Ha llovido desde su última victoria. Y mucho. Ha llovido, diluviado, han pasado huracanes, tifones, terremotos y tsunamis… Pero tras 113 carreras  ¡ y casi seis años después ! uno de los pilotos que muchos echaremos de menos no tardando, volvió a ganar.

Y no de cualquier manera o por casualidad. Lo hizo a lo grande, contra rivales enormes que no estuvieron de paseo precisamente, y sobre todo, en la que puede haber sido la mejor carrera del campeonato por todo en general.

Este piloto es Kimi Räikkönen. Uno de los grandes. Uno de los de antes. Último superviviente de aquellos corredores de la “vieja guardia” que con la ya anunciada retirada de Fernando Alonso va a quedar como muestra solitaria de aquellos tiempos el año que viene en una escudería en teoría “menor”.

Personalmente nos hemos alegrado enormemente de esta victoria, y de cómo ha sido, teniendo en cuenta todas las circunstancias. Lo merecía sin duda alguna el finlandés, un tipo que pese a la fama de rebelde que le precede, es curiosamente uno de los corredores más disciplinados de la parrilla, sobre todo con sus equipos. Por eso insistimos en que merecía esta victoria, teniendo en cuenta la cantidad de veces que ha sacrificado triunfos y carreras en beneficio de su compañero y demás intereses en los últimos años. En Las Américas no tuvo que rendir cuentas a nadie, la situación así lo permitía, y desde el muro le dieron vía libre para desplegar las alas… Y así las cosas, Raikkonen voló.

Raikkonen logra la victoria. GP de EE.UU. 2018

Soberbio espectáculo el que nos deparó la pista texana, con emoción e incertidumbre a raudales en casi todos los frentes y hasta el final, en el que los tres del podio llegaron pegados con todas las opciones abiertas. Porque el segundo, Max Verstappen, protagonizó también una carrera de maestro, que a puntito estuvo de ganar saliendo desde la cola.

Y tercero en Austin llegó el que en breve se coronará con su quinto entorchado mundial, Lewis Hamilton, quien a pesar de volar igualmente sobre este bonito trazado, y sin hacer nada mal, esta vez tuvo que conformarse con el podio, aplazando así la definición de la ansiada corona.

Por parte de los españoles, la miel se la llevó Carlos Sainz, marcándose un carrerón que pudo pasar un poco desapercibido por todo lo que ocurría en los puestos de arriba, pero que logró un séptimo final (pudo ser sexto pero lo pararon para no entrar en guerra con su compañero de Renault) con una actuación sobresaliente. Y la hiel una vez más fue para Alonso, quien se vio obligado a abandonar prematuramente, esta vez a raíz de un topetazo con uno de esos pilotos de los que desde hace tiempo decimos que la categoría de F1 les viene grande.

La carrera comenzaba vibrante desde el mismo banderazo, cuando un Kimi brillante arrancaba como un misil y no se arredraba ante la presión a la que le sometió Hamilton, quien le cerraba el interior de la pista, para aguantar, adelantar al inglés,  y salir primero de la curva inicial del Gran Premio.

Salida GP EE.UU. 2018

También en la largada presenciábamos la embestida de Lance Stroll al McLaren de Fernando. El canadiense, en una arrancada sin control y descerebrada, sin tener en cuenta que hay más coches que el suyo por la pista, arruinó de facto la carrera del español que al poco tuvo que retirarse.

Por el contrario, la salida de Sainz fue inmensa, colocándose séptimo en los primeros metros, por no hablar de Verstappen, que en la primera vuelta ya se colocaba noveno pese a salir desde el puesto 18º.

Pero quizá lo más trascendente fue el error, de nuevo garrafal, de Sebastian Vettel. Al igual que el otro día en Suzuka (y en reiteradas ocasiones más) la presión lo sobrepasó. Es extraño en un piloto de su categoría, pero da la sensación incluso de estar descentrado. Sin un ápice de paciencia y de reflexión necesaria para leer una carrera, se precipita una y otra vez. El ansia y las prisas mandan en él, precisamente cuando más fría debería tener la cabeza.

