Gasly o Pérez nos han dejado las celebraciones más emotivas de la última temporada. Saínz, Schumacher o Mazepin pueden convertirse en nuevos podios cargados de emoción en este 2021.

Se han apagado ya los motores en una nueva temporada en la fórmula 1, la de 2020. Probablemente una de las más atípicas de los últimos tiempos, pandemia mediante, ha trastocado desde el calendario desarrollado en su totalidad en un único continente hasta conseguir que nos familiaricemos con imágenes de los pilotos distintas a las habituales, con las mascarillas cubriendo sus rostros pasando por el distanciamiento en las entrevistas o las carreras sin público en las gradas… pero hay algo que permanece inalterable como es, la emoción de los pilotos en la ceremonia del podio.

Sí, lo reconozco, disfruto viendo esos instantes cuando la carrera ya ha finalizado. Máxime aun cuando se trata de otros rostros los que suben a lo más alto del pedestal. El champagne se convierte en una ceremonia inédita, distinta, inesperada. Presto atención a un himno nunca antes escuchado, una bandera, un mono de otro color, una emoción nueva que añadir al show. Todo ello se transforma en un sentimiento al que es fácil suscribirse si eres seguidor de la fórmula 1.

Mucho han cambiado las formas de celebrar las victorias en la categoría reina. Desde aquellos cajones toscos en que se subían Lauda o Hunt a recibir la corona de laurel además de una copa brillante de corte clásico. Pero las emociones siguen intactas, solo se expresan quizá de otra manera más acorde a los nuevos tiempos. En las últimas temporadas nos hemos acostumbrado a una ceremonia brillante aunque desafortunadamente algo repetitiva, pues la hegemonía del equipo Mercedes nos impide que se produzcan giros en el guión, pero eso algo que, incluso en esta extraña temporada se ha encargado, el revolucionario Hamilton de trastocar, polemizando con su protesta antirracista luciendo la camiseta negra con el mensaje Black lives matter.

De nuevo hemos podido disfrutar este año del gesto simpático de obligado cumplimiento cuando sube al podio de Daniel Ricciardo. En su caso su ‘shoey’ es de las celebraciones más molonas que se recuerdan en la fórmula 1, aunque desde luego, aunque se venda como la celebración del grupo de surferos australianos Mad Hueys, ya en los siglos XVIII y XIX, se llevaba a cabo como ritual afrodisíaco. Toda una gran celebración pues, Dani.

Dada la superioridad aplastante que muestra casi cada domingo el equipo Mercedes se antoja difícil disfrutar de esos grandes momentos. Pero de repente hay días que todo es redondo, se alían los astros y todo se transforma. Cuando se da esa cita en el que pronto sucede ese incidente que hace que Hamilton no esté liderando la carrera, sabes que se trata de una de esas pruebas donde, yo personalmente me pongo de pie enfrente de la televisión pues tengo la certeza que habrá sorpresas. Tal vez sea Saínz, Ricciardo o incluso Russell quienes se conviertan en protagonistas, desembocando con seguridad en una nueva ceremonia llena de emoción al final de la prueba. Eso es algo que en mi opinión se ha producido este 2020 por partida doble.

En nuestras retinas aún está presente, el francés Pierre Gasly sentado en lo más alto del podio de Monza, cuando ya se habían marchado todos. Él se quedó allí más tiempo de lo esperado, paladeando emocionado las mieles del triunfo. No en vano era para hacerlo, uno no pasa de ser defenestrado en todo un equipo puntero como Red Bull a triunfar con el “segundo” equipo de los energéticos. Pura emotividad, quizá salió a flote toda esa lucha interna que llevan a veces estos ases del volante contra sus propias existencias.

Otro de los podios largamente disfrutados fue el de checo Pérez en Sakhir. Todo en contra en él inicio de la carrera. Sabes que tu asiento no está asegurado en el equipo para la próxima temporada, incidente en los primeros compases de la prueba provocan que pases a ser el último ya en la primera vuelta y toca remontada. Sí, esos días la fórmula 1 se vuelve maravillosa y presientes que la celebración será magnífica. Vibré con la salida del mejicano al podio, nunca antes a piloto alguno, le había costado tantos grandes premios conseguir la victoria, cincuenta años que un mejicano no subía a lo más alto del podio, como no emocionarse con semejantes datos. Pletórico el de Racing point disfrutó de la victoria que tantas veces había visto por encima de su hombro en el cajón de los ganadores.

Que nos deparará este 2021 en cuanto a sorpresas en las celebraciones. Llegan nuevos rostros con los que emocionarse: Schumacher, Mazepin, Tsunoda, Alonso… Sí, otros rostros sedientos de victorias. Nuevos triunfos que celebrar que nos harán disfrutar de lo inesperado. Quizá quien tenga mayores probabilidades de celebrar su primera victoria en la fórmula 1 sea Carlos Saínz a medida que su Ferrari sea capaz de recuperar las prestaciones del pasado. Se imaginan un doblete hispano junto a Alonso, quien sino él puede ser capaz de extraer todo el potencial a vehículos en inferioridad de condiciones además de aprovechar cualquier circunstancia excepcional.

Puestos a seguir imaginando como serán esas nuevas celebraciones de podio, quien sabe si un nuevo Schumacher podría celebrar la victoria con un gran salto en lo más alto del cajón, al igual que hacia su predecesor o un Tsunoda, con la discreción que tienen los nipones inclinándose en reverencia con las manos juntas hacia el público. Aunque tal vez la que me gustaría imaginar sería la del díscolo Mazepin, tirando la botella de champagne por detrás de su cuerpo al estilo cosaco. Lo veremos pronto en apenas unos meses y no debemos olvidar que el show debe continuar incluso cuando la bandera a cuadros ha caído.

Fuente David Álvarez

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