La Fórmula 1, ¿un juego de niños?
hace 10 años

A quien más, a quien menos, le sorprendió en su tiempo el fichaje, con tan solo diecisiete años, de Max Verstappen. Esto es innegable. Y muchos han considerado que es una edad temprana para pilotar un Fórmula 1, alegando poca preparación, juventud, o poniendo de manifiesto las edades de los pilotos con los que se iba a medir este 2015 en el gran circo.
Si bien es cierto que Max ha tenido una trayectoria a resaltar en su corta vida, esto no es más que un ejemplo de las tempranas edades a las que se puede llegar a la Fórmula 1, síntoma de escasa preparación previa. Alonso por ejemplo se estrenó con veinte años, pero se podría decir que es otro caso completamente distinto, ya que los ojeadores de las escuderías lo tenían fichado desde su temporada en Euro Open by Nissan, y no fue un producto de marketing y “robo” de una escudería a otra. Otros pilotos de su época tuvieron que esperar más sus debuts en la categoría máxima, realizándolos entre los veintidós y los veintisiete años, aunque haya excepciones como la de Mark Webber.
Lo que pretendo es crear la imagen de que en la Fórmula 1 de hoy en día ha tenido que sufrir ciertas modificaciones para adaptarse a la juventud de los pilotos. Ya no hay declaraciones atrevidas, piques que lleguen a las manos, las relaciones de amistad son puramente cordiales y rara vez se trasladan fuera de pista, en definitiva, el paddock es un mundo verdaderamente artificial. Puede ser que todo esto venga de la mano con la profesionalización, pero a finales de los años 70 ya estaba consolidado como deporte profesional, y no era lo mismo, ni de lejos.
Las declaraciones están medidas punto por punto, las enemistades se expresan con sonrisas y ser políticamente incorrecto te asegura un lugar fuera de la F1. Puede achacarse a esto lo que he venido expresando, que los nuevos pilotos aún son post adolescentes (o adolescentes en el caso de Max), y como no sabrían medir sus acciones y palabras, las tienen que medir por ellos, afectando a los más veteranos. En el avance temporal y tecnológico hemos perdido la pasión y la honestidad, así como la falta de interés en que los pilotos fueran un ejemplo a seguir siendo sanos y correctos, el divertirnos con las carreras y lo han sustituido por la imagen de los chicos perfectos y el marujeo en las escuderías.
También vemos ese comportamiento a la hora de pilotar, ya que antes pocos eran los pilotos que se dedicaban a medirlo todo perfectamente y más los que trataban de correr más que el otro y quedar primeros, cuando hoy es completamente lo contrario, ganando en profesionalidad y perdiendo en humanidad. Claro, que por supuesto podemos trasladar el fácil acceso a los propios monoplazas de la actualidad, que casi no requieren ni el 50% del esfuerzo que se realizaba con los V8, por no hablar de los V10 de principios de los años 2000. Desde luego sería gracioso subir a los nuevos y jóvenes pilotos a un Lotus 72D y darles la orden de que lo lleven al máximo. Y es que los pilotos de aquellas épocas, a no ser que fueses un fuera de serie, eran hombres, y no niños, como suelen ser hoy en día.
¿Qué nos depara el futuro?
Y si bien en la época actual se empieza muy joven en el karting, para conducir monoplazas con apenas quince o dieciséis años, en aquellos tiempos locos de los años sesenta, setenta y ochenta había que tener un bagaje considerable en la fórmulas de promoción, como la Fórmula 3 o la Fórmula 2, o compitiendo en turismos, o mismamente en el Campeonato Mundial de Sportscars, que contenía carreras tan míticas como los 1000 km de Monza o la Targa Florio, lo cual hacía que muchos pilotos llegasen a la Fórmula 1 con una edad considerable, y se retirasen más tarde, como es lógico. Además, muchos de los pilotos y no sólo los jóvenes como Jim Clark, si no gente más experimentada como pudieron ser Graham Hill o John Surtees a la vez que corrieron en Fórmula 1, participaban en pruebas de Fórmula 2 o Turismos, algo impensable a día de hoy, donde tu carrera deportiva está destinada a la Fórmula 1 y una vez estés dentro, no puedes escapar.
