Triunfo relativamente cómodo de Lewis Hamilton, que sólo albergó alguna duda en el ecuador de la prueba, hasta que supieron cómo evolucionaban las diferentes estrategias de Ferrari y Sebastian Vettel, pero que aún así, pronto se vio que el inglés tenía bien amarrada y asegurada la cita húngara.
Y no por cómodo queremos decir menos importante, ya que esta victoria es crucial, teniendo en cuanta que los Mercedes claramente no eran los favoritos para esta carrera. Son los de Maranello los que debían haber ganado, por rendimiento aquí, y porque se puede decir que en la práctica ahora mismo tienen un monoplaza un puntito superior a los de la estrella.
Por todo ello incidimos en la importancia de estas últimas carreras de Hamilton, revirtiendo una situación que de Alemania a aquí, perfectamente se le podía haber puesto terriblemente cuesta arriba en sus aspiraciones al Campeonato.
Completaron el podio los bólidos rojos de Vettel y Kimi Räikkönen, tras, aquí sí, una gran batalla por esos puestos con el otro Mercedes de Valtteri Bottas, lucha que luego se extendió hasta el cuarto clasificado, Daniel Ricciardo.
Pescaron también los pilotos españoles, con un buen octavo puesto de Fernando Alonso, siempre sólido en carrera, y un noveno de Carlos Sainz, quien pese a puntuar, queda con el amargo sabor de boca de haber finalizado ahí tras salir quinto, sin entender cómo los domingos, por una u otra razón, Renault siempre parece elegir una estrategia errónea con el madrileño.
Se puede entender que salgas con una táctica diferente, eligiendo un compuesto de partida más duro a sabiendas de que perderás algo de comba al inicio, con la intención de rentabilizarlo luego en la distancia… pero lo que no se entiende es que tras tomar esa decisión (otros lo hicieron con acierto como el propio Vettel o Alonso) luego hagas tu parada más pronto incluso que muchos de los que partieron con la goma más blanda, precisamente cuando tu calzado empieza a funcionar y ser rentable.
La salida transcurre limpia por la parte delantera, con un Raikkonen muy veloz, pero que tras pasar la primera curva se ve algo encerrado en la segunda y es adelantado por su compañero pese a que este iba con un juego más duro que él (tampoco el finlandés le puso alguna oposición al intento viendo que era Vettel).
Un poco detrás, como decíamos, Carlos sí pierde tres plazas con ese mismo compuesto menos blando. Pero es algún metro posterior donde hay más jaleo, hasta el punto de que Marcus Ericsson propina un tremendo topetazo, ruedas con ruedas a Ricciardo. El australiano cae varias posiciones, y aun así debe ir rezando por que nada en su Red Bull tenga daños mayores después del notable vaivén.
Tras estos primeros impases, y con un Lewis poniendo pies en polvorosa, pronto llega el primer abandono cuando fenece de repente el motor de Max Verstappen en el sexto giro. Lo ordenan parar el monoplaza y el holandés lo aparca lo aparca en una zona relativamente segura entre notorios improperios radiofónicos a su unidad motora.
Por el contrario, su compañero es el que está poniendo la sal a la carrera. El Red Bull de Daniel parece que ha aguantado bien el golpetazo descrito, y ahora rueda como un tiro en una progresión exquisita, sobre todo teniendo en cuenta que es en el Hungaroring, adelantando a diestro y siniestro, todo aquel que se le pone por delante.
Es de lo más bonito que estamos presenciando, y en la vuelta nueve ya ha rebasado incluso a Fernando, poniendo al borde de los puntos. Realmente es primoroso ver a este piloto en acción, la manera de volar sobre el asfalto, y sobre todo la manera de liquidar al rival en cuanto se le pone a tiro, con una limpieza siempre sublime, pero sin ninguna contemplación. Así, en una pista donde es casi imposible adelantar, en el giro 25 ya es sexto, y dos después ya se pondrá quinto con sólo los Ferrari y mercedes por delante.
Por lo demás, la carrera está siendo muy estratégico por arriba. Hamilton y Vettel van a la inversa en su táctica: el británico salió con Ultra Blando para acabar luego con Blando, mientras que el alemán al contrario. En el medio, Raikkonen juega a una parada más, para hacer dudar a Bottas (2º) de si proteger su plaza, o proteger a su líder.
Y la cosa se pudo poner más interesante porque cuando paró Sebastian podía haberse incorporado segundo por delante de Valtteri, a falta de un tercio, y a unos diez segundos de Hamilton… pero con la suela más blanda y nueva. Pero no hicieron un pit stop muy bueno, y aunque no fue desastroso, les valió para salir justo detrás de Bottas.
Esto dio al traste con toda opción, ya que ahora todo fue un querer y no poder del teutón, taponado por Valtteri que hizo ahí una labor soberbia, y matando sus gomas cuando más rendimiento podía sacarlas.
Y así siguió la carrera, ya con un Lewis más tranquilo y controlando sin mayor problema, quedándose a unos 15 segundos de sus perseguidores. Hasta que a falta de doce giros, los zapatos de Bottas empiezan a desfallecer.
Entonces Vettel acosa de lo lindo al finés, mientras Kimi por detrás, que como dijimos hizo otra parada, es notoriamente el hombre más veloz ahora en pista, y está acercándose a ambos irrefrenablemente, limando más de un segundo por vuelta.
A falta de cinco giros ruedan los tres pegados., y como no podía ser de otra forma, frenan a Raikkonen para que se quede tras Vettel. Tal vez podrían haberlo dejado pasar a los dos (era terriblemente más rápido) para luego ralentizar un poco más aún a Bottas ya sin ruedas, para que lo pasara Seb… pero huelga decir que en Maranello estas aventuras tan poco conservadoras son casi territorio prohibido.
No obstante, Vettel, tal vez auspiciado por su veloz compañero detrás, al final se la juega y le tira el coche a Bottas en una frenada. La maniobra fue arriesgada, y probablemente cerró con excesiva agresividad al Mercedes, que iba ya en las lonas. El caso es que llegaron a impactar, y milagrosamente el Ferrari salió indemne, mientras que Valtteri pierde casi todo su alerón delantero.
Evidentemente la flecha plateada empezó a perder muchísimo tiempo, pero no le quedaba más remedio que intentar completar las tres vueltas que restaban. Estaba claro que iba a perder posición con Ricciardo, quien venía detrás como una bala, pero podía salvar el quinto puesto.
Y tal vez la defensa que intentó hacer contra Ricciardo fue lo único que le sobró. Era claro que iba a ser rebasado en una curva o en la siguiente, pero se empecinó en luchar el puesto, y cuando Daniel se emparejó y lo tenía prácticamente superado, el finlandés, sin ala delantera apenas pudo sujetar, frenar y girar el coche en la frenada, impactando contra el lateral del Red Bull.
El australiano, que para nosotros hoy fue el piloto del día con diferencia, tuvo de nuevo a los astros alineados en su favor, pues su coche, de nuevo indestructible, apenas sufrió daños, y en los siguientes metros volvió a la carga para ahora ya sí pasar como un misil a su contrincante, terminando cuarto tras Hamilton, Vettel y Kimi. Bonito tramo final.
Y estos fueron los resultados y posiciones finales de este Gran Premio de Hungría de 2018: