La FIA, por seguridad, siempre intenta reducir las prestaciones de los F1 con restricciones técnicas, pero los ingenieros de los equipos ganan la partida continuamente. Los F1 de este año, están rodando en tiempos muy similares a los del 2004, año en que los F1 fueron los más veloces de la historia y batieron la mayoría de records de los circuitos.

Michael Schumacher durante el GP de Mónaco del 2004

Sobre Bahrein no se pueden hacer comparaciones porque ha cambiado la configuración del circuito, pero en Albert Park la pole de Sebastian Vettel fue dos décimas de segundo más rápida que la vuelta record de Michael Schumacher en carrera en 2004. En Sepang la lluvia en calificación impidió hacer comparaciones, mientras que en carrera será difícil batir los records por la prohibición de repostar combustible.

Esta igualdad entre los F1 del 2010 con los más rápidos de la historia (2004) se ha conseguido a pesar de que entonces las normas sobre aerodinámica eran mucho más libres que ahora, los neumáticos eran más blandos por la guerra entre Bridgestone y Michelin, y los motores eran V10 en lugar de los V8 actuales. Después del 2004, la FIA intervino para reducir las velocidades, prohibiendo los cambios de neumáticos en carrera para obligar a usar compuestos más duros. Esta norma duró hasta finales del 2005, para pasar en 2006 a utilizar los motores V8 para ralentizar los coches. En 2007 fue el proveedor único de neumáticos lo que ayudó a frenar las velocidades, mientras que el año pasado, las restricciones en aerodinámica se vieron compensadas por los neumáticos lisos.

Si se confirma que Michelin competirá en F1 el año que viene contra otras marcas de neumáticos, la prohibición de los dobles difusores no será suficiente y entonces sí que estaríamos sin duda ante los F1 más rápidos de la historia (y más si se opta por las llantas de 18 pulgadas). Los actuales F1 ya producen tanto downforce como aquellos del 2008 plagados de apéndices aerodinámicos, siendo la «interpretación» de los dobles difusores la mayor culpable.

Heikki Kovalainen durante el GP de Australia 2010

Es por todo esto por lo que la FOTA está considerando ir más allá que la simple prohibición de los difusores dobles. Los F1 están produciendo debajo del suelo mucha más carga aerodinámica que nunca, y esto dificulta los adelantamientos por dos motivos: porque hacen a los coches más dependientes de la aerodinámica y porque generan muchas turbulencias que impiden que un coche pueda rodar en curva cerca de otros coches.

Al final, todo está relacionado y es lo que se está debatiendo actualmente con Michelin. Los costes de cambiar el tamaño de las llantas, de que existan varios fabricantes de neumáticos, el aumento de velocidad que supondrá, si la prohibición del doble difusor será suficiente para que los coches no pasen a velocidades excesivas por las curvas…

Fotos: Grandprix

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