La cita canadiense prometía mucho. Y lo cierto es que fue trepidante por muchos momentos, como suele pasar en un trazado tan extraordinario como el Gilles Villeneuve de Montreal… quizá lo único que nos faltó es que esa emoción hubiese estado más centrada en la lucha por la victoria, en vez de en otros frentes. Aún así nos divertimos este domingo.
Pero lo cierto es que un Lewis Hamilton perfecto de inicio a fin, no tuvo apenas problemas para llevar su Mercedes sin sobresaltos hasta la bandera a cuadros siempre en primera posición, en un circuito claramente talismán para el británico.
Y es que las circunstancias nos privaron de más rivalidad en las primeras plazas, cuando diversos aconteceres fueron descartando a los enemigos que más podrían haber inquietado al piloto de la estrella plateada, a quien finalmente escoltaron en el podio su compañero Valtteri Bottas, y el australiano de Red Bull Daniel Ricciardo.
La carrera comenzaba espectacular, con una salida de infarto, típica en este trazado. Lewis aguanta bien, mientras que Max Verstappen realiza una arrancada prodigiosa, tirándose al centro en los primeros metros superando a Kimi Räikkönen, para acto seguido echarse al exterior en una arriesgada maniobra en la que da cuenta tanto de Bottas como de Sebastian Vettel (roza incluso el ala delantero del Ferrari al hacerlo) para salir finalmente de las primeras frenadas ya segundo tras Hamilton.
Valtteri es tercero ya que Vettel, que no ha sabido hacerse con un hueco limpio en la largada, y sorprendido por el roce con Max, ha caído cuarto, delante del otro Ferrari, aunque Kimi pronto también se ve superado por Ricciardo en esos primeros lances locos.
No obstante, esa sublimación de adrenalina dura apenas unos segundos, pues rápidamente sale el Coche de Seguridad ya que por detrás, desafortunadamente, Carlos Sainz se toca con el Haas de Romain Grosjean. Su Toro Rosso sale despedido, descontrolado y trompeando, cruzando toda la pista y llevándose por delante al Williams de Felipe Massa, que sin culpa ni pena, se ve así apeado de la carrera junto al español nada más comenzar.
Tras todo esto, Vettel entra en el quinto giro para reponer su alerón dañado, y de paso cambia las gomas, aunque esto le supone reincorporarse en cola. Mientras tanto, Hamilton lidera y abre un par o tres de segundos respecto a Verstappen, que de momento está aguantando muy bien, segundo, entre las dos Flechas de Plata.
Tristemente, la alegría no durará mucho para el talentoso joven holandés, ya que presencia impotente cómo su mecánica muere en la vuelta once, teniendo que aparcar el monoplaza en un lateral de la pista. Se despliega la situación de Virtual Safety Car mientras se retira el Red Bull del césped, y la cosa se aclara aún más para Lewis, quien ahora ya tiene a su compañero Bottas de escudo en segunda plaza, con Ricciardo tercero, Sergio Pérez cuarto, Raikkonen quinto y Esteban Ocon sexto.
Fernando Alonso está haciendo una notable carrera, sacando jugo del río revuelto, y moviéndose por la zona con derecho a puntos de manera bastante sólida. Por su parte, Ricciardo aprovecha el VSC para hacer su pit stop, reincorporándose sexto, justo por delante de Kimi, que también paró.
Más tarde, van entrando los demás, paulatinamente, hasta que ya solo restan por detenerse Hamilton y Ocon, quienes alargan extremadamente tal acción hasta el giro 32. Cuando el baile de boxes se estabiliza, más o menos llegado el ecuador, Lewis manda con autoridad, con nueve segundos sobre Bottas, quien a su vez dispone de otro buen colchón sobre Ricciardo. A partir de ahí, a solo dos segundos aparecen el trío formado por Pérez, Kimi y Ocon, pegados, en un precioso duelo. Séptimo ya es Vettel (y no muy lejos), que viene remontando como un poseso, aunque sepa que no va disputar la carrera. Octavo rueda Alonso, perseguido por Nico Hülkenberg y Daniil Kvyat.
A partir de aquí, el paseo triunfal de Lewis se tornó en exceso evidente, si bien eso no resta un ápice de mérito a su carrera perfecta. Tampoco Bottas, en tierra de nadie, tuvo el menor sobresalto o inquietud respecto a su segunda plaza.
Sin embargo, el australiano de Red Bull no pudo decir lo mismo. Lo cierto es que la carrera de ambos Force India fue pletórica. Esteban pasó a Kimi (al parar el finlandés una segunda vez) y los dos coches rosas se pegaron a Daniel. Y daba la sensación de que si hubieran permitido a Ocon pasar a Pérez (el francés lo pidió repetidamente por radio) para atacar a Ricciardo, es posible que el Red Bull hubiera tenido mucho problemas, pues al francés hoy se le veía con un plus y más ritmo que a su compañero.
Las vueltas finales nos regalaron otros vibrantes momentos cuando Vettel, desatado con una gomas frescas (al igual que el otro Ferrari, fue de los pocos en parar dos veces), dio caza a la pareja de Force India, y culminó una sobresaliente remontada haciendo valer sus galones en pista (galones nada menos que de un tetracampeón), con sendos adelantamientos en dos arriesgadas pero excelentes maniobras para cruzar la meta cuarto. Enorme el alemán, que tras caer a cola, si la carrera dura una o dos vueltas más, termina en el podio rebasando al Red Bull. Tenemos un gran Mundial.
Ah… alguno se preguntará qué fue finalmente de Fernando… pues nada, que su motor falleció a falta de dos vueltas para acabar, dejándolo tirado junto a un muro en la viva imagen de la desesperanza , la impotencia y el hartazgo, mientras el graderío aclamaba y ovacionaba al piloto… lo dicho, nada nuevo bajo el sol.
Y estos fueron los resultados de este Gran Premio de Canadá de 2017:
Partieron mal las Ferrari, y para colmo sale perjudicado el alerón de Vettel. De haberlo cambiado durante el Safety car quizás la pérdida de tiempo era menor, pero yo también hubiera corrido con ese riesgo de dejarlo en pista hasta ver que pasa. El hecho de que Hamilton pregunte varias veces la ubicación de Vettel, hace pensar que no está cómodo, por lo que la esperanza siguen presente. Durante la pole también Vettel estuvo cerca, ojalá que mejoren ese poco que falta para tener partidas limpias. Un abrazo a todos