento.
