La escudería alemana prepara para Imola un cambio radical en el concepto del coche; nueva suspensión delantera, nuevo suelo y nuevos pontones. Sin embargo, y a diferencia del discurso de hace tan solo unas semanas, el jefe del equipo, Toto Wolff, apuesta ahora por rebajar las expectativas ante la enorme diferencia existente con Red Bull a día de hoy.

Desde la entrada en vigor de esta nueva reglamentación, Mercedes no ha vuelto a ser la misma. Atrás han quedado ya aquellos años de absoluto dominio de las “flechas plateadas”. El equipo más laureado de la era híbrida se encuentra inmerso en la duda. El modelo revolucionario “sin pontones” que mostraron en los test de Bahréin de 2022 asustó. Sin embargo, el temor a vivir un nuevo dominio desorbitado de Mercedes se desvaneció al poco de salir a pista. Por primera vez desde la temporada 2014, el Mercedes no era el coche número uno desde el primer Gran Premio.

A pesar de ello, las «flechas plateadas» continuaron apostando por este concepto innovador, el cual iba poco a poco acercándose a la cabeza. De hecho, Mercedes acabó la temporada con su única victoria del año. El triunfo de George Russell en el Gran Premio de Brasil, el penúltimo del calendario, junto a la segunda posición obtenida por Lewis Hamilton, invitaban al optimismo y volvían a colocar a Mercedes en el centro de las miradas de cara a la temporada 2023.

No obstante, el inicio de este año ha vuelto a ser decepcionante. El desarrollo del concepto en el que los de Brackley llevaban trabajando desde la temporada pasada parece haber llegado a su tope. Tras los primeros Grandes Premios de esta presente temporada ya comenzaba a rumorearse el hecho de que Mercedes estuviera trabajando en un “segundo coche” que podría dar un giro radical tanto al diseño del W14 como a la propia situación de la escudería. Finalmente, será en Imola cuando estas nuevas innovaciones se implementarán en el monoplaza.

Y aunque se espera que este nuevo paquete de mejoras permita a las “flechas de plata” dar un paso adelante, las últimas declaraciones de Toto Wolff han enfriado las expectativas. Tras un Gran Premio de Miami en el que Mercedes fue incapaz de explicar por qué el W14 sufrió el sábado para entrar en Q3 mientras que el domingo luchaba mano a mano con Ferrari, Wolff espera que estas mejores ayuden a dar respuestas a esta clase de preguntas. Sin embargo, un nuevo melón se abre en Brackley. Tal y como ha comentado Toto Wolff, remontar medio segundo a tus competidores no es tarea fácil, por lo que el objetivo ahora es “ver dónde está la base y qué podemos hacer a partir de ahí”.

Esta puede ser la última oportunidad de Mercedes para no descolgarse de la batalla ya no solo para este año, sino para los venideros. Si la escudería alemana no consigue dar con la tecla en esta nueva “actualización”, será muy complicado ver a Mercedes luchar por el campeonato durante los próximos años. A esto se le suma el hecho de que los coches de 2024 están empezando a cocinarse en las fábricas de los equipos. Por lo tanto, lo que ocurra en Imola será crucial para el devenir del presente y futuro del equipo.

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