La avaricia rompe el saco, y si no que se lo digan a Olla Kalenius y al nuevo consejo de administración de Daimler, hartos de las exigencias de Lewis Hamilton que sigue tensando la cuerda en un intento por renovar al alza en un momento complicado para la F1 y todos sus equipos debido a la pandemia que nos asola. La tormenta perfecta desencadenada por George Russell en Sakhir, donde a punto estuvo de ganar en su primer y único intento a bordo del Mercedes, ha dado motivos suficientes al consejo de Daimler para mantenerse firme frente a las pretensiones del piloto británico, que ha pedido nada menos que un 10% de los ingresos de televisión de la escudería de Brackley, según ha divulgado hoy la prensa inglesa.

Con Kallenius rebajando a la mitad las peticiones de Hamilton, que sigue de vacaciones en Estados Unidos pretendiendo un salario bruto de 40 millones de libras, el trabajo de Toto Wolff desde su cuarentena por Covid se antoja crucial para encontrar un punto de acuerdo entre ambas partes. La afición inglesa se mantiene en vilo mientras sus rivales directos se frotan las manos ante la posibilidad de tener a uno de los mejores pilotos de la parrilla fuera de la misma esta campaña. Lo cierto es que Hamilton podría tomarse un año sabático, en cuyo caso Russell sería su sustituto, pasando a convertirse en uno de los candidatos al título. El repaso de George a Valtteri en Baréin fue antológico, y de no ser por circunstancias extrañas y errores inusuales propios del más rebuscado complot, hubiera resultado ganador dando motivos más que suficientes para justificar que Lewis Hamilton no vale lo que pide…y mucho menos ahora,

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