Es como si quisiera pasar  incluso por donde no es posible… si me permiten la comparación es como ese bebé que está aprendiendo a andar, y cuando ya da sus primeros pasos, quiere echar a correr antes de saber andar bien… no se si me entienden. El caso es que le puede la precipitación e intenta adelantar (en este caso a Daniel Ricciardo) en una maniobra escandalosamente optimista, por calificarla con tibieza. Todo ello concluye con el Ferrari del alemán trompeando y cayendo hasta el 15º.

Trompo de Vettel. GP EE.UU. 2018

Pasado el inicio, y con Kimi volando en cabeza, el Red Bull de Ricciardo muere literalmente en la vuelta 10, teniendo el australiano que apartarlo hacia las protecciones. El Virtual Safety Car provocado por esto le viene de perlas a Lewis, que entra a boxes a montar las Pirelli más duras en una estrategia agresiva de dos paradas que va a ser contraria a todos los demás punteros, los cuales irán a un solo pit stop.

A partir de ahí, el británico, con el hacha en la mano y sin reparar en medias tintas, exprime sin freno a su Mercedes, de tal manera y con un ritmo tan alto, que en la 20 ya ha cazado de nuevo a Kimi. Ahí se produce durante dos giros una lucha preciosa, con Lewis, terriblemente más veloz, intentando pasar a un Raikkonen sin gomas, pero que se defiende con tal maestría que aguanta líder hasta que para en la 22.

Tras entrar el finlandés, todo parece quedar ya bastante franco para Lewis, con mas de veinte segundos (lo que se pierde en una entrada a pit) sobre Iceman. Pero con el transcurrir de los giros, se observan varias cosas.

Una es que Kimi va reduciendo esa ventaja poco a poco, lo justo para no destrozar en exceso sus gomas que le han de durar hasta el final, en un despliegue excelso de pilotaje sobrio, controlado, contenido, pero igualmente rapidísimo. Otra es que lo mismo prácticamente se puede decir de Verstappen, que de manera increíble se ha puesto ya tercero, a nada lejos de Raikkonen, segundo (pero virtual líder cuando Lewis pare).

Hamilton. GP EE.UU. 2018

Y otra, también crucial, es que Hamilton, en su brutal y abusivo  ritmo, ha sobrecalentado en exceso sus neumáticos, produciendo un blistering acelerado que le va a penalizar y ralentizar notablemente antes de lo esperado.

El británico tiene que parar en la vuelta 38, a falta de 18, con la intención de volar hasta el final, recortando más de un segundo por giro a sus dos rivales delanteros. Tiene a Max a 9 segundos y a Kimi a unos 12, y queda mucha carrera aún.

La cita arde. Todo puede pasar. A falta de 8 vueltas los tres ya se han juntado muchísimo, siendo Hamilton el más veloz de largo. El final pinta de infarto y cuando restan 4 ya van terriblemente pegados.

Pero como siempre, una cosa es llegar… y otra adelantar. Raikkonen no es tan lento como parecía que venía rodando en este final, sino que ha estado magistralmente conservando y ahora cuando lo requiere da un plus de rendimiento que pone las cosas muy crudas a sus contendientes.

Verstappen. GP EE.UU. 2018

Lewis intenta un brutal ataque a Verstappen cuando quedan dos giros, pero igualmente el de Red Bull es una roca y se defiende como un titán. Las maniobras son primorosas, y finalmente Hamilton tiene que ceder: le vale conformarse con el podio y no correr riesgos mayores cuando Vettel, a lo sumo, va a ser cuarto si adelanta a Valtteri Bottas… y así, Kimi cruza la meta el primero con la aparente indiferencia del que lo suele hacer cada pocos domingos, como si no tuviera mucha importancia la cátedra que acaba de impartir en el Circuito de Las Américas… los viejos rockeros aún pueden dar alguna lección.

Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones finales, a falta de aplicar las posteriores sanciones a Esteban Ocon y Kevin Magnussen, de este Gran Premio de EE.UU. de 2018:

Resultados de carrera. GP EE.UU. 2018

Raikkonen consigue la victoria. GP de EE.UU. 2018

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