Éramos pocos y parió la abuela; en plena crisis por la pandemia vírica, con los Grandes Premios de Australia, Mónaco y China cancelados, la única luz en el horizonte era dar comienzo al campeonato en Bakú pero tampoco podrá ser. Con una epidemia cuyo pico se retrasa hasta finales de mayo o principios de junio, los dirigentes azerís no se la juegan y han optado por posponer el GP de Azerbaiyán, lo cual comprimirá aún más un calendario donde Montmeló busca hueco el 26 de julio (entre Silverstone y Hungaroring) y Zandvoort el 23 de agosto (antes de Spa y Monza).
Por tanto, el Mundial de F1 daría comienzo en Canadá el 14 de junio, a no ser que las autoridades canadienses decidan no correr riesgos. Las siguientes carreras serían Francia el 28 de junio y Austria el 6 de julio. En el calendario de la FIA sigue apareciendo Bakú como primera cita, pero la confirmación oficial del retraso se anunciará este mismo lunes. Mientras se amplía el número de precauciones a medida que la plaga del coronavirus avanza, cada vez se antoja más difícil que Liberty y la FIA consigan encajar un calendario completo en una mini-temporada de cinco meses.