Locura, victoria y séptima corona para Hamilton en el infierno turco
hace 4 años

Pudo ganar la carrera Lewis Hamilton, como de hecho así ha sido, igual que pudo acabar sexto o quién sabe (su propio compañero finalizó 14º doblado tras ir en cola casi todo el GP). Pero las cosas son como son, y ya lo escribíamos hace apenas unas semanas en otra crónica: da igual que tenga el asunto de cara o en contra, que falle puntualmente, que llueva, truene, o se desencadene un terremoto… cuando cae la bandera, el resultado suele ser el de siempre.
Y no lo decimos con hastío o hartazgo, sino con todo el mérito que ello conlleva. Este piloto es de otro mundo, y sus números se acercan (y se acercarán) más a lo divino que a lo humano. Hoy adorna sus hombros con la séptima corona mundial, igualando la leyenda de Michael Schumacher, y sólo cabe la duda de saber cuándo se alzará con el octavo entorchado… no de si lo logrará, sino de cuándo lo hará… o por decir, si será al final de la temporada que viene, o tal vez decidan dársela ya en Australia a principios de año, por eso de ahorrar tiempo, si me permiten la broma. Pero en realidad, lo de este hombre no es cosa de broma. Repito lo que les dije aquel día: con la cuerda que aún le queda a este corredor, es muy posible que la mayoría de nosotros no vivamos para ver superados sus registros.

Y el caso es que hoy vivimos una carrera tremenda, emocionante en grado sumo de inicio a final, y donde pudo pasar de todo, como apuntábamos antes. Con una pista anegada al principio, y que luego fue secando pero sin perder nunca esas condición de “extremadamente deslizante y complicada”, nos quedó un espectáculo soberbio, con infinitas situaciones, cambios, estrategias, fallos… en fin, se lo pueden imaginar: una locura, un caos por momentos más álgido o más calmado, en un “pequeño infierno” turco que retrató, para bueno y a veces para no tan bueno, a casi todos los pilotos.
Ejemplo de ello fueron algunos protagonistas principales, sobresalientes hoy, como los otros dos integrantes del podio en Istanbul Park: Sergio Pérez, monumental en una de sus mejores carreras para terminar segundo, con una gestión de neumáticos en la que me atrevo a decir que es el maestro supremo del Circo, o Sebastian Vettel, el denostado tetracampeón que hoy ha dado un recital de manejo en condiciones terribles para finalizar tercero. Personalmente nos ha sabido muy bien este resultado, tras lo que está siendo obligado a tragar este año el alemán.

En realidad ambos Ferrari fueron protagonistas por lo bueno, ya que Charles Leclerc se marcó un carrerón de órdago también, y a tres curvas del final podía haber quedado segundo, aunque quizá ese incentivo le cegó apenas un momento, y terminó cuarto. Y no olvidamos a Carlos Sainz, sobresaliente también. Es muy bueno sobre mojado, y además es un piloto con mucha cabeza y seguro, cualidades que lo han llevado a cruzar la meta en un quinto lugar que ni de lejos podían pensar ayer.
En contrapunto, pongo dos nombres en la mesa como los grandes derrotados de hoy. Uno es Lance Stroll, y la verdad es que tampoco se puede decir que estuviera mal… de hecho arrancó perfecto y mientras las condiciones le fueron favorables marcó la pauta de carrera con mano en verdad de hierro, liderando con solvencia más de la mitad de la prueba. Luego según la pista mejoraba se fue diluyendo muy rápidamente, y al contrario que Checo, este está a años luz aún del mexicano en lo referente a saber gestionar tu ventaja y neumáticos, y terminó en una parcialmente dolorosa (por lo que podía haber sido) novena posición.

El otro derrotado para mí, y aquí sí soy más severo en mi juicio, es Max Verstappen. No estuvo bien hoy, de hecho pienso que estuvo mal. Pero no se confundan, si soy severo no es de manera gratuita sin más… es porque lo considero un monstruo casi a la altura de Hamilton, y le quiero exigir más. Es talento puro y genialidad, eso solo un ciego lo discute, pero aun tiene que aprender ciertas cosas, por ejemplo de Hamilton, para circunstancias como las de hoy. Como no querer ganar la carrera en diez vueltas… o no tener que ir siempre al límite y realizando las acciones más espectaculares nada más que tiene a tiro a un rival. Claro, mucho de esto, te lo dan los años y la experiencia… y aunque en este sentido Max ha crecido mucho y ya no es ningún novato, aun está a distancia sideral de Lewis en ello.
Hoy por ejemplo el inglés supo ser paciente, esperar cuando pintaba duro, incluso ir cayendo posiciones ante coches muy inferiores… Con serenidad se mantuvo en su ritmo, sabedor de que según pasara el tiempo la cosa iría mejorando y entonces el Mercedes y su conducción trocarían las tornas. Efectivamente así fue, y en el tercio final acabó ganado con medio minuto de diferencia. A poquito que hubiera hecho cosa parecida Verstappen, probablemente habría ganado en Turquía (yo personalmente sigo pensando que hoy era claramente el favorito)… pero le pudo la sangre, las prisas, la impaciencia viendo cómo los Racing Point de Stroll y Pérez se le escapaban mucho cuando más mojado estaba todo.

Y ahí empezó su perdición, empezó a arriesgar demasiado, y cuanto más mejoraba la pista y más rápido era él, más riesgos tomaba… si recortaba un segundo en esta vuelta, quería recortar dos en la siguiente. Y evidentemente, cuanto más riesgo asumes, en condiciones difíciles, más opciones tienes de que tarde o temprano cometas alguna pifia. Y así, fue, porque aparte estuvo fallón hoy el holandés… no fueron estrepitosos errores de los que te dejan fuera de combate, pero sí numerosos pequeños. Unas cuantas salidas de pista, trompos, derrapadas… y en fin, que casi tuvo suerte de finalizar sexto, cuando repito, para mí debió ganar hoy sin demasiados problemas. En cualquier caso, escrita la crítica, aprenderá de ello, porque es un fuera de serie.
Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones finales de este extraordinario Gran Premio de Turquía de 2020:

Deja una respuesta