La prueba rusa tuvo principalmente dos partes claramente diferenciadas: una de ellas, casi toda la carrera en sí, sobre seco, en la que brillaron varios protagonistas, Lando Norris en especial, junto a otros como Max Verstappen, los Ferrari de Charles Leclerc y Carlos Sainz, o Fernando Alonso, entre otros… Y otra parte, las cinco últimas vueltas, donde apareció el agua con mayor violencia de la esperada, y que dio un enorme vuelco al asunto, concluyendo con la victoria número 100 de Lewis Hamilton, el segundo puesto de Verstappen, que no aspiraba ya a tales metas, y el tercero de Sainz, igualmente descartado para el podio a esas alturas.
Unos salieron muy beneficiados del asunto, y otros claramente damnificados, si bien igualmente hubo casos en los que se podría decir que la lluvia “hizo justicia” devolviendo lo que otras circunstancias habían tal vez arrebatado antes por causas diversas. Uno de los mayores beneficiados fue Valtteri Bottas, por ejemplo, que en una carrera horrenda, siempre en medio del pelotón, fuera de puntos, sin ritmo e incluso decayendo posiciones según pasaban vueltas de modo que iba a terminar más cerca de la cola que de los puntos, finalmente supo aprovechar la adversidad de la climatología para acabar quinto.
Mientras, otros, que estaban a punto de firmar una carrera redonda, fueron dolorosamente apeados de la gloria. El caso más flagrante es el de Norris, que lideraba y era muy posible que acabara ganado el Gran Premio… y acabó finalizando séptimo, y casi de milagro. O en menor medida el propio Leclerc, que tras salir en cola podía haber concluido sexto con un buen puñado de puntos, y terminó 15º.
Pocos hubo, en resumen, como por ejemplo Alonso, que hizo una carrera soberbia, tanto en seco como en mojado, en los que el caos final no se notara mucho, al menos posicionalmente hablando. El asturiano firmó una carrera sobresaliente, con acciones brillantísimas, incluido un adelantamiento a Verstappen, que confirman el buen estado de piloto y monoplaza (y que su regreso ya sí es definitivo); y que junto a Sainz, enorme al inicio y al final, dejaron un buen sabor de boca a los aficionados españoles.
El inicio fue frenético, con una salida espectacular en la que un magistral Sainz supo gestionar y elegir sitio y momento para acabar adelantando a Norris, poniéndose líder, y de hecho marchándose nítidamente del McLaren al poco. Por el contrario no estuvo fino Hamilton en la arrancada, cayendo a séptimo superado por Lance Stroll, que también largó fenomenal, Daniel Ricciardo y Alonso. Otro de los que saldría muy bien fue Kimi Räikkönen, en su regreso a bordo del Alfa Romeo.
Por detrás, brillante Leclerc desde las plazas finales, fulgurante en las primeras cuatro vueltas para acomodarse tras ellas ya en 12ª plaza, mientras que Verstappen, en similar situación, por su parte rueda 15º, justo tras Bottas, que al contrario que el otro día en Monza, aquí en Sochi no está nada afortunado de momento.
Por concretar, tras las primera cinco vueltas, Sainz comanda, con Norris segundo a unos dos segundos, y luego George Russell tercero, que esta genialmente manteniendo el tipo (aunque haciendo un gran tapón) a cinco segundos. Tras el Williams, pegados ya todos pero sin poder superarlo, vienen Stroll, Ricciardo, Hamilton (6º)y Sergio Pérez. Tras ellos, pero apenas muy poco descolgados, ruedan Alonso (8º), Esteban Ocon y Räikkönen cerrando los puntos.
Sobre el giro 7 Max rebasa a Bottas en una espectacular maniobra, y no tardará mucho en adelantar también a Leclerc. Sus neumáticos Duros empiezan a dar su mejor cara frente a otros compuestos. Por el contrario, unas vueltas después, comienzan los problemas para Sainz.
Presumiblemente adoleciendo de graining, el Ferrari empieza a perder ritmo de manera muy notoria. Carlos mantenía perfectamente controlado a Lando desde el inicio, con un colchoncito de unos dos segundos sin problemas. Pero ahora empieza a perder mucho tiempo y en pocos giros Norris se le pega. Finalmente, sobre la 13, se produce el cambio de cabeza de carrera, sin poder el español poner oposición alguna al inglés. Inmediatamente Sainz entra a boxes a hacer su parada, y lamentablemente, será un pit-stop bastante malo. Parecen esfumarse de un plumazo buena parte de las opciones del madrileño en esta carrera donde hasta hace nada era máximo protagonista por méritos propios.
Y el que es un show en estos momentos es Verstappen. Se convierte en un misil en este tramo de carrera a ritmo de vueltas rápidas encadenadas, mientras Hamilton por su parte, no es capaz de superar a Ricciardo, pese a ir pegado, vuelta tras vuelta.
Así pues, entramos en una fase donde los monoplazas que partían con Duros sacan sus máximos beneficios ahora, mientras los de Blandos sufren bastante hasta que realizan sus paradas. En este sentido, gente como Max, Leclerc, Pérez o Alonso están dando el do de pecho y posicionándose muy alto, con buenas expectativas de cara al stint final.
