Sochi es la decimoquinta prueba del mundial con solo 4 para el final, por lo que los equipos tienen puestas las miras ya en la próxima temporada al no hacer regresar los coches a fábrica. El circuito ruso se caracteriza por destacar la velocidad punta de las mejores unidades de potencia de la parrilla, así como un dominio de la estabilidad y aceleración de las distintas curvas de baja velocidad que predominan en el primer y tercer sector del trazado. Asimismo, también cuenta con la curva 3, 4 y 5 que requiere de eficiencia aerodinámica, ya que pone en compromiso el equilibrio entre un monoplaza poco resistente al aire generando carga aerodinámica en dicho sector ayudando a su vez en la tracción de las curvas lentas.
McLaren
Un circuito poco propicio para McLaren, cuyo monoplaza carece de todo lo necesario para ser un bólido equilibrado. Esto hará que las últimas pruebas del año sean cruciales con vistas al duro invierno que se le presenta al binomio anglonipón, ya que se desarrollarán los últimos test en chasis y motor que podrán aprovechar antes de encerrarse definitivamente en las fábricas en la construcción del monoplaza de 2016.
Por esta razón, en Sochi, Honda introduce los restantes 4 tokens del año en relación a una mejorada cámara de combustión (3 tokens), con múltiples componentes mejorados y colectores rediseñados (1 token). Honda ha comprendido el poco beneficio que saca con los escapes linealmente dispuestos (o de fundición) que incorporaba Mercedes el año pasado. En consecuencia se especula que el nuevo propulsor japonés ha colocado colectores tubulares que extraen una mayor cantidad de gases extrayendo mayor rendimiento del bucle de gases del motor al separar los flujos de los cilindros, pero reducen los pulsos de energía que llegan a la entrada de la caracola de escape.
Como nota aclarativa, la imagen de la entrada no aporta luz a las novedades mencionadas, ya que por kilometraje el nuevo propulsor ha estado en pista durante los primeros entrenamientos libres del viernes, por lo que todo quedará sujeto a lo que se pueda observar en el Gran Premio de Estados Unidos, donde la nueva unidad montada únicamente en el coche de Alonso rodará por más tiempo.
Toro Rosso
Como es tendencia en los circuitos diseñados por Tilke, el trazado ruso supone equilibrar un monoplaza de forma que la carga aerodinámica no impida alcanzar una buena velocidad punta al final de las rectas presentes en el primer y tercer sector. Por esta razón, y ante una falta de temperatura ambiental y en el asfalto que ayudará a la ya de por sí baja degradación, Toro Rosso sigue su habitual evolución continua carrera a carrera del capó motor del STR10.
El monoplaza de Faenza estrecha aún más la ya desarrollada cubierta motor con una salida de gases muy pequeña. Estas aperturas de calor rodean el tubo de escape eliminando los gases calientes provenientes del motor aprovechando el efecto Venturi al potenciar la velocidad de expulsión hacia la región central del difusor. Esto no sólo disminuirá la resistencia ofrecida por el monoplaza sino que maximizará la carga aerodinámica en la zona superior del difusor al alimentarlo con aire limpio y sucio a elevada velocidad, incrementando el gradiente formado en ambas caras del mismo.
Las fuertes frenadas con las que cuenta el circuito situado a orillas del Mar Negro hacen de éste una pista de exigencia media para los frenos, por lo que es importante configurar una refrigeración óptima de los mismos. Por este motivo, los frenos delanteros del bólido italiano abren un pequeño orificio en la parte delantera del tambor que recuerda bastante a la solución de Ferrari y McLaren, con forma de gota que ayudará a evacuar mejor el calor de los discos para llegar a una mejor ventana de trabajo. Además, esto también fomenta que el calor se irradie hacia los neumáticos, para tomar antes una mejor temperatura, ya que el Autódromo de Sochi no es especialmente generoso a la hora de conseguir la temperatura correcta de funcionamiento gracias a una pista suave y lisa que degrada muy poco.
