Este fin de semana se disputará el Gran Premio de Alemania en Nürburgring. Pista en donde, según muchos, se corrió la mejor carrera de la historia de la F1.
El 4 de agosto de 1957 Juan Manuel Fangio corrió como nunca “Hice cosas que no hice jamás y creo que nunca volveré a hacerlas”, dijo el chueco tras ganarle míticamente a Mike Hawthorn y Peter Collins, pilotos de Ferrari, y convertirse en campeón del mundo por quinta vez.
Fangio había conseguido la pole position ( 9m25s6) y el récord de vuelta del circuito, hasta ese entonces, arriba del Maserati 250F. Todo apuntaba a que Juan Manuel iba a tener una calma carrera, pero no.
Ya en carrera, Fangio había logrado una diferencia de 30 segundos frente a su perseguidor Hawthorn, pero a mitad de carrera el Maserati comenzó a tener fallas y al parar en Boxes el chueco perdió 48 segundos, y 3 más al salir a pista.
Faltaban 9 vueltas y la carrera había cambiado, las Ferraris ocupaban los dos primeros lugares con 51 segundos de ventaja. Fangio debía recortar más de 5 segundos por vuelta y pasar dos autos para ganar la carrera. Una misión que parecía imposible.
Pero el chueco hizo lo imposible, rompió los récords de vuelta y velocidad, hasta su tiempo en clasificación pulverizó. “Hice cosas que no hice jamás y creo que nunca volveré a hacerlas”, fueron sus palabras. En las curvas derrapaba, entraba en ellas a 20 Km/h por encima de sus rivales, usaba una marcha más arriba de lo normal, y cortaba las curvas rozando los ligustros que las delimitaban.
Gracias a esa clase de manejo, superó a las dos Ferraris, ganó por 3 segundos y 6/10 de diferencia y se consagró campeón del mundo por quinta vez.
“Mike y yo fuimos primero y segundo en la clase de los mortales”, declaró Collins al terminar la carrera. “ Yo no había conducido jamás como esa vez pero también comprendí que jamás podría conducir tan rápido”, confesó Fangio, afirmando que esa carrera había sido su límite.