Cuando finalmente todos realizan sus detenciones, la cosa ha cambiado para mostrar las siguientes posiciones reales de carrera: Norris sigue al frente, con ahora dos segundos sobre Lewis. Tercero es Sainz, ya muy lejos a más de veinte segundos de la cabeza, pero algo rehecho pese a todo. Y tras él ruedan Ricciardo, Pérez, Verstappen en sexta plaza, Alonso, Russell y Ocon.
Max en este tramo final adolecerá de lo mismo que les pasó antes a los cabeza de carrera. Sus gomas Blandas son efímeras en rendimiento óptimo, y pronto empieza a perder comba y sufrir, de hecho Fernando aprovechará para acometer el ataque y lo rebasará en un lance de auténtico maestro. Por el contrario, el que ahora es un ciclón en pista es Hamilton.
El británico viene ya siendo muy fuerte unas cuantas vueltas, y según se van asentando sus Duras (punto fuerte del Mercedes) empieza a mostrarse como el Lewis intratable más reconocible. Poco a poco va recortando y pegándose a Norris. La victoria está en juego, mientras Verstappen ahora padece, por lo que la oportunidad es de oro para el heptacampeón.
Pero Norris no es ningún obstáculo menor. Ni mucho menos. Y a pesar del acoso del de Mercedes, el de McLaren planta cara y mantiene el tipo, giro tras giro, con una solidez y desparpajo asombroso. La lógica dice que Hamilton debería ganar esta carrera, pero no está ni mucho menos claro eso en pista, en verdad Lando puede lograr el triunfo. Cuando menos Lewis va a tener que sudar sangre para evitarlo.
Pero como dice el refrán, “el hombre propone, y Dios dispone…”. Y cuando llegamos sobre las últimas 5 vueltas, se desata la lluvia. No muy contundente al principio, pero en constante incremento. Y la carrera entra en un caos y alboroto de auténtico desquicie.
Los que se juegan mucho son de primeras más reacios a actuar, mientras que otros (como Bottas) ven la oportunidad entrando inmediatamente a montar Intermedias. Pero como decimos, la mayoría de inicio intenta aguantar, pese a un firme cada vez más resbaladizo. Se empiezan a ver derrapes y pequeñas salidas constantes.
Al final, quien más y quien menos se ve obligado a ir visitando sus garajes. Menos dos: Los dos líderes, que se están jugando la carrera pegados uno al otro. La situación es compleja. Tienen ventaja sobrada para entrar y reincorporarse sin que el tercero los alcance, pero claro, si uno de ellos entra, y el otro no, y aguanta esos escasos giros con las gomas de seco, la victoria será suya.
Tanto Hamilton como Norris son conscientes de ello, y por ello demoran y demoran su entrada…Y a cada segundo, su conducción es más peligrosa y sus sustos mayores. Lewis se lleva uno fuerte, y finalmente decide entrar en su siguiente paso por pit lane y asegurar el segundo y quién sabe si también el triunfo. Lando aguanta en pista. Cree que puede llegar así (susto incluido casi en cada frenada) si las condiciones no empeoran. Pero entonces se desata la tormenta de verdad.
Casi hasta tuvo suerte Norris de llegar a su box a cambiar, pues era terriblemente impresionante ver al McLaren de este valiente sobre un aguacero literalmente sin tenerse, como en aquaplaning constante, como en una pura pista de hielo, incluso en las rectas… brutal y sobrecogedoras secuencias. Al final consiguió cambiar gomas, pero saliendo ya 7º. Acababa de perder una victoria labrada a fuego durante cuarenta y muchas de las cincuenta y tres vueltas. A veces el destino es cruel en su ceguera.
En sentido contrario, el agua fue la lotería para Verstappen, quien ya se veía con muy pocos puntos en su casillero pese una gran carrera, y de repente, aprovechando como Bottas las primeras gotas, se puso de golpe segundo, en un resultado que ni soñaba. También Carlos aguantó bien y aprovechó para certificar su podio, mientras que Ricciardo fue otro de los que supo beneficiarse con inteligencia para ascender hasta la cuarta final.
Dos conclusiones me dejan la espectacular carrera vista hoy, que resumiré en dos aromas, por decirlo así: uno es que Norris huele, y mucho, a campeón. Recuerden para el futuro esto que escribo, este piloto huele a Campeón del Mundo. No será hoy, y tal vez no lo será mañana… pero todo me indica que lo será. Dicho queda.
Y el otro aroma: Hamilton no me huele a octavo campeonato. Puede que esté siendo muy osado al decir esto, pero no lo veo. Hoy ha ganado, sí, pero no veo en general al piloto intratable de hace nada. Lo noto más dubitativo, más errático, y más fallón ante la presión. En Monza y aquí en Sochi se suponía una gran oportunidad para meter buenas dentelladas a Verstappen antes de que lleguen citas más favorables al Red Bull, y en ambas, si no podemos decir que ha fracasado con estrépito, tampoco podemos afirmar que haya dado un puñetazo en la mesa. Como mucho ha salvado los muebles sin más. Si tuviera que apostar toda mi fortuna a uno de los dos, este año lo metería todo a Max. Sin dudarlo. Veremos.
Y estos fueron los resultados y tiempos finales, de manera provisional, de este Gran Premio de Rusia de 2021:
