Cuando te tropiezas con Jackie Stewart por la escalera, subes un par de peldaños más y te das de bruces con el mismísimo Bernie Ecclestone te das cuenta de que es imposible olvidar donde estás…en el paddock del circuito de Montmeló rodeado de leyendas y mitos de la Fórmula 1 por doquier.

Desde el paddock 3

Pese a los años y los Grandes Premios acumulados, uno todavía siente mariposas en el estómago cada vez que le dan la acreditación para cubrir un Gran Premio, sigue siendo una experiencia única allá donde quiera que vayas y no dejas de pensar lo que hubieras experimentado si hubieras tenido esta misma oportunidad veinte años antes, viendo a los ídolos de tu adolescencia pululando por el paddock como si nada.

Al pasar la acreditación por el control magnético y ver tu cara en los monitores, escuchas el pitido de entrada que suena a música celestial y enfilas el rumbo hacia la sala de prensa, dejando atrás el motorhome del tío Bernie y comenzando a esquivar compañeros, pilotos y mecánicos durante varias decenas de metros.

Veo a mi añorado Jean Alesi, todo pundonor al volante, ahora retirado y charlando animosamente con Maurizio Arrivabene delante del hospitality de Ferrari; saludo a Marc Gené y le pregunto por Nissan y Le Mans pues su decisión nos cogió a todos por sorpresa…

Unos metros más adelante, esquivo el camión de Mercedes y tras cruzarme con Niki Lauda– la alegría de la huerta- subo dos tramos de escaleras y paso dos controles más para llegar al que será mi hogar durante el fin de semana, el media center del circuit donde me asignan el puesto número 69 (es una cifra que me persigue allá donde quiera que vaya) y me dirijo con paso firme a mi mesa.

Desde el paddock 1

Es un buen sitio, no cabe duda, justo encima del box de Mercedes y compartiendo mesa con los chicos de Autosport y el imperturbable Joe Saward. Una zona tranquila y bien colocada. Estando tan cerca de las oficinas de los jefazos, paso por allí intentando que me den el pase de parking para la próxima carrera en Mónaco, pues aquello si que es una locura logística, pero de eso ya hablaremos dentro de dos semanas.

Ahora lo que toca es bajar a recoger declaraciones, las entrevistas cerradas están muy bien pero siempre se puede rascar algo y aún hay tiempo para los libres. Coincido con Pedro de la Rosa y le pregunto si vendrá a nuestra carrera de karting en Cardedeu por la tarde: “Siempre la hacéis el sábado que es el día que peor me viene…” dice entre risas; Pedro es un auténtico crack, ojalá hubiera más pilotos en el paddock como él.

La jauría de periodistas españoles ha sufrido un cambio gravitacional importante, si bien antaño orbitaban alrededor del hospitality de Ferrari, ahora pululan en torno al de McLaren, una instalación pulcra y elegante que no ha cambiado nada pero que sigue destilando elegancia y clase como pocos en el paddock.

Desde el paddock 2

En Mónaco supongo que estará todo más tranquilo pues los enviados especiales desde España volveremos a ser cuatro gatos como es habitual. Entre los camaradas hay buen ambiente pero ninguno consigue ayudarme con el problema que se me presenta al fundirse el adaptador de mi portátil. Habrá que racionar la batería al máximo, menos mal que traje dos de ellas.

Mi buen amigo Ricardo que recuerda que ya vamos tarde para comer en Ferrari, así que allí nos dirigimos; entre personalidades y celebrities entramos en el sector derecho del bonito hospitality de Maranello, donde pruebo los mejores gnocchi al pesto que he comido en mi vida, definitivamente los cocineros de la Scudería si que se merecen la pole position…(continuará).

4 COMENTARIOS

  1. Que envidia Christian!! Otros comiendo comida fría y canapés que no sabemos ni de que son. jejejeje. A ver si para la próxima coincidimos. Un saludo.

  2. Qué grande, Christian! Ya nos contarás qué tal está el agua de la piscina de la Red Bull Energy Station en Mónaco :-p A ver si es cierto y coincidís ambos en alguna cita europea 😉

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