Hoy, cualquier rookie en los test de su primera pretemporada consigue hacer tiempos decentes si está en una buena escudería, ya que más que coches, los F1 parecen videoconsolas, y rara vez se ve al piloto luchar con el volante por mantenerlo en pista rodando a tope. Para llevar un Matra Ms80 había que tenerlos bien puestos, no hay más. Y encima había 10 pilotos que te podían superar en cualquier momento si cometías un fallo leve. Casi nada. Vivimos en la época del ser correcto, la época de la seguridad, de la seriedad, la sobriedad, el perfeccionismo al milímetro y las milésimas de segundo, y a cambio hemos perdido la pasión, la valentía, el chillido de un V12, la “artesanía” superando a la profesionalidad, los circuitos emocionantes y los pilotos con personalidad. Donde antiguamente podías no volver a casa después de un GP, ahora es raro salir herido. Cierto es que ahora los pilotos pueden estar completamente seguros, pero seamos sinceros; ¿acaso el peligro no hace todo mucho más divertido?
Y es por esto que la Fórmula 1 hoy en día es casi más un juego de niños que una competición que despierte los instintos más básicos de los que amamos el automovilismo, sin olor a gasolina ni ruido ensordecedor. Gracias a dios, todavía quedan algunos pilotos que son pasionales y parecen reencarnaciones de aquellos aguerridos hombres de la primigenia Fórmula 1.
8 Comentarios
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Creo que estamos mezclando dos temas. Por un lado la edad de los pilotos y por otro la pérdida de espectacularidad de la fórmula 1, que no tiene nada que ver con la edad de debut.
Puede que los 17 de Max sean pocos para la fórmula 1, eso lo veremos al final de la temporada, aunque no recuerdo tantas críticas por los 18 de Alguersuari por ejemplo.
Me resulta curioso, cuando habla de los piques que llegaban a las manos y a continuación dice que los jóvenes de hoy no sabrían medirse, quiere decir entonces que el llegar a las manos es saber hacerlo?
Es que precisamente ha tocado un tema muy delicado, la violencia. Los tiempos cambian para todo, y eso es inevitable, en ocasiones a peor, como en el ruido o la espectacularidad de aquellos coches tan potentes y con tan poca ayuda a la conducción. Pero en temas como violencia, afortunadamente, cualquier forma de evitarla es a mejor. Yo también recuerdo en los años 80 padres sacudiendo a sus hijos en plena calle y eso hoy en día es impensable y ni lo echamos de menos ni lo achacamos a la edad.
La fórmula 1, nos guste o no, es una competición de lo último en tecnología punta, y si se les ocurriera volver a motores o a tecnología anticuada, ¿que sentido tendría para los fabricantes? Seguro que rápidamente huían y alguien inventaba una nueva competición de tecnología actual. Para eso ya hay categorías inferiores. Lo que quiero decir, es que todos sabemos los millones que se invierten en investigación, los que cuesta cada pieza de estos juguetitos y el dinero que hay en juego en cada temporada, no sólo de los equipos sino de patrocinadores tan escasos últimamente, demasiado para permitir que una declaración desestabilice la imagen del equipo o haga acabar el coche a pedazos contra la barrera por un pique personal entre dos pilotos, para eso, otra vez tenemos competiciones como la Gp2 donde el contacto está a la orden del día.
Estoy de acuerdo en que es una pena haber perdido la imagen de aquellos "hombretones" tratando de mantener 1500 cv en pista a golpe de volante. Al igual que, mi abuelo, por ejemplo, que era herrador de caballos, un oficio muy bonito y entrañable, pero que también se ha perdido nos guste o no, porque la gente ya no va a caballo sino en coche.
Y para terminar, también me parece muy poco afortunado criticar la seguridad de los coches actuales, cuando aún lamentando accidentes como el de María de Villota o el de Jules Bianchi, ¿en serio añora los accidentes mortales?